martes, diciembre 28, 2010

Hazañas Buquizas (III): Bailando con Onsos

Debido a la acogida de las dos anteriores entregas, a que estando de vacaciones se dispone de más tiempo y a que hasta el hermano de la Alimaña Azucarera y el del Kaiser Cagón han pedido nuevas entregas, ahí va una de esas de cosecha, de las que te dejan la picha derecha...

Corría el verano de 2006 y era uno de esos jueves en los que yo, el zampolit, estaba cenando en mi casa de Katowice probablemente viendo Perdidos o SMS (sí, sé que la temática de las dos series dista bastante, pero vivir solo es lo que tenía, que te podías aficionar a muchas y muy diversas cosas) cuando recibí una llamada al móvil.
Para el que se haya perdido en lo de SMS decirle que el episodio tipo era algo tal que así



mantenido durante unos 30 minutos. Bueno, te enganchas a ello entre partido y partido del Mundial de Fútbol y después no puedes dejar de verlo... pero en fin, yo creo que estaba viendo Perdidos cuando veo que el Marqués me llama por teléfono.
Después de los consabidos saludos, qué pasa puerco, hola cerda, que quieres, tal y cual, me pregunta si quiero subir al día siguiente a las fiestas de ese pueblo que está al lado de otro que tiene una colegiata. Ahora no recuerdo el nombre. Bueno, al pueblo del Marqués, el que está al lado del del Frutas. El pueblo que preside la nave Victory. Ese.
Le digo que no. Mejor dicho, que NO. Hombre, pero qué tienes que hacer mañana, súbete, o es que te quedas por Polonia. No, no me jodas, subir, subiré pero que no voy a las Fiestas, coño. Venga va, que os invito a cenar. Pero a cenar... ¿a una cena de esas sociales? paso. No, hombre no, que haremos brasada en mi casa.
Ah, haber empezado por ahí, ENTONCES ASÍ SÍ.
Luego te enteras que la misma maniobra es utilizada para convencer a la Alimaña Azucarera, a Portugal (supongo que el portugués a la altura de "os invito a cenar" le sudaba la polla compartir mesa y mantel con medio pueblo, y no sería tan reticente, se vende por un pozal de acelgas) y a la Zeta.
Así pues, el viernes nos juntamos ese quinteto titular para subir a la casa del Marqués. Ya entonces me pareció que se había comprado un poco bastante de comida mas como esas monstruosidades me gustan para luego poder contarlas me callé, pero lo que allí estaba por suceder era una apología de la fartalla y de la sinrazón.
Llegamos al palacete familiar del Marqués y empezamos a sacar ahí carne y carne y más carne, pa un regimiento. Botellas de licor como para doce gachos. Embutidos a punta pala y dos tartas al whisky que se fueron a la nevera ya que según la Zeta "no hacía falta meterlas en el congelador". Volveremos al tema de las jodidas tartas.
Bueno, empiezan a hacer la brasada y mientras veíamos un Betis-Madrid del Trofeo Carranza (¿por qué razón estoy condenado a acordarme de detalles tan estúpidos?) en el que la Alimaña tenía el corazón dividido comenzamos a trasegar cerveza y panchitos, y queso y secallona y más cerveza. Como el día de Lekumberri (ver Hazañas Buquizas II) , gente normal no hubiese ya cenado pero nosotros ahí estábamos. Además, no lo sé a ciencia cierta pero me juego los cojones y no los pierdo, Portugal seguro que venía merendado de casa y hasta cenado.
Pero ¿a qué denomina Portugal como merienda?
Dícese del frugal tentempie compuesto por trallo de secallona, media barra de pan, buen piazo de queso, yogur y vaso palmero de colacao con paquete de galletas.
Después de esto si tienes cojones, cena. Pues Portugal cena.
¿Y a qué denomina el portugués como cena?
Dícese del conjunto de viandas ingerido viendo el Pasapalabra (o sea, que empalma merienda y cena) compuesto por platazo de acelgas con trocetes de jamón o chorizo o media vaca rustidetes por encima, buen trallo de longaniza (para el común de los normales, la longaniza entera) y tres o cuatro mandarinas. Y ya luego lo que pille ese día por la nevera, que puede ser cualquier putada tipo chuletón o joderse un pollo...
Después de esto, una persona normal se va a dormir o a tomar por culo a Urgencias para que le hagan una lavativa porque le van a petar las tripas, pero Portugal, es entonces cuando se va de CENA.
El menú de la CENA en casa del Marqués estaba compuesto, creo recordar (como he dicho, me puedo acordar de la alineación titular de Alemania en Italia '90, pero de otras cosas...) y si no que me rectifique el Marqués, por:
4 kilos de costilla de cerdo (éramos 5 "personas"), 1-2 pinchos morunos por cabeza, 2 longanizas, 1 chorizo, puede que hubiese alguna torteta... no recuerdo. Jamón, chorizo, secallona, un queso cojonudo, la de Dios... El detalle importante era el de la monstruosa dosis de costilla de cerdo habilitada para el evento.
Hubo instantes de la velada en los que el Marqués o la Zeta contaban sus habituales historias y yo solamente podía reir y reir. Pero había dos entes sentados a la mesa que en lugar de costillas parecía que estuviesen comiendo sandía ya que en lugar de huesos parecía que tirasen al plato pepitas. A ese ritmo devoraban la Alimaña y Portugal quienes no decían nada. Sólo comían. Como onsos.
