sábado, enero 15, 2011

Estrellas de Leyenda (IX): el panzercito polaco

Muy buenas, "otra entrada futbolística, ¿qué está pasando aquí?", se preguntará algún lector/a. Bueno, basicamente les recordaré que en esta blog en un principio se hablaba de fútbol, luego pasó a hablarse de bastardadas, luego de teorías sobre Perdidos, luego sobre ciclismo invernal en barro por las rodillas, luego de fútbol y más recientemente de bastardadas otra vez. Así que ahora toca otra de fútbol basicamente por tres razones:
  1. Se ha levantado la Niebla.
  2. No tengo nada mejor que hacer hasta dentro de una hora.
  3. Porque me sale de los cojones.

A Cochilín y a G.M. sé que estas explicaciones quizá les resulten un tanto bruscas. No pasa nada, más tarde les aclararé los conceptos con un vodka caramelo, un whisky con redbull y una Estrella de por medio respectivamente. Pero al resto del mundo mundial, decirle que en esta blog nadie saca dinero de lo que se escribe o se deja de escribir, así es que por ello me remito de nuevo a la razón número 3 para justificar el que hoy se hable del panzercito polaco.

Hace unos días, recuerdo que hice una clasificación de los 5 goles que más había gritado en toda mi vida. Llevado por mi antibarcelonismo dejé de contar uno. Y es por eso que hoy, y sin que sirva de precedente, vamos a hablar de una Estrella de Leyenda que continúa en activo, es más, quizá (ojalá) recale en el Real Madrid. Hoy hablamos de Miroslav Klose.

Corría el año 2002 cuando en la ciudad que huele a col y mierda de perro, los estalentaos con los que me juntaba y yo mismo decidimos hacer otra de esas porras pantagruélicas con ocasión del Mundial de fútbol. Esta vez no se nos fue la romana y los jugadores no se traspasaban a base de euros, pues hubo ocasiones en que algún infeliz llegó a pagar 70 euracos por fichar a Makaay en una porra de la cual no quiero acordarme. El que ganó debió ganar muchas perras, pero los que perdimos... Makaay vendido después por 20 euros y la medianía de Overmaars. Y a cascársela con dos piedras. 50 euros tirados a la basura...

Bueno, el caso es que en esta se elegían los jugadores por turnos, sin coste alguno para el participante. A mí me toco elegir el último como siempre. Increiblemente, al final de la primera ronda nadie había elegido a Zidane. Yo, que siempre fui un poco afrancesado elegí al estandarte del madridismo en ese momento. No pasaron de primera ronda esos cabrones de vulcafresas. He dicho que "fui" un poco afrancesado. Una vez se retiró ese gran hombre ese afrancesamiento se diluyó en mi a la par que crecía de nuevo la afición por la selección alemana. Esa misma afición me llevó a elegir en segunda ronda a Panzercito Klose.

"Tú estás loco, estás pirao, puto comunista, no sabes lo que haces" toda suerte de exabruptos me cayeron por esa elección.

Klose era por aquel entonces un chaval recien llegado a la Mannschaft, que jugaba en el Werder Bremen y que venía a cubrir el puesto de delantero, que estaba cucado y raguñoso ya, después de que lo fuesen haciendo durante demasiado tiempo jugadores como Klinsmann, Bierhoff, Neuville y elementos de dudosa catalogación como Zickler, Asamoah y Jancker. Es que peor ya no lo podía hacer, era de cajón que este mozo iba a triunfar.

Primer partido del Mundial, y Panzercito le mete 3 tabas a Arabia. En la fase de grupos le enchufa otra taba a Irlanda y otra a Camerún. Inexplicablemente no vuelve a marcar en toda la fase final. Más inexplicablemente aun, a pesar de ello, Alemania consigue llegar a la final en el Mundial más flojo que uno recuerda. Pero Alemania llegó allí, y otros no.

Pasaron 4 años y Panzercito, que ya había fichado por el Bayern, se había tocado la cola de manera más o menos moderada en sus respectivos clubes. Sin embargo, es ponerse la zamarra alemana y, a pesar de llamarse Miroslaw en realidad y ser polaco de pura cepa, convertirse en el mejor delantero en el mes de junio cada cuatro años. Y estamos en 2006 en el Mundial de Alemania, que es a donde quería yo llegar.

