martes, diciembre 28, 2010

Hazañas Buquizas (III): Bailando con Onsos

Debido a la acogida de las dos anteriores entregas, a que estando de vacaciones se dispone de más tiempo y a que hasta el hermano de la Alimaña Azucarera y el del Kaiser Cagón han pedido nuevas entregas, ahí va una de esas de cosecha, de las que te dejan la picha derecha...

Corría el verano de 2006 y era uno de esos jueves en los que yo, el zampolit, estaba cenando en mi casa de Katowice probablemente viendo Perdidos o SMS (sí, sé que la temática de las dos series dista bastante, pero vivir solo es lo que tenía, que te podías aficionar a muchas y muy diversas cosas) cuando recibí una llamada al móvil.
Para el que se haya perdido en lo de SMS decirle que el episodio tipo era algo tal que así



mantenido durante unos 30 minutos. Bueno, te enganchas a ello entre partido y partido del Mundial de Fútbol y después no puedes dejar de verlo... pero en fin, yo creo que estaba viendo Perdidos cuando veo que el Marqués me llama por teléfono.
Después de los consabidos saludos, qué pasa puerco, hola cerda, que quieres, tal y cual, me pregunta si quiero subir al día siguiente a las fiestas de ese pueblo que está al lado de otro que tiene una colegiata. Ahora no recuerdo el nombre. Bueno, al pueblo del Marqués, el que está al lado del del Frutas. El pueblo que preside la nave Victory. Ese.
Le digo que no. Mejor dicho, que NO. Hombre, pero qué tienes que hacer mañana, súbete, o es que te quedas por Polonia. No, no me jodas, subir, subiré pero que no voy a las Fiestas, coño. Venga va, que os invito a cenar. Pero a cenar... ¿a una cena de esas sociales? paso. No, hombre no, que haremos brasada en mi casa.
Ah, haber empezado por ahí, ENTONCES ASÍ SÍ.
Luego te enteras que la misma maniobra es utilizada para convencer a la Alimaña Azucarera, a Portugal (supongo que el portugués a la altura de "os invito a cenar" le sudaba la polla compartir mesa y mantel con medio pueblo, y no sería tan reticente, se vende por un pozal de acelgas) y a la Zeta.
Así pues, el viernes nos juntamos ese quinteto titular para subir a la casa del Marqués. Ya entonces me pareció que se había comprado un poco bastante de comida mas como esas monstruosidades me gustan para luego poder contarlas me callé, pero lo que allí estaba por suceder era una apología de la fartalla y de la sinrazón.
Llegamos al palacete familiar del Marqués y empezamos a sacar ahí carne y carne y más carne, pa un regimiento. Botellas de licor como para doce gachos. Embutidos a punta pala y dos tartas al whisky que se fueron a la nevera ya que según la Zeta "no hacía falta meterlas en el congelador". Volveremos al tema de las jodidas tartas.
Bueno, empiezan a hacer la brasada y mientras veíamos un Betis-Madrid del Trofeo Carranza (¿por qué razón estoy condenado a acordarme de detalles tan estúpidos?) en el que la Alimaña tenía el corazón dividido comenzamos a trasegar cerveza y panchitos, y queso y secallona y más cerveza. Como el día de Lekumberri (ver Hazañas Buquizas II) , gente normal no hubiese ya cenado pero nosotros ahí estábamos. Además, no lo sé a ciencia cierta pero me juego los cojones y no los pierdo, Portugal seguro que venía merendado de casa y hasta cenado.
Pero ¿a qué denomina Portugal como merienda?
Dícese del frugal tentempie compuesto por trallo de secallona, media barra de pan, buen piazo de queso, yogur y vaso palmero de colacao con paquete de galletas.
Después de esto si tienes cojones, cena. Pues Portugal cena.
¿Y a qué denomina el portugués como cena?
Dícese del conjunto de viandas ingerido viendo el Pasapalabra (o sea, que empalma merienda y cena) compuesto por platazo de acelgas con trocetes de jamón o chorizo o media vaca rustidetes por encima, buen trallo de longaniza (para el común de los normales, la longaniza entera) y tres o cuatro mandarinas. Y ya luego lo que pille ese día por la nevera, que puede ser cualquier putada tipo chuletón o joderse un pollo...
Después de esto, una persona normal se va a dormir o a tomar por culo a Urgencias para que le hagan una lavativa porque le van a petar las tripas, pero Portugal, es entonces cuando se va de CENA.
El menú de la CENA en casa del Marqués estaba compuesto, creo recordar (como he dicho, me puedo acordar de la alineación titular de Alemania en Italia '90, pero de otras cosas...) y si no que me rectifique el Marqués, por:
4 kilos de costilla de cerdo (éramos 5 "personas"), 1-2 pinchos morunos por cabeza, 2 longanizas, 1 chorizo, puede que hubiese alguna torteta... no recuerdo. Jamón, chorizo, secallona, un queso cojonudo, la de Dios... El detalle importante era el de la monstruosa dosis de costilla de cerdo habilitada para el evento.
Hubo instantes de la velada en los que el Marqués o la Zeta contaban sus habituales historias y yo solamente podía reir y reir. Pero había dos entes sentados a la mesa que en lugar de costillas parecía que estuviesen comiendo sandía ya que en lugar de huesos parecía que tirasen al plato pepitas. A ese ritmo devoraban la Alimaña y Portugal quienes no decían nada. Sólo comían. Como onsos.
