jueves, marzo 31, 2011

El Tour de Flandes

Y otra semana que la segunda parte de las aventuretas de Santander se queda a punto de salir... está escrita, que nadie se piense. Le queda nada, unas tonterías para poder ser publicada pero el devenir de los acontecimientos obliga a hablar de otras cosas.


De todos es sabido que el Ciclismo es un invento méramente primaveral y veraniego. Hay estorrocaos de la cabeza que también campan con sus bicicletas en Invierno, pero no los he visto jamás coger un tramo de pavés en Invierno, no... los tramos güenos, güenos, de los de ir buscando el arcen para no caerse son en Primavera.


De todos es sabido que la A.G. (asociación gastronómica) Buco Juniors le gusta correr las grandes clásicas con sus corredores. En general es un grupo algo heterogéneo que se divide entre los purasangre de fechas concretas que apuntan una ronda en su calendario, la disputan y la ganan como pueden ser Desmond Cavendish, el Barbol Cancellara, Joseangelcomotepones Marchante o, aunque ya ha pasado al semiretiro, el gran grimpeur Patxi Panizo.

El resto, somos una suerte de Eduardos Chozas de nuestra época que lo mismo corremos el Gran Premio Haribo de las Galletas como el Tour de Francia, con la misma bursatilidad y plasticidad en nuestra pedalada.

El joven Alibégovic, el veterano Grisnell, los Schlek, Kaiser Gesink, Sandy Casals, GM Lafergeld o Guillekurov somos la esencia de la lucha sin cuartel en cualquier repecho.

Casos aparte representan Dani Paulinho, Jesús BerbeVroek, Tony Martin, Djamolidine Esforzaparov y V. Toré Karpets. Alternan meses de desaparición y reclusión en los que sin duda se dopan como posesos para volver a la competición arrasando con lo que encuentran.


Y de todos es sabido que las grandes clásicas comienzan ya en una sucesión diabólica que nos llevará sin tiempo para recobrar el aliento hasta las grandes citas de la Lieja-Bastogne-Lieja el fin de semana de San Jorge que este año coincide con las fechas en que matan a Dios, los IV Días de Dunkerque en agosto que como siempre coinciden con el Higadicidio en el Campo de las EEPP, y la Vuelta a España que coincide con las fiestas de Nieblavilla.


Este fin de semana toca, el Tour de Flandes (o de Flanes o qué se yo...). Algunos corredores ya nos encontramos afilando los crampones de los tubulares para tan magna cita. A fuerza de ostiones, artistas del adoquín como la rateta eslovena, el jovenzuelo Alibégovic, han enseñado al resto de coequipiers a coger la posición en el arcén para no comerse el pavés y circular con fina elegancia igual que sus antepasados austrohúngaros, pero seguimos teniendo problemas con el tema de los tubulares en los días en los que el barro hace acto de presencia.


Solución, rodar y rodar. Pero lo que parece una solución al final acaba convirtiéndose en el virus que ataca a todos los sistemas y que acaba por desmoronar la confianza de muchos en sus posibilidades en tan temido barro. Rodar y rodar. Y evitar y evitar. A fuerza de rodar, se evita coger el barro, se va por el pavés en una posición cómoda y al final esto hace que el día que realmente hay que calzarse los crampones, el Infierno del Norte se manifiesta...


Hace dos semanas, el nucleo duro de la AG (asociación gastronómica) circulaba por una tranquila carretera después de haber subido un par de puertos, duros pero asequibles, por la mañana. Todo parecía indicar que se trataba del típico entrenamiento nocturno sobre carretera recién asfaltada. De hecho, varios integrantes del equipo nos marchábamos para el hotel de concentración cuando de repente comenzó a llover de lo lindo, justamente cuando la carretera buena terminaba. Tramo de adoquines. Y mucho barro en el suelo.


Bueno, pues nos quedamos. No pasa nada. Guillekurov, siempre muy animoso en estas circunstancias, llevaba un día particularmente tranquilo para lo que él es habitual. Ni tan siquiera se planteó pasar por la bardera. Optó por seguir con la alimaña eslovena y el mayor de los Schlek, la ruta cicloturista del arcén liso y seguro, el camino de los tirurís.


Pero el pequeño de los Schlek está hecho de otra pasta. Sus últimas sesiones, pagadas a base de talonario, con el señor Mourinho para que le infiltre, más si cabe el instinto asesino y ganador y nos lo inocule a toda esta banda de mediocres clasicómanos, le hicieron pasar a la acción.


A la mierda!, se escuchó, mientras el pequeño de los Schlek paraba para calzarse los tubulares con crampones de palmo y medio y meterse de lleno en el barro. Lo que podría haber sido una tierna acometida y un rodar sin complicaciones hasta lograr el objetivo se convirtió en una entrada un tanto abrupta para ser escupido de nuevo hacia el arcén por algún adoquín que no supo esquivar. Y caída por los suelos. Viendo que un as en estas circunstancias se metía semejante ostión, el resto optamos por frenar el ritmo para esperar al Schlek Mourinhizado que maldecía y juraba en arameo, echando pestes del puñetero barro.


