12ª Jornada. Buco Juniors 4 - CD Hermanos Argensola 0

¡Viven! El Buco se ha repuesto del traumático partido de hace dos semanas y ha cuajado otro partido de oficio y garra, a los que nos tenía acostumbardos desde siempre se ganase o se perdiese, goleando con un equipo de circunstancias que va más allá de lo que en tiempos se denominó "el equipo frenesí". Con un cambio, porque Viture llegó a jugar mediada la primera parte, el Buco salió de inicio con, el Mariscal, el Multiusos diría yo, en puerta; las terribles bandas violentas conformadas por Trellinho, se ha puesto fino de repartir, y Femerling, que casi mete un gol como el de Goiko a Alemania en USA'94; Chancló Van Damme de cierre, y de medio y de delantero...; Hidayet Türkoglu, con fez incluido, ruletando en la media junto a Bernardo Bustillo en su labor de rocoso medio centro; En punta, Carlos Cabezas, que en la primera parte ha hecho internacional al portero del Instituto pero que después ha marcado dos tabas y ha batallado como en él es habitual; y Viture que cuando se ha incorporado ha hecho de Poborsky en el centro del campo.

El primer gol se ha hecho más que esperar debido en gran parte al periodo de afinación de puntería del base del Unicaja que le ha llevado a fallar ocasiones clamorosas al principio para resarcirse después con dos goles y un batallar constante frente a la defensa rival. El partido estaba más que controlado, en parte porque en defensa Van Damme iba sobradísismo permitiéndose el lujo de subir todo el campo en plan Beckenbauer, dejando la responsabilidad defensiva en manos de sus violentos compañeros, y en parte porque en la media, el Otomano era dueño y señor de la medular deleitando a los espectadores con caños y sombreros, bien asistido por el fichaje de Hade Kralove. Se rumorea que el Turcómano iba enchufado a pacharanes al igual que el pivot del Caja San Fernando. ¿Será por eso que ha jugado tan bien?.

El partido tenía que ser de tinte jabalináceo al final de los sesenta minutos, pero había que refrendarlo con la salsa del fútbol. Y al final llegaron los goles. Cabezas primero, más tarde Van Damme en épica galopada, el base malagueño una vez más y el cuarto en propia puerta, conforman el preciado botín del Buco en este partido. Cuatro goles que cobran más valor si cabe si tenemos en cuenta que al mismo tiempo, nuestro eterno rival, los innombrables, caían vapuleados a manos del Pinturas por un clamoroso 4-1.

Uno a uno:

El Mariscal: un monumento habrá que hacerle a este hombre que tan pronto juega de lateral, como de cierre, como en la media o de portero. Ha parado lo poco que han chutado y para suerte nuestra no ha sacado a pasear el movimiento sexy del que hacía gala las últimas ocasiones en las que defendía la portería buquiza.

Trellinho: inexpugnable por su banda, o corredor de la muerte, pues ya se sabe que quien osa adentrarse en su dominios entra pero no sale. Al menos con el balón en los pies.

Femerling: ha hecho la jugada tonta de la semana al cortar un ¿contraataque? rival con la mano. Al final del partido casi mete gol desde casa Cristo al intentar colgar un balón desde la banda que se ha ido enverenando hasta pasar cerca de la escuadra. Evidentemente, lo hizo sin querer.

Van Damme: sublime en defensa, exquisito en ataque. Sin desguarnecer en exceso la defensa, daba igual si se iba porque Trellinho y sus codos se bastaban cosa mala, ha atacado las veces justas siendo letal en esas ocasiones. El crack del partido.

Türkoglu: ataviado con el típico fez turco ha deleitado a la afición con todo tipo de mariconadetas a la vez que los mismos compañeros de viaje de Trellinho se bastaban para contener los ataques del Instituto. Correcto.

Viture: el checo parece que no está en el partido pero hace una faena acojonante, yendo y viniendo por todo el campo y ofreciéndose a cubrir la posición del compañero si es necesario. Lo malo es que no ha marcado para de esa manera acabar de redondear la jornada de los Boston Furbys.

Bustillo: con más cojones que un toro salta todos los días al campo. Da igual que tenga la pierna jodida y que no tuviera pensado venir a jugar este fin de semana. Ha venido de propio en vuelo charter, ha jugado de puta madre y ha vuelto a marchar. Lleva al Buco en su corazón.

Cabezas: otra vez, y creo que van tres veces en lo que va de temporada, ¡viva la madre que lo parió!, que grande es. Hala, esta dejando pequeña la leyenda de Julio Salinas, falla lo infallable y se saca unas tabas de la chistera de mago que tiembla el misterio. A sus pies (y a los de la señora de la Sal).