Evidentemente, había bebida. El Marqués sacó "el vino del Papa". Yo no sé si era del Papa de Roma o de qué cojones era pero aquel vino estaba buenísmo. Nos zumbaríamos botella por cabeza, fijo. Pero ahí con la cantidad de carne que estábamos comiendo es que ni se subía a la cabeza. Cuando se acabó ese vino, se sacó champán. Aquello era insano, y no había una mente lúcida para detenernos. Sencillamente, dejamos de comer porque se nos terminó la comida, si hubiera habido más, hubiéramos comido más, hasta reventar.
Llegó la hora de los postres. Las jodidas tartas. El que dijo que aguantaban en la nevera, se equivocó. Dos litros de tarta al whisky derretida, vulcada a unos platos, aderezada con más whisky y tomada con cuchara como si fueran sopas. Menuda pastureta...
Tras eso, los licores. Cada uno se había subido una botella de lo que le apetecía más luego había "los clásicos". Como he dicho, diez o doce botellas seguro que habría. Comenzamos a beber como si se fuera a acabar el mundo y al principio no subía, no...
Eran pasadas las 11 de la noche que nos poníamos a cenar y pasadas las 4 de la mañana alguien tuvo la feliz idea de mirar el reloj para ver si era hora de bajar al baile. Ni primera ni segunda sesión. Tras vulcarnos más de una botella de licor por cabeza nos arrastramos hasta la plaza donde nos encontramos a Rusia, que pululaba por ahí.
Allí ya vimos que el baile estaba en sus últimos estertores y que la fiesta continuaba en otra plaza en una disco móvil. Echamos una caña en la barra y aquella fue la caña que nos jodió a todos. El ruso desapareció y a partir de ahí comenzó el show.
La plaza estaba presidida por una cruz de unos cuatro o cinco metros de altura, justo en medio. Después de bebernos media barra, de los típicos encontronazos con gente de otras culturas y otras latitudes, esta vez no con franceses sino con polacos, se nos distinguía del resto de gentes por la siguiente forma de proceder.
La gente "normal" se salía de la plaza, hasta un descampado, se bajaba la bragueta, se sacaba la chorra, meaba, se sacudía, se guardaba la chorra, abandonaba el descampado, entraba en la plaza.
Nosotros, nos bajábamos la bragueta, salíamos de la plaza, hasta un descampado, nos sacábamos la chorra, abandonábamos el descampado, nos sacudíamos, entrábamos en la plaza, nos guardábamos la chorra (y el penúltimo y antepenúltimo paso podían estar perfectamente intercambiados). En una demostración fehaciente de que el orden de los factores, SÍ altera el producto.
Llegados a un punto, Portugal decidió echar una cabezadita al pie de la cruz. La Alimaña se fue a la barra a vigilar el grifo de cerveza, no fuese a escapar. Los otros tres elementos nos encaminamos a una repisa de la cruz que nos dejaba como a metro y medio por encima del suelo y, con los pantalones bajados y en calzoncillos, comenzamos a bailar ahí subidos como si fuéramos las gogos del lugar. Unas gogos con leche-limonada y por detrás chocolatada en los calzoncillos. Muy bonito.
Se acaba la música, ya de día, y nos empiezan a echar pa casa. Intentos de ligoteo por allí, por allá, que si con la campeona de martillo de la RDA, que si con una zagala que estaba un poco sorda. Al final, retirada al palacete. Portugal, la Alimaña y el Marqués van tirando unos metros por delante. Yo me quedo con la Zeta y no se le ocurre otra cosa que bajarse pantalones, bajarse calzoncillos y ponerse la camiseta a modo de turbante. Y una vez hecho esto comienza a caminar como un pingüino.
Estos van tirando y llegado a un punto miran para atrás y no nos ven, deciden desandar el camino a ver dónde estamos y la estampa que ven fue, en palabras del Marqués y la Alimaña, "un jodido aquelarre". La Zeta sentada en el suelo, zorro y en pelotas, y yo danzando a su alrededor como si fuese un indio arapahoe dando palmas.
Se reemprende la marcha y al pasar junto a la casa de unos tíos del Marqués, la pobre primeta que iba a sacar al perré a pasear queda seriamente horrorizada al ver a semejante atajo de truhanes y sobre todo a la Zeta en pelotas con el cargamento que lleva ahí abajo. El perré también se quedó cutio.
Al final llegamos a casa y, de una puñetera vez, nos echamos a dormir. A la mañana siguiente, aparte de que casi nos matamos bajando en la caravana rodante de la Muerte del Marqués cuando pilotándola, éste intentó un lanzamiento acrobático de bordajo por la ventanilla que casi nos vamos por el arcén, la Alimaña con todo su cuajo espeta:
-Oh, pues yo ayer no bebí tanto en el baile.
-Joder, que no-terció el Marqués - nos bebimos media Dinamarca, pequeña Alimaña.
-Oh, pues he mirado la cartera y "sólo" ("Sólo" después de haberte bebido una botella de vino, una y pico de whisky... en fin) me he gastado 20 €.
-¿Y qué bebías, simpatica Alimaña?
-Cerveza
-Las cerveza costaba 1 €, Alimaña, saca cuentas, puerco...
Los demás no debimos ir muy desencaminados. Al menos la Alimaña se acuerda de lo que se gastó y de lo que se bebió, qué le vamos a hacer...