La semana pasada fue aun más tranquila, más si cabe para los siempre conservadores Schlek mayor y Alibégovic. Esforzaparov y Guillekurov se batieron el cobre por lograr la combatividad en la Gante-Wegelvem pero no dejaba de ser una carrera menor. El Schlek Mourinhizado probó otra vez con otro tipo de barro, algo más tastado, pero los crampones tampoco le terminaron de funcionar. Juraba, sí, pero no tanto como Desmond Cavendish al que le habían marcado la etapa con una cruceta y le salió un perro en mitad del camino cuando estaba marchándose en uno de los tramos de pavés. Ostión del quince y para casa. Y ya veremos cuando vuelve a correr de esa manera... Lo que es seguro es que como se vuelva a cruzar a ese perro, lo pasará por encima con un aladro...


Y esta semana toca el Tour de Flandes. Algunos hemos comenzado a entrenar estos díetas, en lo que pensábamos que serían unas jornadas de tranquilidad y buenos alimentos. Los cojones. El pequeño de los Schlek se encuentra con unos procesos catarrales que le acompañan de manera sempiterna, así que no ha acompañado al mayor de los Schlek a la concentración junto a GM Lafergeld y Chus Hefner.

A otra zona ha marchado Desmond Cavendish, a ver si no se encuentra perretes en el camino dispuesto a ir retomando otra vez el golpe de pedal. En una conversación rutinaria de equipo, Desmond le ha hecho saber al mayor de los Schlek que, en lo que creía que sería una apacible jornada, había encontrado muchísmo barro y que se planteaba calzar los crampones para el fin de semana. Todo un canibal.


Por otra parte, el mayor de los Schlek le comentaba que él sí que había encontrado barro. Pero barro hasta las cejas. Y que no había tenido cojones a calzarse los crampones. El hecho de que ya no se respeten las jornadas de descanso le había descolocado y no había sabido como actuar. En un tramo lo tuvo que sacar GM cuando ya daba muestras de poderse destrepar por una peligrosa cuneta. En otro de los tramos, tuvo que soportar los jocosos comentarios de su compañero Hefner quien seguía el recorrido en el coche de equipo, "Hay barro, eh, jodido!".


Semejantes noticias han llegado al Schlek Mourinhizado quien ha decidido acudir a batirse el cobre en semejantes, e inadvertidos, tramos de pavés y barrizales sin fin. De lo que acontezca en semejante sindiós, se hablará en otra ocasión. Seguramente con motivo de la Lieja-Bastogne-Lieja a la que nadie quiere ir, igual que el año pasado, pero que tócate los cojones porque acabará acudiendo todo el mundo a llenarse de mierda hasta el último pelo de las cejas...

viernes, marzo 11, 2011

La entrada que la Alimaña, el Marqués y Renton siempre desearon

Que el mundo está cambiando es indudable. Para bien en muchas cosas y para mal en tantas otras. Lo que está bien no lo tengo muy claro, pero lo que está mal sí. Antes en fútbol siempre ganaba el Madrid y ahora siempre gana el Barça. Que antes ganara siempre el Madrid no lo tengo muy claro si estaba bien o mal. Que ahora siempre gane el Barça sí que creo que está MUY MAL. De siempre te obligan a elegir lo que uno quiere. Un equipo de fútbol, unos estudios, un partido político para que gobierne... O soy muy raro o me parece que estas cosas se harían mejor por el método del descarte, es decir, que te hiciesen elegir entre lo que NO QUIERES, algunos lo tendríamos más fácil.

Pondré un ejemplo al hilo del anterior. Yo no sé muy bien si soy del Madrid, pero sí que puedo afirmar categoricamente que NO SOY DEL BARÇA.

Todo esto viene a colación del último latrocinio contemplado en esa competición prestigiosa en otras épocas que se llamaba Copa de Europa y que ahora transita por las procelosas aguas del esperpento y el autobombo de su organizadora, la asociación con ánimo de mucho lucro, la artera Güefa.

Que duda cabe que la 7ª copa de Europa ganada por el Real Madrid debió costarle una pequeña fortuna a Lorenzo Sanz cuando tras acabar aquel partido el subconsciente le gastó una mala pasada cuando en unas declaraciones afirmó que aquella copa "había costado mucho" (sudor, sangre, lagrimas y quien sabe si... ¿pesetas?). Al menos, al menos, si aquella copa fue comprada como a buen seguro está comprada la de este año por la Secta de la Diagonal, el transitar del equipo merengue por esos campos del Viejo Continente fue, como reza su himno, "luchando en buena lid" y no ejerciendo el papel de niñato pijo y consentido que además de jugar a las mil maravillas a la que le dan un tarascazo en el patio del colegio, coge el balón (que es suyo) y deja colgados al resto de sus compañeros de clase. Actitud que lleva tomando desde que se autoproclamó como la quintaesencia del fútbol total la panoplia de estrellitas que perpetran para la Secta de la Diagonal y que a buen seguro piensan que Honved es un modelo de coche de la casa Skoda y Arrigo Sacchi alguna marca de trajes italiana...