30 de junio. Olímpico de Berlín. Cuartos de final.

La Broma se enfrenta a Alemania. América contra Europa. El fútbol directo contra el sobeteo cansino de balón. El ñicrismo contra el buquismo.

Ahí estábamos, en la nave Víctory, el Marqués a los mandos, Chus Hefner, Cadel Renton y yo, el zampolit, dispuestos a ver como la Mannschaft trituraba a un tierno Messi y sus secuaces. La primera parte se saldó con un empate a cero y mucha tensión. Estábamos en el Víctory de todas maneras, de esto que a ratos te miras el partido y a ratos estás contando chorradas en la barra, hasta que alguno de los guiñoteros abrió la bocachancla y dijo algo que no tenía que decir. Y se abrió la caja de pandora.

El nucleo duro alemán toma asiento en el altillo de la nave. No se sabe cómo se aposenta junto a nosotros un inocente súbdito de la República Argentina que no debió reparar ni en nuestra hosquedad cuando los pibes retornaban al campo y desfilaban por el tunel de vestuarios, ni en la camiseta que llevaba un servidor conmemorativa de ALEMANIA '74.

Comienza la segunda parte, y a los 3 minutos marca el, dejaré los calificativos para otra ocasión, defensa argentino Ayala. Abajo, los bocachanclas cantan el gol, arriba una suerte de insultos que arreciaban desde la Pampa hasta Ushuaia sin dejar a ninguno de esos boludos indemnes cayó y cayó durante más de cinco minutos. Y todos sabemos como se las puede gastar el Marqués cuando comienza a descalificar.

Visto lo visto, el súbdito argentino se levantó del asiento muy cortesmente, se la envainó y se marchó.

A los cinco minutos, aparece por el altillo uno de los habituales de la nave. Visto lo visto, le preguntamos.

-Tú, Trallero, ¿con quién vas? ¿con Argentina?

A lo que ese gran hombre respondio con un rotundo no y sacudiendo la cabeza. Así y todo, realizamos la segunda pregunta que no era tan ilógica y luego explicaré por qué.

-Entonces, ¿vas con Alemania?

A lo que ese gran hombre respondió asintiendo con los labios como muy pretos, como si aquello fuese una pregunta que le hería en lo más hondo, "la duda ofende".

La pregunta era pertinente porque, por ejemplo, uno puede estar viendo un Barcelona-Zaragoza y no esperar que gane ningún equipo sino, digamosle así, acontecimientos extraños como una abdución de todos los presentes, o que se caiga el cielo, o que pierdan los dos, o que se peguen entre ellos, o... qué sé yo...

El caso es que seguimos viendo el partido el nucleo duro alemán más el adláter que nos había acompañado, esta vez sí en condiciones, repasando todo el santoral cristiano cada vez que Alemania fallaba. Pero llegó el minuto 80 y Panzercito, al fin, metió una taba antológica de cabeza (los dos goles fueron de cabeza aquella tarde).

Ese gol fue cantado (y puedo compararlo porque en ambos casos estaba sentado en el mismo sitio) a volumen infernal. Mucho más alto que el gol de Puyol, más que el de Iniesta en el Mundial. Fue berreado como si nos fuese la vida en ello, mientras nuestro acompañante sacudía los brazos en alto. No con ese aire ñicri como lo haría un seguidor de los Mandarinas o los Spaguetis. No, lo hacía toscamente, con dos cojones. Como lo hubiera celebrado Torpedo Müller, o Santillana o Juanito. Con las tripas y los cojones.

A continuación nos volvimos al tendido y al bocachancla le cayó toda suerte de improperios, gratuítos sí, pero merecidos por la tabarra que había dado ese hombre que no sabe si un balón de fútbol es cuadrado o redondo. Siendo del Zaragoza lo único que puede saber ese hombre es que una vez se les apareció la Virgen del Pilar y David Seaman se cagó en los pantalones, a eso se reduce su conocimiento futbolístico.

Luego vinieron los penaltis, los alemanes pasaron, luego los argentinos montaron cipote, Bierhoff salió en plan Frank Nitti de los Intocables, le pegó un mascao a Ayala, este se lo devolvió a Frigoríficos Frings, este a su vez se lo devolvió a Ayala y el Mundial se fue a tomar pol culo. El Fifallarato suspendió al pulmón alemán por un partido e Italia venció a Alemania en la semifinal.