domingo, diciembre 26, 2010

Hazañas Buquizas (II): la petit Bayonne

Hace tres años hubo una alineación astral del copón que provocó que en un puente de la Constitución nos coincidieran vacaciones y sobre todo, las ganas, a una pallada importante de mardanetes como para montar una expedición muy numerosa a Francia. Aprovechando tales circunstancias se aprovechó ese fin de semana para visitar la ciudad de Bayona donde se iba a disputar un encuentro de rugby y esa fue la excusa para subir hasta allá arriba.
La expedición estaba compuesta por el Grisnell, el cual dirigía al grupo con su coche, la Zeta, el Marqués, Rusia y Portugal por un bando y por mi mismo conduciendo el Ibiceta donde se montaron Cadel Renton, el Kaiser Cagón y Patxi Panizo. 9 buquizos movilizados para el evento, algo increible que nunca jamás ha vuelto a ocurrir.
El viaje fue uno de los más sicotrónicos que he realizado jamás y de elló da fe el apistonante recorrido empleado para llegar hasta la localidad francesa que por si alguien no lo sabe se encuentra a unos tres cuartos de hora de San Sebastián, todo tieso cara arriba por la costa francesa. Y llegar hasta San Sebastián no tiene más historia que enganchar por Ayerbe o por Jaca. No hay más cojones. O sí, si el que comanda la expedición es el Grisnell...
Con dos cojones tiramos hasta Zuera, sí hasta Zuera, para enganchar la autopista de las Cinco Villas que marcha hasta Ejea. No debe de ser ni carretera nacional, pero por esas rectas ir a menos de 160 km/h parece estar prohibido, ya que los lugareños por menos de eso te adelantan a 200. En hora escasa llegamos hasta Ejea... el problema vino después. Que si ahora hay que tirar pa aquí, que si ahora hay que tirar pa allá. Cuando nos quisimos dar cuenta estábamos subiendo un portaco de dios es cristo hasta llegar a Sos del Rey Católico y después de ratos y ratos, llegamos a Sangüesa. Resumiendo, que dimos más vueltas que un trompichón para no adelantar nada. Hala, eso sí, las curvas de Yesa nos las ahorramos y el Grisnell de ese modo era feliz.
Allí hicimos la primera parada a echar unos cafés. El Kaiser, que se había encargado del alojamiento en un albergue de Biarritz porque según él "en Bayona no hay albergues" http://es.wikipedia.org/wiki/Bayona_(Francia) 45000 habitantes y no hay albergues, tócate los cojones... el Kaiser estaba nerviosete porque decía que a partir de las 14h el de la puerta se iba y que no nos darían la llave hasta las 17h. En lugar de darnos prisa aun fue más motivo para tomarnos las cosas con calma así es que en la frontera se volvió a parar a fartallar un poco. Ir con Rusia y Portugal de viaje es lo que tiene.
Total, que entre pitos y flautas llegamos a Biarritz pasadas las 14h. El albergue cerrado. Así es que decidimos ir a comer, pero claro, en el país de los vulcafresas a esas horas ya están pensando más en la merienda que en comer y estaba todo cerrado con lo cual nos tuvimos que conformar con asaltar un puesto de perritos calientes y de ese modo malcomer en el paseo marítimo. Y ahí fue donde Portugal comenzó a desplegar su magia. No contento con el trallo de frankfurt que se había zampado recurrió al kit de emergencia con el que siempre sale de casa. Comenzó a hurgar en los pantalones y sacó tres hermosas mandarinas que procedió a enjaretarse ante la atónita mirada del personal que ya empezaba a tostarse a base de cervezas palmeras.
Luego nos enteramos que aparte de las mandarinas Portugal llevaba un trallo de secallona guardado en la pernera del pantalón, pero con las mandarinas se debió de quedar fartizo y no lo sacó de momento.
Después de dejar los trastes en el albergue que estaba situado ante un lago alrededor del cual corría alguna zagaleta que se debió de quedar espantada por encontrarse de frente con la Zeta pichando y el resto de buquizos pediendo y rutiendo en la arboleda como si de un akelarre se tratase, emprendimos la marcha a Bayona a ver el partido de rugby.
Cual fue nuestra sorpresa al ver que el estadio de estas gentes era una versión gigante del Municipal, con un bar gigantesco donde corría la cerveza y los bocadillos de salchichas a discreción. Nos jodimos aquellas buenas tres o cuatro rondas de bocadillos y otras cinco o seis de cervezas. La diferencia entre cuando pedía el Marqués a cuando pedía el Kaiser era abismal. Mientras que el Kaiser trataba de parlamentar con el gabacho de la barra, que llevaba una moña bien maja, y le pagaba religiosamente la consumición, el Marqués le tiraba un billete de 20 euros para que cubriera gastos y el gacho nos servía igualmente.
Al rato nos fuimos a nuestras localidades y, si la situación ya era surrealista de por si, al rato se llegó a unos momentos berlanguianos motivados por diversas circunstancias.
Pese a que se adelantó el Bayona, sus rivales, unos ingleses, les pegaron una barrida de muy señor mío con una ventaja al descanso de seis o siete ensayos (como si en fútbol vas perdiendo en casa por 0-4). Pese a que alguno íbamos con los gabachos, el resto de la expedición era abiertamente, y le sudaba los cojones estar rodeados de francesitos, pro Inglaterra. Cadel Renton iba ataviado con una camiseta de Zidane, motivo por el cual su vecino de asiento le dio la chapa pese a que Renton no tiene ni papa de francés. Se limitaba a asentir, pegar calada al cigarro, echar trago de cerveza, mirar al gabacho y de vez en cuando hacer ese gesto tan característico suyo en el que sube los hombros como diciendo "Chitán, ¿qué me estás contando?".
Rusia comenzó a cantar eso de "Alé Zaragoza, alé alé" y a decir que la paliza que le estaban dando al Bayona "no se la hubieran dado al Sevilla de Javi Navarro" y de ahí pasó a uno de sus soliloquios de el Sevilla es bueno, es bueno el Sevilla, sí, sí, es bueno... que puede repetir como un mantra durante horas y horas y horas...
Al final terminó el partido y nos fuimos a dar una vuelta por los bares. Los dos que conducíamos íbamos a base de cocacolas y alguna que otra cerveceta, el resto comenzó una de las vorágines más escándalosas que se recuerdan. En su momento me jodió, ahora no les culpo. Yo hubiese hecho lo mismo.
Primer bar. Una especie de garito en plan country-cowboy como solamente los franceses pueden imaginar-parir-pergeñar un sitio así de decadente. Estamos hablando de que eran las 11 si llega de la noche y la gente estaba en plan Barbastro las 4 de la mañana. No obstante, rápidamente les alcanzamos y sobrepasamos con suma facilidad. A la segunda ronda, el camarero ya era amigo nuestro (no te jode, como para enemistarse con esos sacos sin fondo que consumían a una velocidad 8 veces más rápida que un gabacho) le soltamos que éramos el equipo juvenil de Anaitasuna, le debió de hacer gracia y nos soltó algo de gratis.
Rusia comenzó con sus bailoteos a lo Rick Astley. Masada de tello, golida de dedos, y mirada de doblar cucharas. Al tercer intento una franceseta se lo miraba con ojetes de cordero degollao. "Ostia, y qué le digo si no sé francés", a lo que el Marqués, muy profesional siempre, le contestó que "para lo que tienes que hacer con esa zagala no te hace falta hablar". Al final Rusia no terminó la faena, se siguió masando el tello, y Portugal que es el que dirige los designios de este hombre dijo que había que cambiar de garito.
Entonces nos metimos en una calle estilo el Tubo de Huesca y comenzamos por una punta. E íbamos parando en todos y cada uno de los bares. En uno de ellos, cuyo suelo estaba plagado de huesos de pollo (Francia es un país extraño) ocurrió otra de las situaciones berlanguianas de la jornada. La zorrera empezaba a ser monumental. Con el Grisnell ya íbamos diciendo que cuando se nos inchasen los cojones nos íbamos en coche y que se apañasen los putos gremlins que venían con nosotros. En estas que, como digo Francia es un extraño lugar, ponen la canción versionada por Rage against de Machine de la Marcha Imperial de la Guerra de las Galaxias