Si existe eso que viene a llamarse Justicia Divina o Justicia Poética, ojalá el Schalke 04 de don Raúl González Blanco, jugador al cual jamás me cansé de poner a caer de un burro durante muchos años pero que representa el último baluarte de lo que antes se llamaba FÚTBOL, ejecute y se lleve por delante a la Secta de la Diagonal. Es mi deseo, y es el sueño de la Alimaña, del Marqués, de Renton, raulistas confesos y, porque no decirlo, del Kaiser Cagón ya que su pantalón del Zaragoza, Valencia, West Ham o cualesquiera que sean sus equipos favoritos siempre destiñeron un poquito al igual que el pantalón del Racing del Marqués... Sé que es imposible, sé que es un deseo que no tiene solución de continuidad porque como ya he dicho, ESTA CHAMPIONS (la Copa de Europa ya no existe, lo de ahora es un circo) ESTÁ COMPRADA y antes de que eso ocurra un Busacca, un Howard Webb o un Obevro cualquiera lo expulsará, lo lapidará o le meterá 22 partidos de sanción por intentar atentar contra el fútbol...

Pero qué felices seríamos algunos si el guión establecido saltara por los aires y la Secta de la Diagonal cayera con estrépito ante los feos y los frikis de la clase...



domingo, marzo 06, 2011

El bizarrismo ilustrado

Hola, amigos, soy El Furby Drogado, y me quedan 23 días de vida. O al menos, eso es lo que creo, porque los acontecimientos de estos últimos meses han sido de lo más extraños. Parece que a medida que me acerco a la maravillosa barrera de los 30 años, la Negror se hace cada vez más intensa e inexorable.

Sí, este va a ser otro de esos artículos en los que tiendo a hundirme en la miseria para que os sintáis afortunados con vuestras relajadas vidas. Ya era hora que volviese a entrar en esa dinámica de publicaciones que hacía ya unos cuantos meses había dejado aparcada. Y más motivo, si tenemos en cuenta lo bizarro que ha sido este fin de semana carnavalesco (¿quién mejor para relatar un fin de semana carnavalesco que un personaje ya de por sí carnavalesco?).

Mientras la persona que esto escribe estaba en Zaragoza, la expedición buquiza comenzaba su tradicional jornada de viernes. No conozco apenas los pormenores de aquella jornada salvo por las fotografías colgadas en facebook. Alguna de ellas se me antoja ciertamente grotesca, y si a ello le añadimos que la expedición abandonó la Leyenda a las 7:15, tal y como me asevera la Alimaña Azucarera, aquello tuvo que ser bastante BIZARRO.

Poco después de que nuestros buquizos decidieran planchar la oreja, me levantaba yo de la cama. Era 5 de marzo, festivo local en Zorragoza, pero me levantaba temprano esperando llegar a Barbastro con tiempo para tratar de cerrar un par de flecos pendientes en mi disfraz de Carnaval. ¡Pobre infeliz! Una vez metidos todos los aperos en mi utilitario, el arranque del vehículo fue accidentado. Llevaba unos días dando problemas, y yo estaba dispuesto a llevarlo al taller en cuanto llegara a casa... hasta que se me paró definitivamente en el primer semáforo. Precisamente el día de Carnaval. Eso fue muy BIZARRO.

Tras unos minutos de nervios, exabruptos de toda clase y puñetazos al volante, me decidí a llamar a la grúa y a salir del coche para "redirigir" el tráfico, ya que era completamente imposible moverme de ahí. La grúa tardó menos de lo que me esperaba, y el conductor revisó el motor por si podía solucionarse el problema sin necesidad de trasladarme.

- Parece un fallo de corriente. No va corriente a la bomba de la gasolina, y eso afecta a la inyección.

- Entonces, ¿no queda más remedio que llevarlo a un taller?

- Sí. ¿Conoces alguno por aquí cerca, o cerca de tu casa?

- No, llevo poco por la zona. Así que estoy a su merced, usted decide.

- Tienes un par cerca de tu dirección, pero creo que estarán cerrados.

- ¡Fantástico! ¡Precisamente hoy que marchaba hacia Barbastro...!

- ¿Pero tienes domiciliado el seguro en Barbastro?

- Si, pero poco importa. El seguro cubre la grúa en una distancia de hasta 100 kilómetros.

- Déjame hacer una llamada.

Tras unos minutos de tensa espera, me dice: - ¡Nos vamos a Barbastro!

Así fue como llegué a Barbastro montado en la cabina de un camión. Por la puerta grande. Eso fue bastante BIZARRO.

Ya en casa, procedí a terminar la preparación del disfraz, pero no pude finiquitarlo con éxito. Aún con todo, iba a sacarlo a pasear. Al fín y al cabo, SIEMPRE mis disfraces me han dado algún problema de última hora, y salir disfrazado de cromo de "La Pandilla Basura" podría otorgarme el reconocimiento de la originalidad.