Y nos vamos al 2010. Panzercito siguió tocándose la cola 4 años más en sus respectivos clubes. Se autoexpulsó en aquella semifinal jugada por el Werder ante el Espanyol e hizo que todos los pericos y las gentes de buen corazón tuviesen el corazón reconfortado hasta que aquel suizo de cuyo nombre no quiero acordarme perpetró aquel latrocinio contra la entidad perica a favor de el cacicato del Sáncheh Pihuán. Lo que se escucho sobre ese colegiado aquel día, y la forma en como alguno quería acabar con su vida, me la callaré no vaya a ser que nos chapen la blog.

Y llega el Mundial. Y el señor Kloze, el polaco Miroslaw, llega otra vez en forma el jodido. Esta vez lo tiene más fácil. Tiene un pedazo de sucesor como la copa de un pino, Thomas Müller. Y los otros alemanes parece que la tocan. Ya no son clones de aquel rotovator llamado Dieter Eilts. Y nos encontramos ante otra de esas tardes "muertas" en la nave Víctory. Esta vez el partido es contra Inglaterra y la asistencia es más nutrida. El Grisnell, Canaletto, la Alimaña azucarera, el teutón Chus Hefner... había gente ese día. Y el bocachancla también estaba, e incluso una pareja de súbditos alemanes.

Esto lo contaría mejor el Marqués, pero como sé que no va a escribirlo, ya puntualizará si eso. La pareja de teutones se acomodan en la barra y con un exquisito castellano preguntan si es posible ver el partido de fútbol. El Marqués les dice que sí, que no se preocupen, que además se sentirán como en casa.

Y en el minuto 20 esa pareja se dio cuenta que no, que como en casa no, que ni en Berlín debieron cantar ese gol como en la nave Víctory. Aquella pareja alucinó cuando Panzercito metió el primero y todo el altillo en pleno se levantó y comenzó a berrear. Joder, si el Grisnell cantó más esos goles que los dos últimos de España en el Mundial..

La pareja se volvió al Marqués y el señor le preguntó "ah, pero ¿entonces van con Alemania?" a lo que el Marqués le respondió, "claro, ya se lo había dicho. SIEMPRE vamos con Alemania".

Aquello fue un festival y un chorreo histórico. A Inglaterra le anularon un gol que suponía el empate. Sí, sí, un gol como el que le anularon en el mismo partido a los alemanes hacía 40 años. Donde las dan las toman... Por supuesto en ese momento el altillo rugió, y el bocachancla se tuvo que refugiar en los naipes.

Ahora dicen que el Madrid, el de fútbol quiero decir, está tanteando a Klose o a Van Nistelrooy. Cualquiera de estos dos fichajes provocarán que de aquí a junio vuelva a hacerme del Madrid, de fútbol quiero decir. Porque con cualquiera de esos dos fichajes se atisba la tragedia blaugrana, una remontada al final de la Liga, un gol in extremis y un nuevo día de fiesta en el altillo de la nave Víctory. Amén.

miércoles, enero 12, 2011

Hazañas Buquizas (V): el día que España ganó el Mundobasket

Algún día se hablará de la jornada del 8-E. El día del almuerzo-comida-merienda-cena-tragos de la Asociación Gastronómica Buco Juniors más pantagruélico y desproporcionado que uno recuerda desde que se comenzaron a organizar las comidas de equipo de Navidad. Como diría el señor Panizo, "una puta animalada" que ya si eso se contará cuando se acaben de casar los recuerdos perdidos de las partes integrantes y se acabe de esclarecer lo que se hizo en el garito del Negro desde las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana, ya que a algunos nos quedan algunas horas centrales muertas por rellenar...

A lo que íbamos, por votación popular y dado que el Buco sigue sin ganar en los terrenos de juego (y si Dios, o Lenin, o la Damm, o Juan Gómez "Juanito", o quienquiera que gobierne el mundo nos quiere, este fin de semana hay que ganar) se sigue con el serial de las Hazañas adentrándonos en el día que surgió el mito del Furby Drogado (y España ganó un Mundobasket, pero eso es accesorio).