Y entonces, no fue el Marqués, ni el Kaiser, ni siquiera Rusia. No. Los tres pilares de la República, el Grisnell, Portugal y yo, con la mano derecha alzada al cielo comenzamos a bailar la jodida marcha como si fuésemos soldados de la Luftwaffe. Evidentemente, al resto les faltó tiempo para seguirnos con los típicos alaridos de arriba lo uno, arriba lo otro. El bar se quedó desierto, los francesetes huyeron pensando que habían ido a topar con un grupo de ultraderecha. Evidentemente no nos dio tiempo a explicarles que estamos zumbados de la cabeza y por ahí, que el Marqués tan pronto se arranca con el himno de la Unión Soviética como con el Caralsol...
Siguiente garito. Allí fue donde conocimos a Juana, una amable camarera que sacó pacharán pa un regimiento. Los niveles etílicos empezaban a ser infames y ahí estando a cocacolas uno se daba cuenta de lo jodidamente lenta que pasaba la noche, y el ridículo que se estaba ahorrando de protagonizar y que, a buen seguro, hubiese hecho de ir mamao. Chupito va, chupito viene, la zagala nos dice que en media hora cierra y que la acompañemos a una discoteca. Cojonudo, ya está el plan montado.
Entonces interviene Renton diciéndole a Juana aquello tantas veces recordado de "¿te puedo dar un beso?". La zagala no sabía lo que hacía cuando dijo que sí. Renton no le pegó un morreo, no. Hizo algo mucho más indecoroso. Cogio la mano de la moza y empezando por una punta y terminado por otra le pegó una lametada como si fuera una vaca.
Acto seguido, se fue a tomar pol culo la discoteca, los chupitos y la madre que los parió. Luces encendidas, cierran, nos echan del garito.
El Grisnell y yo nos vamos enfrente a echar unos bocadillos de lomo mientras el resto iba saliendo del bar. Y era un espectáculo.
El Marqués se encuentra en la calle con un gacho de Santander, comienzan a hablar del Racing, que pim, que pam, se acerca Renton a la orejeta del de Santander y le suelta un rutido de los que hacen época. Será hijoputa este tío, lo mato. No, déjalo que es amigo mío que lo ha hecho sin querer (sin querer por los cojones). Bueno, bueno, pero que se esté quieto.
Ni medio minuto después se le acerca otra vez y le jode otra alentada en la oreja con volúmenes indecentes.
No se sabe como, Renton se escabuye del de Santander y encuentra otro lugar donde dar mal. El fondo de la calle termina en una especie de plaza atestada de gabachos. No se le ocurre otra cosa que gritar aquello tan manido de "Franceses, hijos de puta". Una y otra y otra vez. Hacer eso en España significa no vivir para contarlo (a no ser que vayas con uno de Hecho de guardaespaldas, que en ese caso tienes margen de acción para gritar en el Diecisiete "es cheposo el que no bote" un buen rato) pero como eran franceses, bastante mansos ahí no pasó nada.
Eso sí, procedimos a pagar los bocadillo y enfilar para los coches.
Ya en el albergue, después de estar una hora y pico para hacer los cinco kilómetros de distancia, dando vueltas por Biarritz con el coche como gilipollas haciendo caso de los copilotos que iban mamaos perdidos y no atinaban a encontrar el camino nos echamos a dormir. Portugal pasó todo ese rato echando mano de las reservas y jodiéndose el trallo de secallona que se había echado a la pernera del pantalón.
Rusia durmió con Portugal y como le debían de pudir los pinreles al ruso que Portugal, le dijo que una de dos, o los zapatos o él, se iban a dormir a la bañera. Al final el ruso durmió en la cama y los zapatos en el baño.
A la mañana siguiente, después de ducharnos y de que la Zeta, que no se había traido ni pijama ni toallas ni nada, se secase con las sábanas, nos fuimos a desayunar y nos bajamos a San Sebastián. Estando en el primer bar que encontramos echando un café aconteció la frase más memorable que se recuerda. Decidiendo si comíamos allí, o echábamos unos pintxos y luego comíamos por el camino de vuelta a casa, al ruso se le ocurre soltar semejante gilipollez en San Sebastián:
-Si quereis podemos ir a comer a un garito de kebabs que hay aquí cerca que está bastante bien
Todos nos quedamos mirando sin saber que decir. Era una situación como de estar en una cervecería de estas de dios es cristo decidiendo si tomar una Guinness o una Franziskaner y el camarero te ofrece una Ambar. Era tal el grado de, no sé como explicarlo, que todos nos quedamos callados. Todos menos Portugal quien con toda su mala ostia le dijo al ruso aquello de:
-TÚ NO HAS COMIDO CALIENTE EN TU PUTA VIDA
Frase palmaria con la que el ruso dio por contestada su propuesta de mierda. Nos fuímos de pintxos y después reemprendimos la marcha para casa. Gente normal ya no hubiese parado a comer, pero nosotros lo hicimos en Lekumberri. De primero judías pintas, de segundo entrecot. Un entrecot que estaba de puta madre. Va el ruso y le pide al camarero que se lo haga "muy hecho".
A todos nos lo trae al punto y al ruso un poquer más hecho. Hace una tentativa y le pide que se lo pase otra vez por la plancha. Se lo vuelven a traer, se come dos trocetes, "no sé como cocinan estas gentes", le pide al camarero que se lo pase MÁS por la plancha. Se lo traen carbonizado, el ruso lo corta en trocetes. Pa arriba, pa abajo, los sopesa primero con el tenedor, después con el zarpuz. Sí, con ese zarpuz de onso que tiene, con los unglots de butre que gasta.
Y mientras Renton mirándolo como si fuese el perro de Pavlov, esperando a que le dijese que le daba el entrecot. Y el ruso otra vez diciendo que no sabía como cocinaban esas gentes y vuelta el zarpuz al plato después de haberse masado el tello. ¡Puaaajjjj, qué puerco!. Y entonces, después de haber pretao los trozos aquellas cinco veces con el dedo le dice a Renton que no se lo va a comer que si lo quiere. Un entrecot que tenía que estar más mostoso que las manos de Pinky después de haber pichado...
Continuamos el viaje, esta vez haciendo la ruta de las Bardenas, lugar por el que el Grisnell se empeñó en pasar ya que, se ganaba tiempo. La tercera vez que nos perdimos y en mitad de una carretera que enfilaba a alguna putada tipo Biel o algo así pone los cuatro intermitentes y para. Me bajo del coche para ver que pasa, me acerco y bajan las ventanillas.
La pudor que emanaba ese coche era digna de ser olida. ¡Ostia puta, que asco!. Era como esos pedos que te echas a punta mañana mientras te estás duchando y que, supongo que debido a la humedad y el vapor, se concentran y huelen a mierda pura. Ese olor emanaba de la ventanilla, pero mantenido en el tiempo, así es que eché una mirada al mapa rápida y decidimos dar media vuelta hasta encontrar una carretera civilizada.
Luego nos enteramos que estos carnuces llevaban todo el camino desde Lekumberri pediendo las judías pintas. Que aquello había sido infernal. Que habían empezado el Marqués y el Ruso, pero que después Portugal y el Grisnell se habían unido a la fiesta. Que la Zeta iba dormida y se había despertado por el intenso olor a mierda. Despertarte por que estás oliendo a mierda... que sensación...
Llegamos a casa, volví a acercarme al coche del Grisnell para arreglar cuentas y ese puto coche seguía oliendo a mierda. Los cinco cabrones que iban a bordo eran conscientes pero no hasta tal punto. El Grisnell tuvo realmente conciencia cuando en ese momento se bajó, descargó no se qué del maletero y se volvió a montar. En ese momento, tras haber inspirado durante medio minuto aire sano y no el veneno que llevaba respirando durante más de tres horas, sacó la cabeza y dijo "¡¡¡¡este coche huele a mierda!!!!!"