Tras la comida, somera, ya que tenía partido, me dispuse a tomar parte del mismo. A las 17:30 jugábamos contra Automóviles Serrano, y se presentó el plantel buquizo casi completo. No me voy a extender sobre los pormenores del partido, porque esto no es una crónica del mismo, pero cuando el 7 inicial está formado por Guillén en portería, Pedro y Puértolas como cierres, Isaac y Martín en las bandas, el Negro en medio, y Renton en punta, la cara de tonto que se te queda por perder el partido por una decisión arbitral reprobable es antológica. Ciertamente, ese partido ha sido bastante BIZARRO.

Ya por la noche, me dispongo a salir con mi disfraz de "La Pandilla Basura", o como lo llamó el Zampolit "Schuster con marco". La manilla de unión no sólo no resulta efectiva para sujetar el marco, sino que además el rótulo inferior no consigue permanecer en la posición en la que había venido manteniéndose. "Genial", pensé, "Menudo disfraz de mierda me he sacado de la manga." Sin embargo, parece ser que causé hilaridad entre propios y extraños que conocían la existencia de semejante colección de cromos. Y no sólo hilaridad, tambíen provoqué cierta atracción entre las "uested femeninas", según Cochilín (jejejejeje, menudo cabrón ortográfico soy, ya puedo repasarme las tildes antes de que me crucifiquen). Aquello sí que fue ACOJONANTEMENTE BIZARRO.

Para concluir, cuando has vivido unas cuantas horas de sindiosismo, cualquier detalle te parece digno de mención. Como muestra, un botón: Al llegar con el autobús a Zorragoza, éste realizó su primera parada como es habitual, en el intercambiador del Actur. De un autobús lleno de estudiantes, sólo bajamos ahí Ali y yo. Éste exclamó:

- ¡Qué curioso! Normalmente se bajan unas cuantas personas en esta parada, y esta vez sólo lo hemos hecho tú y yo.

- Sí, parece un detalle estúpido, y de hecho lo es, pero también me ha parecido una situación peculiar.

- Más que peculiar, lo definiría como BIZARRO. Como todo el fin de semana...

- Amén, hermano.

Y con todo esto, queda relatado un fin de semana (no voy a repetir el calificativo por enésima vez) inquietante. Por cierto, a estas alturas de redacción ya me deben quedar 22 días de vida, supongo.

miércoles, marzo 02, 2011

Hazañas Buquizas: El Viaje a Santander (I)

Buenas, soy el zampolit. Lo primero de todo, agradecer al Furby Drogado la excelente crónica de la primera victoria en el terreno de juego (que no en los despachos) de la Agrupación Gastronómica Buco Juniors. Que yo no subiera y se ganase 7-1... ¡joder!, da que pensar. Ahora va a resultar que encima de haber sido el peor delantero de la Historia de la Agrupación (toda una temporada sin meter un solo gol) y reconvertirme a un defensa mediocre, soy gafe. ¡Hay que joderse!

Bueno, esto de hablar de fútbol está muy bien pero lo que la gente quiere es carnaza por lo que vamos a continuar con otra hazaña buquiza de las que marcaron época. El Viaje a Santander.

Antes de nada me gustaría matizar que cuando narro todas estas historietas, NO MIENTO. Mentir, mentir, yo solamente lo hago en el trabajo que es el lugar en el que una persona aprende las perrerías más acojonantes para mentir a sus jefes, a sus clientes y a sus compañeros (bueno, a estos no). Vamos, que es como la cárcel. Uno puede ser malo antes de entrar, pero a buen seguro que dentro se convertirá en un hijoputa.

Lo dicho, en todo lo que cuento NO MIENTO. En todo caso, omito alguna información o la exagero. Pienso que la grandeza o la miseria de estos relatos recae en la crudeza con la que son narrados. Por suerte o por desgracia, ocurrieron tal cual. Somos así... Dicho esto, ahí va una de estas historias que uno tendrá ochenta años y seguirá recordando.

Agosto del 2008. Los astros se alinean y nueve bucardos se ponen de acuerdo para irse de vacaciones todos juntos a la ciudad de Santander. La gente normal planea unas vacaciones de este tipo y decide que un día irán a ver Potes, otro día se bañarán en la playa, otro día verán el casco viejo, otro día... yo que sé. Eso la gente normal. Los estafermos que planeamos ese viaje solamente teníamos clara una cosa que ya fue publicada en su momento en esta blog (para gente que no recuerde o no tenga conocimiento de este salvajismo, adjunto enlace)

En su momento, este artículo desató una caterva de comentarios entre la sociedad de Nieblavilla, recuerdo cruzarme a gente por la calle y preguntar que si eso era cierto. Ya entonces, como ahora, les respondía lo mismo. Si estaba escrito, es porque se pensaba hacer. Mentir, no mentimos.

Así pues, la lista de participantes en el concurso para dirimir al buco más tragaldabas estuvo compuesto por,

El cuarteto de Naval:

El doble de Morientes, también conocido como Toño.

La Puta de Vilna, también conocido como Inazio.

Kosovo Desmond Cavendish, también conocido como El Crío, Asier del Horno o Bertolé.

Germinator, también conocido como Ger, Guzmán o el Hombre que puso un flan en la Brasería.