Estamos en el pueblo anteriormente conocido como Nieblavilla y que ahora podría ser Cierzovilla en el día sábado 2 de septiembre de 2006. Víspera de chupinazo y pasacalles. Como toda persona de bien que lea esto y que no sea ni un ñicri, ni un flainas comprenderá que a las 4 de la mañana de la noche del 2 al 3, el 99% de la gente que pululaba por los bares de este pueblo iba como un calabazón.

Empezaremos la historia por ahí porque sería una gilipollez contar lo que hace un grupo de bucos las 4 horas previas (y además ni me acuerdo) que debió de ser lo mismo de todos los sábados pero más a mala baba, o sea, disponiendo por una vez al año de vasos de litro en los bares y de un garito en frente de dónde ahora la gente se "flashea" a las 7 de la mañana con bocadillos a discreción. Para los que no tenemos medida, la perdición.

Allá las 4 de la mañana una delegación del Buco y adláteres se encontraba en el bar más grande del pueblo cuando comenzó a atronar la canción de "Ecuador". Fue en ese momento cuando el hasta entonces conocido como Bolillo, Buster o sencillamente Schuster comenzó una de esas danzas vikingas o neandertalianas ante el asombro general.

La Alimaña Azucarera fue en ese momento cuando sentenció, seguramente con un DYC en una mano y el cigarro o en la mano o en la boca, con el morro torcido y malcarao, "joder, mira a Schuster, si parece un jodido FURBY DROGADO".

Dramatización

Y ya se le quedó el apodo pa los restos. Una vez más por obra y gracia de la Alimaña, ese ser que Dios, o Lenin o la casa Damm nos puso de compañero de farra y que al día siguiente te narra los hechos acaecidos con pasmosa facilidad, además de aportar toda esa serie de términos para el acervo popular. Esa noche el primero fue EL FURBY DROGADO. Vendrían más.

Por si no lo he dicho, al día siguiente, domingo 3, en el pueblo anteriormente conocido como Nieblavilla comenzaban las Fiestas (oficialmente), con el consiguiente pasacalles-desfile de alcohólicos irredentos por las calles de la localidad. Además a la misma hora, tócate los cojones, era la final del Mundobasket entre España y Hellas (a por las botellas). Y se decidió que, se tenía que llegar a ver esa final como fuera, y que al pasacalles le iban a dar.

Tras deambular de bar en bar, el Marqués decidió plegar ya que al día siguiente tenía faena en el crematorio de langostinos del coso a la vera del señor Aleinikov. El Kaiser Cagón debía de tener una de esas noches en las que el Doctor Jeckill no se convierte en Mister Hyde y se fue a casa para dormir y levantarse a tiempo de la final. Patxi Panizo y Chus Hefner obraron del mismo modo. El señor Van Basten se había perdido hacía mucho tiempo en alguna escaramuza por los jardinetes y el Furby se había perdido también en alguna escaramuza con un pacharán con frenadol. ¿Quién más podía quedar por ahí? ¿El Fary, la Zeta, Rusia, Portugal, Frodo Salgado, Quijote Divac...? Los días de Fiestas son fastidiosos para tener controlado a todo el personal, así que relataré lo que viví con la Alimaña que bastante dio de si.

Eran las 6 de la mañana y por ahí estábamos Cadel Renton, la Alimaña, el primo de la Zeta al que denominaremos Josete, y yo, el zampolit. Josete, para el que no lo sepa es un zagal, como decirlo, cargante como una vaca en brazos. Sus temas de conversación se reducen a Davis Bisbal, Michael Jackson, el Barcelona y Josete http://es.wikipedia.org/wiki/Josete, un gacho de Güesca que jugó en el Betis; y que como mérito más grande tiene el haberse pegado 2 horas de reloj en una casa en la que tuvimos los santos huevos de meterlo en unas fiestas de barrio cantando el Thriller de Michael Jackson y el Ave María de Bisbal la hora y media restante entre anécdotas varias de su vecino el exjugador del Betis. Ni que decir tiene que al final lo tuvimos que sacar de esa casa antes de que corriera la sangre.