lunes, diciembre 20, 2010

Hazañas Buquizas (I): el Halcón Milenario

El sábado el señor Cochilín aparte de enjaretarse el equivalente a tres sobres para hacer flan Royal con su correspondiente carga de azúcar en forma de cubatas de vodka caramelo, sin fenecer en el intento ni tener que hacer uso de una cuchara para ingerir esa espesura de "bebida", y aparte de dar unas lecciones del arte de la seducción, estuvo dando la chapa con que en el blog del Buco "se hablaba mucho de fútbol y que ya estaba bien de tanto deporte".

Teniendo en cuenta que todavía no se ha hecho una mísera crónica del devenir del equipo buquizo en la liga de este año (hasta que no ganemos me niego) y que, pensando en Cochilín, estoy preparando una previa del Mundial de Balonmano (ilustrado, como a tí te gusta Cochilín, aunque ya sabes que yo con una 90-95 me conformo) no sé de qué se queja este hombre, pero por si acaso vamos a darle lo que quiere para ver si el próximo día de salir no me revienta los tímpanos diciéndome que la blog no le gusta y vamos a inaugurar la nueva sección de Hazañas Buquizas que, evidentemente, no versarán sobre fútbol.

En esta ocasión hay que retrotraerse hasta agosto del 2005 más o menos. En aquellos tiempos un servidor, el zampolit, tenía por insana costumbre venir todos los fines de semana a Barbastro a efectuar más o menos siempre el mismo ritual. Tras dejar los trastes en casa, ducharme y cambiareme me dirigía a la nave Victory a comerme un bocadillo, un helado, echar un café y reclamar mi legítimo derecho a que se me sirviera un vaso de gaseosa como colofón, hecho este último que todavía sigue provocando discrepancias con la dirección del local.

Tras ello y después de que el Marqués acabara con sus labores de contramaestre en el navío, el viernes perfecto se completaba con la asistencia al evento de la Alimaña Azucarera y/o el Furby Drogado. Eventuales apariciones esporádicas eran de la partida muchas veces como Rusia y Portugal, el Kaiser Cagón, el Grisnell, Cadel Renton, el Fary... aunque el cuarteto de las grandes noches era el mencionado al principio. El destacamento de fuerzas especiales de la República de Naval todavía no había hecho aparición en las aventuras buquizas.

El plan era sencillo. O se iba al Robadero o se iba a Domingo. La diferencia estribaba en que en el Robadero uno venía a ingerir como seis cervezas, tres o cuatro chupitos cuya graduación media nunca bajaba de los 50º gracias a mezclas tan exquisitas como el chinchón, el anís mihura o el puto licor de absenta que era más insano que beberse un pozal de supergen; media tortilla de patata y una napolitana. Al final de la operación le extraían un riñón y se le despedía hasta la próxima ocasión. En Domingo se apostaba por las cosas rarunas, que si una Monasterio de Yuste, que si una Grimbergen. Que una de esas está bien, pero cuando llevas cinco... ahí se solía echar unos guiñotes en ocasiones con el doble literano de Juanjo Puigcorbé, que es la única persona de este mundo capaz de vulcarse al suelo desde una de las sillas de Domingo, que tienen unos reposabrazos que te impiden la maniobra a no ser que vayas como el Hijo del Trueno. Pues Puigcorbé lo hizo, y eso que es bien piquiñín, o sea que aparte de zorro debió de pegar un bote para saltar por encima y acabar de morros contra el suelo...

Después de esto invariablemente se iba a echar más cañas y más chupitos al garito dónde unas veces pagábamos nosotros y otras veces la propiedad o se iba al garito donde ahora se establece el Negro, lugar famoso por aquel entonces porque te podías pegar una noche entera echando cuartillos de güisqui, comiendo cortezas y hacer todo esto en calzoncillos sentado como un lord del Almirantazgo en mitad de la barra.

Y después de esto invariablemente se acudía al obrador de una panadería de reconocido prestigio a comer saladitos y chuchos de crema como si se fuera a acabar el mundo. Y siempre, siempre, siempre se iba con la caravana rodante de la muerte, esto es, el Ibiza blanco, famoso por salir indemne de un buen puñado de situaciones sorprendentes y por acumular en su guantera, salpicadero, maletero, debajo de las alfombrillas y entre los asientos, el equivalente en monedos al PIB de Sierra Leona, razón por la cual en multitud de ocasiones se pagaba de allí la lifara.