Los de Nieblavilla:

Rusia, también conocido como El Frutas, V. Toré Karpets, el fichaje de Hrade Kralove o Victor Mature.

Portugal, también conocido como Malinas Kaunas, Dany Manning, Chainho, Esquerdinha, Sali...

Lemuskussen, también conocido como el Kaiser Cagón, Paco Truño...

Patxi Panizo, también conocido como... Patxi Panizo

Ugrumov, también conocido como zampolit, el mayor de los Schleck, Capitán Carroña...


Las presentaciones las hago porque luego la gente se me queja de que se pierde con los nombres.

Bien, como quiera que éramos 9 "personas" se decidió subir en 3 coches para economizar (se podría haber subido en 4, cosas peores se han visto). Ya en su día se relató, en parte, el viaje pero como estaba reciente en el tiempo, no había cojones a contar absolutamente toda esa debacle moral acontecida esos días.

Primera noche, quedamos todos en Mierdagoza, ya que el Kaiser tenía que trabajar hasta tarde. Cuando sale del curro, quedamos con los del pueblo jamás conquistado en el "Estudios". Por si alguien no ha estado en ese bar, se describe muy pronto. Nada más entrar apesta que da asco a queso. A los diez minutos el olor ya no se aprecia, porque te has zinclado una botella de vino y te han enronado literalmente en foie gras y embutido.

Pedimos una mesa. Nos dicen que esperemos. Nos sacan "algo" (es que poner algo sin más me parece obsceno, con ese "algo" en Etiopia tiran 2 meses, pero en el país entero) para ir haciendo hora. Mientras aprovechamos para sacar la fantabulosa báscula digital que nos acompañará durante el viaje y procedemos a hacer los pesajes antes de comenzar con el higadicidio injustificado (si alguien no sabe de qué va lo de la báscula, que se lea el enlace que he puesto antes porque no lo voy a explicar). Nos ponemos en la puerta y empezamos a pesarnos.

La gente miraba con una mezcla de sorpresa y duda "¿qué están haciendo?". Reconozco que hay que ser muy retorcido o muy maziello para adivinar por qué nos pesábamos.

Nos dan la mesa y viene el camarero. Qué os saco. Saca de todo, que hay hambre. El gacho saca dos o tres tablas de embutidos, vino a discreción, el queso, el paté con pan (que no pan con paté), el paté con pan y con sardinas por encima, más vino...

He visto a gente comer a mala hostia, pero comer a mala hostia para ver quien era el que más se metía dentro en plan competición... hay que ser muy hijoputa para prestarse a algo así y más teniendo en cuenta el premio, pero a todo llegaremos.

Terminamos con todo eso y el camarero, que debía de tener ganas de plegar, nos dice que si ya estamos. Pobrón.

Saca más. Pero qué saco. Nos da igual (sic). Hombre, os da igual, no, algo querreis...

Nos da igual (sic, otra vez). Saca lo que quieras, PERO QUE ENGORDE...

(en esos momentos, el camarero comienza a ser consciente de con qué clase de incivilizados se la está jugando y entonces recibe la estocada certera)

... QUE ESTAMOS HACIENDO UNA COMPETICIÓN, ah, y saca más vino!

El zagal se puso blanco, se dio media vuelta y con toda su mala folla trajo otra ración de esas de paté con pan y sardinas por encima, que es lo más aceitoso e indigesto que he comido en toda mi puta vida. Dos montañas más de embutidos... el Horror. Alguien que no haya estado en el Estudios pensará que exagero. Los que hayan estado, saben que no.

Cuando el zagal vio que aquellos bárbaros se disponían a pedir por tercera vez tuvo un atisbo de lucidez y sacó unas botellas de champán. Venga, que os invito y os saco la cuenta. Ah, pájaro, como te olías que íbamos a pedir más...

Como era la etapa prólogo no quisimos desgastarnos en demasía y con eso dimos por concluida la etapa. Pagamos y nos fuimos fuera a pesarnos otra vez. Alguien puede estar pensando que me invento todo esto. Repito, no me invento nada. Somos así de bastardos (y esperate)...

Comienzan Rusia y Portugal. Incrementos de 600, 700 gramos... Jodo. El Kaiser, Panizo, algo más comedidos. Se pesan los de Naval, me peso yo. Acontece la sinrazón. Desmond Cavendish arroja unos horripilantes 1000 gramos, yo le supero por 100 g. Toñito nos bate con un par de cojones con un incremento de 1300 gramos. 1300 gramos de una sentada.

Alguno dirá que eso son mariconadas, que con un chuletón eso se logra. A ese alguno me gustaría verlo empapuzarse hasta ganar 1300 gramos a base de cabeza de jabalí, jamón, chorizo y queso curado...

Toño es el primer líder. El resto de la noche no tiene mucha miga. La gente rueda despacio, no es cuestión de desgastarse. Sobre todo la gente mingita. Mingita mucho. Hay que estar ligero para el comienzo de la siguiente etapa...