Bien, ante la inquebrantable fidelidad de Josete, al que era más dificil descolgar del pelotón que a Floyd Landis cargado de Soberano, se opta por hacer una 13/14 pergeñada por la Alimaña y yo mismo diciendo que "estamos muy cansados, nos vamos a dormir". Tras dar la vuelta a la manzana y recoger a Renton, que no se había enterado de la jugada, la Alimaña soltó la segunda frase de la noche que se fue directa al acervo popular.

-Bien, son las 6 de la mañana, ¿qué hacemos?

-Yo dije hace medio año que vería a España jugando la final pifao en fiestas y eso pienso hacer, yo no me voy a dormir.

-Muy bien, entonces ME SUBO AL CARRO DE LA MUERTE.

Renton y yo, asentimos y decidimos unirnos a la Alimaña en tan disparatado viaje.

Primero de todo, ¿qué hacer?, quedaban 6 horas hasta el comienzo de la final. Suponiendo que almorzando nos podíamos pasar entre pitos y flautas... ¿1 hora?, ¿2?... el resto había que llenarlo de alguna manera. Con alguna tarea que llevase tiempo. Y que no nos durmiéramos mientras. Así que para empezar se llegó al acuerdo de bajar caminando hasta el garito de la Curicuriká cuando estaba allá donde Cristo dio la última voz y perdió la última zapatilla. Eso, a tomar pol culo.

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7:00. Garito de la Curicuriká. La Alimaña y yo nos pedimos una caña. Rentoncito, un pacharán que se quedó raso con el canto del vaso. Uffff, miedo. Alimaña, que este tío no nos llega a las 12. ¿Qué hacemos? Yo brincaría, que como nos quedemos aquí, nos empifolaremos. ¿Dónde vamos? Vamos a ver si está la Reina Mora y nos hace unas alitas de pollo. Vamos.

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8:00. Llegamos al reducto de la Reina Mora en pleno apogeo de gente. Echamos alguna caña en la barra y al final nos pasan al comedor interior donde nos atiende el mejor arbitro que tiene, ha tenido y tendrá la liga local de fútbol.

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8:30. Nos jode en una mesa con mantel y todo a los tres sacos de mierda con patas que éramos en esos momentos. Saca el agua para la Alimaña y para mí y a Rentoncito su nutritiva y refrescante jarra de cerveza. Y el camarero más dicharachero del pueblo (por detrás de Aleinikov) comienza a preguntar qué queremos.

-Alitas de pollo

-No me quedan

-¿Qué no te quedan? Hombre, ¡no me jodas!, tendrás calamares...

-Tampoco

-Pero bueno, ¿pero esto qué es? ¿qué clase de broma es esta?

-Zagales, no me toquéis los cojones que con marchar a otro sitio lo tenéis solucionado

-Nacho -que así se llama el camarero, respondió Renton

-¿Qué?

-Sácame tarjeta amarilla, pero pon alitas de pollo

-Zagal, no me jodas, no me jodas, que te vas a la puta calle

-Bueno, bueno, ya me callo, tranquilo

-Entonces, ¿qué va a ser?

-Vino

-Oye, zagal, céntrate, céntrate. Que te vas a reir de quién yo te diga

-Vale, vale, pero saca vino

-¿Que qué quereis de comer, joder?

-Venga va, pues yo un combinado de longaniza

-El combinado, ¿qué lleva?

-¿Cómo que qué lleva?

-¿Es carne todo, o lleva verde?

-No lleva verde

-Ah, cojonudo, entonces sí, sí, uno de lomo

-¿Y tú, qué quieres?

-Yo quiero un combinado de longaniza, pero le quitas las patatas fritas y le pones calamares

-Cagonlaputa! Zagal, no me toques los huevos y céntrate. Pide algo de la carte o marcha a tomar por culo. Te lo digo una vez más sólo, ¿qué quieres?

-Espera, espera, quiero un combinado de... solomillo-chorizo, ¡no!, longaniza-chorizo!

-A tomar pol culo, venga, a la puta calle!

-Nacho, Nacho, espera, sácale lo que sea, que se lo comerá, que le da lo mismo

-Pues uno de longaniza y vas que ardes. Y ya te puedes centrar o marchas a la calle

-Vale, Nacho, pero te sigo diciendo que me saques la tarjeta amarilla, pero saca vino...