Pero el día que voy a relatar, por suerte, no estaba la caravana rodante de la muerte. Eran más de las cinco de la mañana y en algún garito nos encontrábamos la Zeta, el Marqués, seguramente la Alimaña y yo. En estas que se decidió bajar como de costumbre a por nuestra nutritiva napolitana de chocolate. Muchas veces tampoco es que hubiese mucho hambre pero el reto que suponía el comerse eso o un chucho de un solo mueso ante el aplauso general precedido de un "a que no tienes cojones..." nos empujaba a ir a la panadería. Pero esa vez no había coche, así es que comenzamos a bajar andando. La Alimaña, si estaba, marchó para casa entonces.

En ese momento, aparece ante nosotros el Emperador con su Halcón Milenario (que más que el Emperador, debería llamársele Chewaca), con evidentes signos de intoxicación etílica, motivo por el cual era blanco fácil para convencerlo de que nos llevase a la panadería. Tras un primera negativa, el bueno del Emperador cede y nos baja.

Mientras terminábamos con las reservas de saladitos del pueblo, alguien sugiere que se podría ir a Estada a echar la última ya que eran las fiestas.

Sin saber como nos encontramos el cuarteto de la Habana montados en el coche del Emperador. Jiji, jaja. El Emperador con una mano en la güebera, con la otra zumbándose una napolitana de jamonyork y queso. De copiloto, el Marqués supongo que zampando también. Detrás, el menda (zampando, claro) y la Zeta sacándose pelos cojoneros y echándoselos al Emperador por la cabeza. Una imagen muy bucólica.

El Emperador enfila por carretera Graus y a la altura del puente yo como que me acojono ya que la Zeta corre a abrocharse el cinturón de seguridad como alma que lleva el diablo. Y estamos hablando de la Zeta, que cuando va zorro tiene de todo menos conocimiento... A la altura de la guardia civil ya no sabíamos si reir o llorar. El paso del Halcón Milenario fue hecho a 140 km/h y repito, el Emperador seguía llevando una mano en la cojonera y con la otra iba empujando napolitana pal garganchón. De vez en cuando, se sacaba rascarse las pelotas y corregía la trayectoria del Halcón dando topetazos al volante.

Se salió a la Nacional no sé como ya que ninguno de los presentes recuerda que el Emperador realizase stop alguno. Debió de ser como la vez que dio la curva de la feria con la furgoneta de reparto y tuvo un sobreviraje motivo por el cual los gitanos de san valentín bebieron pastura para tocinos de gratis durante dos años. Solamente que esta vez no sobreviró y el Halcón Milenario se incorporó a la Nacional. Y entonces la Zeta comenzó a alumbrar al resto de los coches con una linterna que se encontró por la parte de atrás mientras iba diseminando sus pelos por la bandeja superior del maletero. No sé como, llegamos a Estada.

Una vez en el baile (o lo que fuera) vamos a la barra y tras descartar, no sin pernsárnoslo muy mucho, el adquirir un bono de 100 cervezas decidimos sacar rondas al modo tradicional. ¿Qué queréis?. La Zeta una caña, el Marqués una caña, yo una caña. El Emperador, un vodka con limón. Y eso que conducía...

La única compañía en la plaza era la de las camareras, cuatro mareaos del pueblo y una panda de búlgaros que a veces frecuentaba la nave Victory y que trasegaban ginebra y langostinos como si fuesen agua. Lo cual no fue óbice para largarnos echando ostias sino que tuvimos los santos huevos de sacar un par de rondas cada uno. 4x2 = 8 rondas. 8 rondas del Emperador = 8 vodkas con limón.

A pesar de que eran cerca de las 6 cuando llegamos al pueblo, la estancía no se demoró por más de una hora y a las 7 cogíamos de nuevo el Halcón Milenario para volver a Nieblavilla. Saquen cuentas ustedes mismos y obtengan el ritmo infernal al que se bebía esa noche.

Tras hacer unas comprobaciones acerca de la capacidad del Emperador para coger la nave, y se las hacíamos nosotros tócate los cojones, empezamos el viaje de vuelta y a mitad de camino, tócate los cojones otra vez, aparece una niebla preta que ni en diciembre. Ahí es cuando pensamos que nos habíamos ido a tomar por culo por alguna margen y que estábamos en el limbo como los personajes de los Otros, envueltos por la boira. Al final llegamos a casa y no sé los demas pero cuando me metí en la cama fue cuando comprendí la magnitud del acontecimiento y la soberana potra que habíamos tenido de llegar sanos y salvos sin haber incurrido en accidente alguno ni reventada de alcoholímetro por petar el límite máximo.
Eso sí, el Emperador estuvo sacando pelos cojoneros y saladitos de debajo de las alfombrillas hasta navidades.