Como nota anecdótica decir que se durmió en el piso del Kaiser y en el de la Puta de Vilna, Inazio. En el de Inazio estaban los del pueblo nunca conquistado y Portugal. En el del Kaiser el resto de gentes de Nieblavilla.

A mí me toca dormir en una habitación con Panizo. Ponemos la tele para ver los Juegos Olímpicos, a ver si hacen las series de 100 m. Pero no las hacen. Y empezamos a pasar canales y en Mierdagoza ya se sabe lo que pasa en estas circunstancias. Que todo es porno.

Y dejamos un canal y empezamos a ver la peliculeta que tenía algo de trama. Mandamos un mensaja a Rusia por si se quiere pasar. En menos de lo que cuesta llegar el sms, se oye el chirriar de una puerta y al cabrón del ruso entrando a nuestra habitación. Se presenta en calzoncillos y rascándose los cojones.

Oye, Frutas, a ver que vas a hacer. Que sólo la quiero ver. Pues resulta que ya la he visto. Que si patatín, que si patatán. Que esta actriz trabaja muy bien. Que mira como tal, como cual. Haciendo una crítica de la porno mientras se rascaba los cojones...

Bueno, al día siguiente quedamos en el Panishop del Actur. Se procede al nuevo pesaje de comienzo de etapa y acto seguido se desmantela medio Panishop para desayunar. Algunos era la tercera vez que desayunaban, como Portugal, pero ya se sabe que a este hombre el tema de la competición se la pela pero que muy mucho. Se iba a quedar sin fartallar hasta que se pesara... los cojones!

Se engancha la autopista. La Puta de Vilna conduce un coche en el que van Toño, Ger y Desmond.

En el coche del Kaiser vamos Portugal y yo (creo).

Y me parece recordar que a Panizo le tocó el premio gordo de llevar al Frutas.

En la primera área de servicio, parada a comprar cerveza. Era necesaria una buena hidratación. La guerra estaba servida y la gente ya tiraba de litrona. Y entonces acontece la idea del día. ¿¿¿Y si paramos en Logroño a comer???

Se aprueba por unanimidad. Llegamos a Logroño a eso de las 14:00. No nos fuimos de allí más tarde de las 17:00. Puedo "recordar" muchos días de Fiestas de Nieblavilla, muchos días del Pueyo, muchos San Pepes y muchas fiestas de Interpeñas en Mierdagoza, jornadas maratonianas en Güesca, fines de semana en Salou, fines de semana sin más en los que se te va la mano... días y días de zorrera, pero como lo de aquellas 3, porque lo jodido del caso es que nada más fueron 3, horas NO TUVO NOMBRE...

Llegamos al primer bar. Un camarero que nos empieza a soltar que si Freddy Mercury en realidad era de Albacete y se llamaba Alfredo Mercurio y lo echaron del pueblo por maricón, que si Michael Phelps se llama Miguel Felpas... una pregunta. ¿Estáis de despedida?

NO, SOMOS ASÍ. Y ponga dos botellas de vino...

Teniendo en cuenta que éramos 9 personas y 3 conducían y no bebían...

Siguiente bar. Antes de nada, para que la gente no pase sed. Por favor, dos botellas. Nos atiende una camarera dificil de mirar. Ger se echa el primer lamparazo por encima y los demás nos hacemos muy amigos de la moza. Además de fea, borde. Decidimos que ese no es nuestro bar. Apuramos las dos botellas y nos vamos.

Siguiente bar. Está cerrado. Pero hay una especie de ventana-mostrador. ¿Nos pueden servir?. Sí, claro ¿qué quereis?. Dos botellas de vino... y de comer lo que usted quiera. Nada de especial en ese bar salvo que era para gente diminuta. Con otro tipo de gente no pasaría nada pero teniendo en cuenta como es el doble de Morientes, a los cinco minutos les estaba señalando (pero señalando, con dos cojones) y atronando la calle al grito de "Míralos, son diminutos".

Otro bar. El nivel etílico se aprecia en que a ese bar ya llegamos con los vasos del anterior. Es entonces cuando el Kaiser nos da una de sus habituales charletas de moralina tipo "Médico de Familia" o "Doce en el Paraiso" o alguna de estas burrufallas de serie. Hágase notar que el Kaiser portaba una fantabulosa venda en la ceja después de partírsela en sanlorenzos la semana anterior yendo ziquilín perdido mientras, según él, "escalaba un rocódromo en un garito de Güesca y me caí". ¿¿¿¿¡¡¡¡¡¡!!!!!?????.

¿No creeis que os estais pasando?


Sí, tienes razón. Responde Toño, para a continuación pedir UNA botella. El muy bastardo la reparte por todas las copas, se vuelve al camarero y le dice,

Por favor, ahora me puede traer DOS botellas.

Seguimos la marcha por otro bar. El Kaiser ya nos da por imposibles. La gente comienza a mostrarse ilusionada por quedarse esa noche en Logroño. Pero a eso el Kaiser se niega "porque la pensión de Santander ya está pagada". Bueno, pues vale. Por favor, camarero, dos botellas...