Todavía no sé como ese hombre no nos puso en la calle, el caso es que a la media hora nos sirvió los tres platos. Por aquel entonces la Alimaña debía de estar bastante aburrida ya que Renton y yo dormitábamos sobre el mantel. Tras ajusticiar los combinados, nos dirigimos a hacer una ronda de cafés porque aquello no había quien lo soportara sin cafeína.

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10:00. En estas aparece el señor Van Basten que si mal no recuerdo iba con el ABC debajo del brazo. Después de hacer alguna prospección por los jardinetes se venía a echar un carajillo. Nos dejamos caer a uno de los bares del rio ancho. Y ahí aconteció la tercera acepción que se fue directa al acervo popular buquizo.

Qué quereis. Pues unos cafés, unos chupitos de hierbas (pa engrasar) y tú qué quieres, Renton?

-Yo quiero una caña, pero con muchos hielos

Ya estamos. Otra vez cipote con la camarera.

-¿¡Qué!? ¿Una caña con hielos?

Que visto friamente, y teniendo en cuenta que era el día del pasacalles (y aunque no lo hubiese sido), ni que le hubiera sacado la chorra y le hubiese pedido que le comiese el tigretón. Menuda tía más malcarada, anda que no me harté de pedir en el garito del Negro cuando no era del Negro carajillos de Disaronno con una bolseta de cortezas y jamás me montaron un pollo...

- Sí, con hielos, para que esté FRESSSSSSSQUISSSSSSIMA





Dramatización
Ante lo que la rancia aquella dijo algo así como "quieres hielos? pues te vas a hartar" y en un cacharro le metió media cubitera con cerveza.
Media hora después nos fuimos a por nuestra siguiente víctima, no sin antes pagar ante la rancia que ya por entonces se debía de haber olvidado del duelo dialéctico con Renton.
- Por favor, ¿me puedes cobrar estos cafés y esta caña que estaba FRESSSSSSSQUISSSSSSIMA?
La camarera le lanzó una mirada de odio, tiró lo que llevaba encima al suelo y le dijo a una compañera, "Anda, cóbrale tú a este imbecil tres cafés y una caña, que como lo haga yo..."
A lo que Renton, puntualizó, "Sí, pero la caña me la cobras CON MUCHOS HIELOS".
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11:00. Subimos por el rio ancho, de algún lugar aparecen unos churros. La calle comienza a estar bastante concurrida, borrachos que vienen y van y alguna familia decente que va a coger sitio para el pasacalles. Un abuelo pasea con su nieto de pocos años el cual lleva atado a la muñeca un entrañable globo de Bob Esponja. La Alimaña y yo pergeñamos comprar un Bob Esponja para Renton. No lo hacemos. Pero hubiera estado precioso. Casi como yo con el Sonic que un cabrón me puso el mismo día años después. Panizo, cabrón.
Pero entonces, Renton encuentra otro divertimento. Un churro aparece ante su camino. Cual pelota que chutar o caja de nevera o contenedor que patear. Y Renton lo chuta. Y hace regates y cabriolas con él. Y el abuelo con el nieto lo mira. Y Renton le devuelve la mirada. Y le salta, "este churro está fresquísimo". Y le vuelve a dar y a chutar. Y el churro cada vez está más mostoso. Y el abuelo lo vuelve a mirar. Y Renton lo mira otra vez, y le dice, "ESTÁ FRESQUÍSIMO, HIJO DE PUTA..."
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11:30. Llegamos a la nave Victory. El contramaestre Marqués todavía no ha llegado. Aleinikov está en el crematorio de langostos y Marqués padre nos lanza una mirada de esas de "bastante cipote tengo yo ahora, como para que me pongais el baloncesto, el fútbol o lo que quiera que vengais a hacer". Marchamos al Robadero.
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12:00. Comienza la final. El Furby Drogado llega a la nave Victory junto al Marqués y el Furby se dedica a dar uno de esos recitales que solamente él sabe. Poniendo a caldo a toda la parentela de los griegos y glorificando a Garbajosa y, ya de paso, hasta a Arkonada. En el Robadero la cosa transcurre más tranquila.
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14:00. Termina el partido y llega el pasacalles al coso. Salimos del bar gritando "¡¡¡Somos campeones del mundo!!!". A la gente le da igual. ¿A todos? no. De entre las masas aparece el Furby, quien parece un ecce homo. Nos abrazamos y enfila en dirección contaria al pasacalles para en la esquina de fierro soltarle a un zagal la cuarta frase del acervo popular, "ESTOY BORRACHO, NO HE DORMIDO, Y SÉ... QUE MI ALIENTO HUELE A MIERDA. PERO ME DA IGUAL, PORQUE SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO".
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15:00. La celebración continúa en la nave Victory. Y Renton está ahí aguantando. En una de estas Frodo Salgado dice aquello de "habrá que marchar a casa a comer, ¿no?" a lo que Renton responde, "sí, yo además me tengo que hacer la bolsa para marchar a Barcelona".
El Marqués y yo nos miramos. Hay un balón que viene botando. ¿Quién remata, tú o yo?. Te la dejo, para tí.
Le digo, "Renton, no es por joder, pero... ¿a qué hora te sale el autobús?"
A lo que él responde, profundamente extrañado, "a las cuatro menos veinte, ¿por?"
A lo que alguno respondió, "mira el reloj, por favor".
Renton miro el reloj, hizo una mueca, apagó su cigarro y salió del bar como los héroes. Qué cojones, era campeón del mundo.