Evidentemente, había bebida. El Marqués sacó "el vino del Papa". Yo no sé si era del Papa de Roma o de qué cojones era pero aquel vino estaba buenísmo. Nos zumbaríamos botella por cabeza, fijo. Pero ahí con la cantidad de carne que estábamos comiendo es que ni se subía a la cabeza. Cuando se acabó ese vino, se sacó champán. Aquello era insano, y no había una mente lúcida para detenernos. Sencillamente, dejamos de comer porque se nos terminó la comida, si hubiera habido más, hubiéramos comido más, hasta reventar.
Llegó la hora de los postres. Las jodidas tartas. El que dijo que aguantaban en la nevera, se equivocó. Dos litros de tarta al whisky derretida, vulcada a unos platos, aderezada con más whisky y tomada con cuchara como si fueran sopas. Menuda pastureta...
Tras eso, los licores. Cada uno se había subido una botella de lo que le apetecía más luego había "los clásicos". Como he dicho, diez o doce botellas seguro que habría. Comenzamos a beber como si se fuera a acabar el mundo y al principio no subía, no...
Eran pasadas las 11 de la noche que nos poníamos a cenar y pasadas las 4 de la mañana alguien tuvo la feliz idea de mirar el reloj para ver si era hora de bajar al baile. Ni primera ni segunda sesión. Tras vulcarnos más de una botella de licor por cabeza nos arrastramos hasta la plaza donde nos encontramos a Rusia, que pululaba por ahí.
Allí ya vimos que el baile estaba en sus últimos estertores y que la fiesta continuaba en otra plaza en una disco móvil. Echamos una caña en la barra y aquella fue la caña que nos jodió a todos. El ruso desapareció y a partir de ahí comenzó el show.
La plaza estaba presidida por una cruz de unos cuatro o cinco metros de altura, justo en medio. Después de bebernos media barra, de los típicos encontronazos con gente de otras culturas y otras latitudes, esta vez no con franceses sino con polacos, se nos distinguía del resto de gentes por la siguiente forma de proceder.
La gente "normal" se salía de la plaza, hasta un descampado, se bajaba la bragueta, se sacaba la chorra, meaba, se sacudía, se guardaba la chorra, abandonaba el descampado, entraba en la plaza.
Nosotros, nos bajábamos la bragueta, salíamos de la plaza, hasta un descampado, nos sacábamos la chorra, abandonábamos el descampado, nos sacudíamos, entrábamos en la plaza, nos guardábamos la chorra (y el penúltimo y antepenúltimo paso podían estar perfectamente intercambiados). En una demostración fehaciente de que el orden de los factores, SÍ altera el producto.
Llegados a un punto, Portugal decidió echar una cabezadita al pie de la cruz. La Alimaña se fue a la barra a vigilar el grifo de cerveza, no fuese a escapar. Los otros tres elementos nos encaminamos a una repisa de la cruz que nos dejaba como a metro y medio por encima del suelo y, con los pantalones bajados y en calzoncillos, comenzamos a bailar ahí subidos como si fuéramos las gogos del lugar. Unas gogos con leche-limonada y por detrás chocolatada en los calzoncillos. Muy bonito.
Se acaba la música, ya de día, y nos empiezan a echar pa casa. Intentos de ligoteo por allí, por allá, que si con la campeona de martillo de la RDA, que si con una zagala que estaba un poco sorda. Al final, retirada al palacete. Portugal, la Alimaña y el Marqués van tirando unos metros por delante. Yo me quedo con la Zeta y no se le ocurre otra cosa que bajarse pantalones, bajarse calzoncillos y ponerse la camiseta a modo de turbante. Y una vez hecho esto comienza a caminar como un pingüino.
Estos van tirando y llegado a un punto miran para atrás y no nos ven, deciden desandar el camino a ver dónde estamos y la estampa que ven fue, en palabras del Marqués y la Alimaña, "un jodido aquelarre". La Zeta sentada en el suelo, zorro y en pelotas, y yo danzando a su alrededor como si fuese un indio arapahoe dando palmas.
Se reemprende la marcha y al pasar junto a la casa de unos tíos del Marqués, la pobre primeta que iba a sacar al perré a pasear queda seriamente horrorizada al ver a semejante atajo de truhanes y sobre todo a la Zeta en pelotas con el cargamento que lleva ahí abajo. El perré también se quedó cutio.
Al final llegamos a casa y, de una puñetera vez, nos echamos a dormir. A la mañana siguiente, aparte de que casi nos matamos bajando en la caravana rodante de la Muerte del Marqués cuando pilotándola, éste intentó un lanzamiento acrobático de bordajo por la ventanilla que casi nos vamos por el arcén, la Alimaña con todo su cuajo espeta:
-Oh, pues yo ayer no bebí tanto en el baile.
-Joder, que no-terció el Marqués - nos bebimos media Dinamarca, pequeña Alimaña.
-Oh, pues he mirado la cartera y "sólo" ("Sólo" después de haberte bebido una botella de vino, una y pico de whisky... en fin) me he gastado 20 €.
-¿Y qué bebías, simpatica Alimaña?
-Cerveza
-Las cerveza costaba 1 €, Alimaña, saca cuentas, puerco...
Los demás no debimos ir muy desencaminados. Al menos la Alimaña se acuerda de lo que se gastó y de lo que se bebió, qué le vamos a hacer...

2 comentarios:

La alimaña azucarera dijo...

ay!! Esa si que fue una noche de recuerdo...

Y eso que aun se nos olvidaran cosas como:
Z: -Hey, que a mi amigo le gustas
Ella: -No te oigo
Z: -Que a mi amigo le gustas!!
Ella: -No te oigo..
Z: -Que te voy a follar!!!

O aquel mitico encanamiento con el novio catalan de la chica a grito pelado: ¡¡ Te mato !! ¡¡Si, si, a ti, te voy a matar!!!

cochilin dijo...

jojojojojojojoj
uiiiiiiiiiiiii, q maniacos...