Otro bar. Se nos empieza a juntar lo mejor de cada casa. Cuenta tú a las 4 de la tarde lo que puede haber en la calle del Laurel... Pasa para dentro del bar una cuarentona rubia despampanante y alguien suelta, emulando a Berbegal, "señora, si usted fuera mi madre, mi padre dormía en la escalera". La rubia no tiene valor a volverse. Su marido, que va detrás tampoco tiene valor a encararse con esos tipos que ya comienzan a llevar los ojos como conjuntivíticos, lamparones en la camiseta y las manos, sí, las manos, teñidas de vino tinto. Camarero, esto, qué le iba a decir... ah sí, dos botellas más...

Y vamos al último bar. Dos botellas más. El estado etílico es grave. Gravísimo. En estas que pasa por fuera el dueño del primer bar. Cómo sería la cosa, que mete la cabeza por la puerta y suelta,

Ostia! Los de Güesca! Cuídamelos (le dice al camarero), cuídamelos, que son muy buenos! Yo ahora marcho a comer, pero luego a las 7 abro otra vez. Veniros entonces, majos!

A mí me salen en total 15 botellas de vino (pudieron ser más) que divididas entre 6 y la eventual aparición de aquel petao que nos acompañó durante un rato dan una media de 2 botellas y media por cabeza. Pongamos que aquel tío se zumbara una él solito y la media sale a 2,3 periodo con lo que la cosa no mejora. Pongamos que fueran dos botellas por barba... cantidad suficiente para pedir posada en el pueblo y quedarse a dormir la mona.

Pero el Kaiser había tocado la corneta y tocaba retirada. Y comenzamos la vuelta a los coches. Mira que habíamos pisado bares y es justo estar en la calle y la gente se empieza a mear encima. Desmond no puede más y, en un ejercicio de pericia y habilidad de muy dificultosa realización dadas las circunstancias, se saca el cimbrel en medio de la calle. Mientras sigue caminando, y ante la horrorizada mirada de una parejeta que se encontraba sentada en un velador (que se jodan, hace falta ser cafre para llevarse a la parienta a las 5 de la tarde, en agosto, a pasar calor a un velador), el crío con una mano sujeta la última botella de vino y con la otra el vaso.

El cimbrel va a su bola regando el pavimento público.

La gente se tira al suelo de la descojonada. Otra parejeta tiene que cambiarse de acera porque se les viene encima un bigardo con el nardo fuera (lo dicho, se jodan, a pasear con la novia se va con la fresca). Portugal y yo también nos estamos pichando. Pero a pesar de que llevamos una turca importantísima no nos da como para sacarnos la chorra ahí en medio. Buscamos una bocacalle.

Ostia, Dani, ven aquí que este portal es bien espacioso...

Nos ponemos a pichar ahí, con los consiguientes bramidos de Portugal, que si esto de pichar en tierra es lo mejor que hay, que si como pichando en tierra no se picha en ningún lado... cuando de repente el portugués espeta,

Mira, nos están grabando...

¿Cómo que nos están grabando? ¿Quién nos está grabando? Y sí, sí, nos estaban grabando porque en una de las esquinetas de la puerta había una cámara de seguridad. ¿Una cámara de seguridad? ¿Pero dónde cojones estamos pichando, copón?

Miramos a lo que viene a ser el vano del portal y ahí en letras bien grandes y bien hermosas ponía y cito textualmente,

PARLAMENTO DE LA RIOJA

Jopamos de ahí, y nos unimos al grupo. Llegamos a los coches y se reparten las camisetas oficiales del viaje y el maillot de líder.

Las camisetas oficiales consistían en una camiseta negra serigrafiadas con cada uno de los personajes principales de "Loca Academía de Policía". A saber, el Gritetes, el Enaner, Hightower, la Enaneta, la Tetuda, el Oficial Borde, Mahoney, el Negro de los Ruidetes, Tackelberry...

La camiseta de líder era amarilla con la estampa del Comandante Lassard. Hay una foto sacada en ese aparcamiento con todos y cada uno de nosotros con esas camisetas que no la colgaré por dos motivos.

Uno y más importante. No la tengo.

Dos (y que cojones, también muy importante). Es obscena. Es obscena incluso para esta blog. 9 tíos con camisetas ridículas entre los cuales hay 6 que llevan una zorrera espantosa, con los ojos cruzaos, sudando, los labios morados de beber vino, las manos mostosas, lamparazos en los pantalones (a saber si de aceite o de orín o de vino, o las tres cosas), con vasos en la mano... ¡y tenedores! Es una foto dura, muy dura.

Toño fue investido con el maillot de líder y, en teoría, si alguien se lo arrebataba se lo tenía que poner al día siguiente (sin lavar, claro está). El liderato, para qué nos vamos a engañar era una putada...