martes, enero 04, 2011

Hazañas Buquizas (IV): Lady Kañas

¡Feliz Año, gañanes! Un año que comienza con la proyección en TVE2 de "Amanece que no es poco" dice mucho de él, de lo que se espera y de lo que se le puede exigir y la primera noche del mismo fue una muestra del sindiosismo que nos va a deparar. Algún día se hablara del Niño de la Barquilla y de Vaya Día! aunque hoy quisiera parlamentar acerca de una hazaña que no fue propuesta a votación para ser contada pero que merece serlo. Así que ahí va... (a ver si el próximo partido lo ganamos porque ya me canso de hablar de carreras ciclistas, estrellas de leyenda y hazañas buquizas; quiero relatar una victoria del Buco ya!)
Esto ocurrió allá por el 2005 o el 2006, ahora mismo no lo recuerdo muy bien. No lo fijo bien a la memoria porque fue muy breve en el tiempo. Fue un fenómeno que duró un fin de semana, y seguramente ese sábado no hubo derrota blaugrana ya que de lo contrario recordaría fecha exacta y goleadores. Pero no.
El caso es que todo comenzó un viernes en el local donde unas veces pagaba la propiedad y otras veces nosotros. Ese local donde cierta vez el Fary, con sus dedos poliprénsiles, avitualló durante media hora a la muchachada a base de Nostrum y Voll-Damm con el sonrojante saldo de... "Bueno, os voy a cobrar un euro por cerveza, así que me teneis que pagar... 108 €". Ese local donde el Pirata y el zampolit (el mismo que escribe esto), tenían por costumbre gritar aquello de "YUUUUUUURIIIIIII, ABATE ESE CULOPAAAAAAAANZEEEEEEEEER" a volúmenes insanos e incompatibles con la vida humana, y audibles para uno de los dueños aunque estuviese pinchando música con los auriculares puestos (nota para G.M., excelentísmo presidente del UNED-Chess: no, no se trata de una licencia poética; realmente se quitó los auriculares, se acercó a la barra, me tocó en el hombro y me dijo: "Por favor, ¿puedes dejar de gritar? (alarir como un cerdo), es que no oigo lo que estoy pinchando [sic]).
Ese local donde, otra vez el Pirata, tuvo que sacar a Mousa de la barra después de que la vomitara por completo, a ella y a los veinte chambergos que se encontraban depositados sobre ella. Ese local...
Pues era un viernes y ahí debíamos estar el Pirata, Mousa, Schuster, la Alimaña, el Marqués y jo mateix. No sé si me invento a alguien o me dejo a otros tantos. Recuerdo que los tres últimos estábamos seguros y que, como era normal y es, el Marqués se acercó a la barra a pedir para él y los cincuenta satélites de alrededor.
Ese bar siempre fue famoso por acaparar, y ostentar, una de las pléyades más impresionantes de camareras del pueblo. Tan sólo igualado por la nómina del Negro. En aquellos tiempos solía estar por ahí Miss Hungría como mascarón de proa aparte de las dos dueñas que para que decir...
El caso es que aquella noche tenían chica nueva en la oficina. Rubia, alta, impresionante. Guapísima (en terminos casalsísticos, feeta del montón, le faltaba pitera). El Marqués acomete la transacción.