martes, diciembre 14, 2010

De Estrellas Damm, Mazembes y Pereiros

En respuesta a la inteligente pregunta del señor Langarto que plantea respecto al anterior post si el "tótem-estrella" (ver anterior post, película de Origen, serie de Lost, leer a Dostoievski... para comprender el por qué de la pregunta) lo hemos elegido en estado de vigilia, duermevela o somnolencia le diré que no lo sé... Por lo que a mi respecta solamente decir que, por poner un ejemplo, el 6 de agosto viernes de vinos, me pegué 2 horas (que se dice pronto) en el garito del Negro pensando que estaba en un bar de Podgorica. Convencido de ello, de hecho, sin saber cómo cojones había llegado allí (y éste es una característica muy común en los sueños, el preguntarse qué cojones hace uno ahí). Lo grave del asunto es que cuando tomé conciencia de dónde estaba verdaderamente (supuéstamente) todavía ocurrieron acontecimientos más acojonantes que los que puede uno elucubrar en el estado de duermevela, así es que señor Langarto, le digo que no lo sé de dónde ha salido la afición por la Estrella... aunque me pienso que un componente genético sí que debe de haber pero al margen de eso...
Lo que sí que parece claro es que, sea sueño o realidad, el mundo se está replegando a marchas aceleradas. El primer motivo de sospecha fue el encumbramiento de la mujer cerdo, más conocida por Ferraz nº 70 como Leire Pajín, que obliga a uno a pensar cada vez más poderosamente en votar en las próximas elecciones una hez previamente excretada el domingo por la mañana e introducida convenientemente en el sobre electoral a modo de papeleta (que cada cual discurra la manera más oportuna de llevar a cabo esta operación de alta complejidad) por supuesto anunciando a la mesa electoral de las intenciones y procediendo al derecho a voto (de mierda) sin ningún tipo de pudor o remilgo.
Más datos inquietantes, la operación Galgo. No por la operación en si, sino porque puede ser el principio del fin. Vamos a ver, todos los que leen esta blog tienen los huevos negros (asumo que pocas féminas leen estos posts así es que me voy a pasar por el forro las prescripciones del ministerio de igualdad en cuanto a lenguaje sexista; tengo un documento buenísimo que será analizado en posteriores posts, pero no lo voy a utilizar), como digo, tienen los huevos negros y unos cuantos años como para recordar cuando era un éxito que España quedase quinta en un mundobasket, séptima en un mundial de fútbol, un ciclista ganase dos etapas y la montaña en el tour y un tío de Santander sacase medalla en los 1500, que un colgao quedase último del mundial de fórmula 1 y el mejor tenista del país fuera un Vicario.
Ahora si España queda sexta en el mundobasket es porque se han tocao los huevos, si no pasa de cuartos en fútbol es un fracaso, si no se gana el tour es algo extraordinario, si no se saca medalla en 1500... si no se saca medalla en 1500 es normal, qué le vamos a hacer, unos nacen en Soria y otros en Adis Abeba... perder el mundial de fórmula 1 es por culpa ¡del equipo! y no del españolito de turno que se ha ido de farra la noche anterior y España a veces gana hasta la copa Davis.
Que muchos de esos éxitos han venido por la vía del trabajo y el sacrificio no digo que no, pero que muchos son más falsos que un pacharán hecho en Murcia... también es cierto. Resulta que cuando L'Equipe difunde e informa son unos chovinistas y nos tienen manía. La culpa es de los chuletones de Irún, que llevan clembuterol. Como sigan tirando de la manta aquí va a terminar pringando hasta Iniesta y España será el primer país que gana un mundial de fútbol perdiendo el primer partido y después tiene que devolver la copa porque iban todos de caramelos Petz de Vicentín hasta las trancas...
Se volverá a aspirar a que algún ciclista se lleve la montaña del Giro, que algún ACB gane la copa Uleb o que el Barcelona luche por la Uefa (mira, si es por esto último que los enganchen a todos).
Luego está el tema del Mundialito de Clubes, en el que asumo que tooooodo el mundo va limpio



Y si no lo va es igual. Bien pensado, el fútbol nunca caerá porque aprecia a sus ídolos. A Ben Johnson se le sancionó de por vida. A Cannavaro le dieron un Balón de Oro...
Como iba diciendo, por primera vez en la Historia, un equipo africano pero no de Egipto o Marruecos o de Nigeria o de Sudáfrica, no, de Congo con dos cojones va a disputar la Copa Intercontinental. Es un acontecimiento tanto o más impresionante que cuando la disputó, y ganó, el Patético, que era campéon de mis cojones y subcampeón de Europa. Yo apoyaré al Mazembe, más que nada por ver otra vez al portero botiando por el campo



Y ya por último, la repera. El Gañán, el Pataliebre, el ciclista que le ganó un tour a aquel saco de testosterona con patas llamado Floyd Landis que según la versión USA del asunto iba de whiskys y cervezas hasta las trancas, ha vuelto al deporte en activo. Pero no al ciclocross, o al mountain-bike, no, al fútbol con dos cojones! Óscar Pereiro ha fichado por el Coruxo http://es.wikipedia.org/wiki/Coruxo_F%C3%BAtbol_Club el equipo donde se retiró Giovanella


el hombre que convirtió a Michel Salgado en titular de la selección española y a la pierna de Manuel Pablo en blandiblu. Lo segundo era fácil después de semejante estacazo, lo primero una heroicidad.
¿Qué será lo próximo? ¿Romay fichando por Ducati para las motos de 125? ¿Pedrosa drafteado por Miami Heat? ¿Óscar Sevilla de relaciones públicas en la Puzzle? ¿Prosinecki jugando a hockey hielo? ¿Michel Salgado retornando al Bernabéu a poner orden y sentido?
Quien lo sabe, y recuerden, la próxima vez que se tomen una Estrella comprueben si sabe a Estrella, porque como dice el Langarto a lo mejor lo están soñando...

viernes, diciembre 10, 2010

Acerca de Ruedas, Totems y Loras del Rio

Saludos a todos, al teclado la Alimaña azucarera, tomando nota de los últimos acontecimientos.
El invierno pasado fue el año de Buco Lost. Diciembre y las primeras semanas del 2010 estuvieron marcados por extraños sucesos solo comprendidos por las teorías expuestas en la serie de J.J. Abrahams. En Lost, a un grupo de variopintos personajes les pasaban un mar de putadas al hacer girar una mística rueda situada en un pozo helado en el corazón de la isla. Las mentes pensantes del cuartel general de buco llegaron a una conclusión que lo explicaba todo. J.J. Abrahams es el pseudonimo de alguno de nosotros venido del futuro que desvelo el secreto de la estación Dharma “El Calamar”, situado bajo la nave “Victory”. En ella, el Marques, influenciado por “Pinky” accionaba un mecanismo en un pozo de hielo donde guarda los Gin-tonics que hacia bajar la niebla preta y que nublaba el juicio de la gente.

(recreación del marques accionando la rueda en la estacion "el Calamar")

Todo apuntaba a la rueda, pero después de ver Origen, nuevas teorías perturban las mentes de alguno de nosotros (Si alguien no la ha visto, lo que voy a poner no son spoilers). En dicha película existe gente que se interna en sueños de los demás para hacer putadas. Existen varias maneras para saber si uno esta en la realidad o en un sueño. La principal ayuda es la que se llama un “totem”.