- Hola, ¿qué te pongo?

- (Palote, me pones palote. Una mina, le llaman MINA. Hola preciosa, me pondrás un hispánico brandy con letelcao, un pampero con cocacola, un bádminton con limón, una volldamm y un coantreau con cuarentaitrés. ¡Hala Madrid y Arriba España!) [dramatización de lo que esa cabeza pergeñaba mientras pedía más sosegádamente cinco cañas con limón]

- Tu cara me suena, ¿nos conocemos?

A lo que el Marqués con cara de póker, es decir, de llevar un 4 y un 7 y de que le resubieran antes de ver el flop, contestó

- Bueno, no sé, yo en este pueblo soy conocido. Yo tengo un bar...

- Ah, pues no sé de que será... bueno, te invito a las cañas

- Pues muchas gracias

Tras ver la jugada, confirmada y relatada por el Marqués, pensamos que había sido idea de alguno de los dueños quien habría adiestrado convenientemente a la zagala diciéndole cuando entramos y sin que nos diéramos cuenta "esos zagales han levantado este bar" o "esos zagales se dejan aquí media nómina" o "esos zagales se están dejando el hígado en esta barra" seguido de un "CUÍDALOS".

Lo que ya no es normal es que vayas a pedir la segunda ronda a la zagala nueva. Te sirva las cinco cañas y antes de ir a sacar las perras marche a la otra punta de la barra...

Sólo se puede explicar porque allí nos dejábamos mucha pasta. Quien no recuerda aquel mítico cumpleaños del Marqués en el que él mismo, Cadel Renton y yo cogimos sitio en la barra a las 12 y la abandonamos a las 7 sacando rondas de cubatas como si fuera un paso de ecuador. Rondas de ocho cubatas... y éramos tres personas (no G.M., no, no es una licencia poética, fue así de triste, así de cruento). Éramos tres personas y cada vez que se pedía se sacaban 8 cubatazos de whisky con naranja. ¡Joder!, si a uno de los tres ni tan siquiera le gustaba con naranja, y cada vez que se volvía y veía semejante ringlera lo único que sabía hacer era bramar "no me gusta el whisky con naranja", cinclarse uno de un trago y pedir otro con cocacola.

¿Qué dueño de bar no te va a venerar después de eso?

Pero vas a pedir la tercera ronda (llevamos 15 cervezas) y la moza te hace lo mismo.

Extraño, muy extraño. Y entonces le digo al Marqués, "la próxima la pido yo".

Me acerco a la barra con el billete en la mano, llamo a la zagala, le pido "lo de antes" y mientras las sirve le doy el billete, lo agito delante suyo. Se me acerca al oido y me suelta "no saques el dinero porque lo va a ver ***** (el dueño) y te voy a tener que cobrar". Mi pretez me obliga a no insistir y otra ronda más por la filorcha.

Llegados a este punto debimos decidir bajar a la panadería a echar unos saladitos (kilo y medio o por ahí y no, G.M., no es una licencia poética, kilo y medio o por ahí)

Pero al día siguiente salimos. Y convencimos al Marqués, quien vislumbraba alguna posibilidad de jodimiento en aquella zagala que Uiiiiiiiiiiiiii Casals no se hubiese mirado por planeta, de que había que hacer sangre, leña del árbol caído, y conseguir la mítica cifra de 40 cañas sisadas a la zagala que, a esas alturas, ya había sido bauitizada como Lady Kañas.

Nos acompañaba Quijote Divac y puede que el Pincho Borgoñón quienes no daban crédito a lo que veían sus ojos. Se superaron las 40 cañas de largo y no sólo eso sino también chupitos en cantidades industriales y demás viandas. Uno de los fines de semana en los que he llegado a casa con más dinero que con el que he salido ya que el viernes noche seguramente pagaría los saladitos y al recaudar de los comensales salí ganando. Y en el bar no me gasté NADA de NADA.

La moza duró otra semana más en la que nos volvió a invitar aunque de una manera muchísimo más sosegada y después jamás se supo de su faceta como camarera. Y nunca nos ha vuelto a pasar nada así de parecido. Lo cual no fue óbice para dejar de acudir a ese bar, semana tras semana, a dejarnos media nómina.