Un tótem es un objeto con características propias que solo uno debe conocer, y por tanto, cuanto se representa en el sueño, difiere del objeto real. Por ejemplo, un dado trucado pude ser un tótem si solo tu sabes que esta trucado, ya que en la realidad siempre sacaría el mismo resultado pero en un sueño creado por otro sacaría resultados al azar.

Ayer por la noche el camarada Zampolit me escribía por el chat del facebook “la estrella es nuestro totem ”. Perturbado por dicha afirmación corrí a ver la película, y ahora entiendo muchas cosas.

(he aqui nuestro totem)

Obviamente, el sabor de una estrella es algo que muchos de nosotros conocemos, pero su efecto en nosotros es una sensación única incapaz de recrear en los sueños de los demás. Debido a esto, mi análisis de los últimos días me acerca a pensar que estamos en un jodido sueño.

El ultimo sábado recuerdo una frase que creo que fue del marques (me es difícil recordar, ya que como dicen en la película, lo que ocurre en un sueño es difícil de recordar) al llegar a la leyenda dijo: ¿Te has dado cuenta de que esta estrella sabe distinta a las que hemos tomada en el Terminus ?.
Después al ir al nash las estrellas se habían acabado, y solo servían San Miguel, la cual tenia un sabor extraño y poco conocido.


Mi conclusión es que estábamos en el sueño de alguien que conoce el sabor de la estrella, pero no es la que mas consume, y por tanto no concreta del todo su sabor, al percatarse de que la gente introducida en su sueño se empezaba a dar cuenta de todo, decidió trasladarnos al nash y quitar las estrellas de nuestro alcance para sustituirlas por San miguel con extraño sabor a cerveza verde de las tierras de la cloaca de Europa... ¿De quien se trataría?

El siguiente Domingo también fue muy extraño, jipis con escotes generosos, latinas animadas y mujeres jamonas por doquier. ¡un domingo!, y la estrella tenia un extraño sabor dulzón que te incitaba al baile ligero. Sin duda otra ensoñación de alguno de nosotros...

El pasado martes el nash si que tenia estrellas (que extraño), así que pedí una. Me la dieron congelada, y se pego media hora sacando espuma de manera lasciva. A mi lado, el ruso se masaba el tello mientras afirmaba: la semana siguiente Zaragoza 2, Madrid 1. Todo era muy raro, así que me acorde de otra cosa, cuando uno esta en un sueño debe preguntarse ¿como he llegado hasta aquí? Si no sabe la respuesta probablemente es que este en un sueño, y yo no se como cojones había acabado allí...

Y que pasa con Lora del Rio?? Yo hace una semana ni conocía que existía esa puta ciudad. Cuando iba camino de un récord en el “ciudades de españa” del facebook me apareció la muy cabrona, y la falle de 50 kilómetros, Acto seguido maldije para siempre esa puta ciudad. Dos días después fue arrasada por un rió... o a lo mejor es un sueño... Necesito una estrella...

lunes, diciembre 06, 2010

¿MAÑANA ES FIESTA...? (Parte I)

¿Mañana es fiesta?...SI; pues entonces, hoy se sale.

Hasta ahora esta era la frase que guiaba mi conducta en lo referente en las salidas nocturnas aunque a veces tenia mis dudas...Dudas que quedaron resueltas la noche pasada tras los acontecimientos que voy a pasar a resumir a continuación lo mejor que pueda ya que nuestro cronista oficial, quizás teniendo una visión de la noche apocalíptica que se presentaba viró el rumbo y se refugio de la tormenta en la ensenada.

Me encontraba tranquilamente en casa dando de comer al gato cuando de repente, empiezo a oir la voz de mi conciencia sonar a través de mi móvil. !La alarma de la siesta! pienso yo cuando me doy cuenta que de verdad esta sonando tras lo cual, tras una breve conversación con dicha voz se materializa a mi lado adoptando la forma humana de la alimaña azucarera la cual me dice: ¿podriamos ir a tomar un trago?

Antes de que me de cuenta me encuentro en la taberna de la Vera-Cruz frente a unas patatas bravas y dos marineros de la cercana Isla de la Sal sentados junto a nuestro cronista discutiendo sobre cienpies humanos obserbados hacia poco a varias millas de la costa.

Cuando me dispongo a pinchar una de las patatas me doy cuenta que en vez de un tenedor lo que llevo en la mano es un dardo. Descolocado observo con estupefacción que me encuentro en otra taberna, "The Black's Leyend" jugando una diana con mi conciencia mientras una tabernera risueña me dice: "que menos mal que cerrare pronto ya que tengo al capitán navegando hacia el sur en un barco repleto de marineros sedientos de ron". A mitad partida, la moza me dice que me quede jugando con mi conciencia, que ella se va a cenar pero que por si acaso me deja cerrado con llave ante lo cual, sin extrañarme lo mas mínimo, asiento a la vez que pierdo mi tercera partida contra mi conciencia.
Aquello me debió haber puesto sobre aviso pero la puñetera conciencia me convenció, haciendo uso de la frase de arriba para que fuera en busca del capitán del HMS Victory ya que buscaba marineros experimentados en aguas turbulentas para navegar en breve por ellas.

Después de una frugal cena y tras consultar los mapas de navegación del almanaque "Herald of Aragonia" nos encaminamos otra vez a "The Black's Leyend" para reclutar marineros intrépidos a los que no les importase lo mas mínimo su vida ya que el viaje podía ser peligroso como luego se demostró.
Primera ronda: estrella para el capitán, estrella para mi conciencia y tónica con chorro para mi. ¡¡Un cointreau con red-bull!! que no se diga. El capitán y yo nos miramos y asentimos; este marinero seguro que se apunta al viaje. Tras proponérselo (el marinero resulto ser un francés especialista en aborígenes de las indias occidentales; a poder ser con pechos abundantes y caderas anchas) no duda en aceptar.
Tras la segunda ronda creyendo que no recularíamos a nadie más aparecen por la puerta los dos hermanos Pinchones famosos por su altura y "savoir-faire"; el contra "maestre" Lafergeld y su hermano menor, mas conocido como Barbol "manos prensiles". Como la marea alta estaba para empezar el viaje y visto que no se unía ningún marino más decidimos izar velas y adentrarnos en las extrañamente tranquilas aguas del mar de "Nieblavilla"

continuara...