Montamos en los coches. Rusia se va con Panizo. Y el Kaiser se tiene que llevar a Ger porque el resto nos instalamos en el coche de la Puta de Vilna preparados para un viaje que fue apocalíptico. Panizo le tiene que advertir al Frutas que hasta que no se acabe el helado no se sube al coche (porque ya se sabe que al Frutas le gustan mucho los helados). Imaginaos al ruso después de haberse zinclado un par de botellas de vino, con las manos mostosas, esos unglots llenos de mierda, con una mezclilla de helado, sepia, vino... Al final se limpia las manos y Panizo le deja pasar para dentro. Rusia le cuenta una película durante el viaje que para qué. Que si yo tengo carné de conducir, que si yo le cojo el coche a mi hermano cuando quiero... Tiene el DNI caducado de hace cinco años como para tener carné de conducir!

Al cabo de un par de meses, Panizo iba un día con el coche y empezó a oir un "clonc-clonc". Y al día siguiente lo mismo. Le dio por mirar debajo del asiento y ahí encontró un vaso de vino de los de Logroño que el puto ruso dejó ese día ahí abandonado...

Cogemos la autopista. En el coche de Inazio comienza un festival de fragancias insoportable. Una cosa horrible. Para habernos quedado ahí. Ni con las cuatro ventanillas bajadas se mitigaba ese Horror. A Toño le da por sacar la cabeza por su lado a gritar "Hijosdeputaaaa" cada vez que pasaba un coche francés.


(Ejemplo ilustrativo)


Luego era con los coches franceses, catalanes, de Mierdagoza, vascos, algún que otro madrileño, algún italiano... en definitiva, todo lo que no fuera de Güesca. Los coches nos adelantaban con miedo, vaya...

Paramos en un área de servicio que aun hoy mismo no sé muy bien dónde estaba. A Desmond le da por coger las zapatillas de Portugal (porque Portugal cuando viaja en coche va descalzo, es un sibarita de cojones...) y esconderlas en el maletero.

Yo me voy a mear contra la calzada para ver si se me lleva algún vehiculo longo y acabo con ese sindiosismo y luego me tiro en el cesped porque estoy esguazao. El resto van a la tienda. Repito, 8 (bueno, 7) tíos con camisetas de Tackelberry, Mahoney, Lassard... El dependiente no sólo no sale despavorido sino que comienza una conversación con Toño acerca de las ocupantes de uno de los coches que está repostando.
Y en estas que entra en la tienda el 8º pasajero, Portugal, descalzo y diciendo a voz en grito

¿DÓNDE ESTAN MIS ZAPATILLAS? ¿HE DICHO QUE DÓNDE ESTÁN MIS ZAPATILLAS?

La gente mira incrédula como un tío que lleva una camiseta con el negro de los ruidetes de Loca Academia, entra descalzo en la tienda, zorro perdido reclamando unas zapatillas. Muy berlanguiano...

Seguimos el viaje, más horror, más gritos. Llegamos a Santander. Y llegamos con resaca. Aparcamos en un parking subterráneo. Al salir al exterior lo primero que vemos es la estatua de Paquito "Patascortas" el Hidráulico. Con resaca (nosotros, no él que desde el 75 ya no tiene). Lo primero que pienso es qué cojones estoy haciendo allí.

Llegamos a la pensión. Sin tocar las maletas el suelo ya nos han cobrado por adelantado. Gente normal se hubiese duchado y cambiado. Nostros nos quitamos un poco los restos de vino y nos fuimos a cenar (recordemos que continuaba la etapa)

Nos vamos a echar unas tapas, con vino. Comienza la segunda zorrera del día. Bueno, pues no está tan mal esto de Santander, pero estas tapas un poco escasas. La gente se nos mira, "ahí van los de la Despedida". ¿Despedida? ¿qué despedida? si somos así...

Bueno, con esto de las tapas no nos llenamos, ¿dónde vamos?. Por aclamación popular. A un Chino.

Qué quereis. El Kaiser tiembla, hombre, podríamos pedir un menú para 5 ó 6 y vamos que ardemos. Los cojones. Somos 9, pues saca un menú de 9... ah, y saca vino.

Todos sabemos como son esos menús en los restaurantes chinos. El vino, que quereis que os diga... era malo con avaricia. Motivo por el cual la segunda zorrera del día tocó a fin y empezó la segunda resaca del día. Pero la comida... había mucha y lo gordo es que no sobró nada. Definitivamente tenemos un problema (grave) con el tema del farte. No es normal. Quiero decir que estas panzadas que nos pegamos así porque sí no son normales. Supongo que viene de algún tipo de trauma infantil derivado de haber escuchado toda nuestra puñetera vida a nuestras madres repitiendo noche tras noche "ya está??? no quieres más, jomío??? ya has cenado??? no me comes nada, que poco come este crío..." Aquellos chinos alucinaban, como se nota que no son de Güesca...

Salimos del restaurante y claro, había que bajar semejante panzada de comer. Comienza la tercera zorrera del día. Destino, un bar tipo el Edel de años ha, atestado de criallería. Imaginad a Toño, rondando la cuarentena de años, con sus dimensiones 2x2 de humanidad, de amarillo metido ahí enmedio. No tiene precio...

Y llega el momento en el que la etapa se puede decidir. Desmond, transmutado en Eduardo Chozas y yo, transmutado en Claudio Chiapucci decidimos escaparnos del pelotón a falta de 200 kilómetros para la meta.

Repasamos la lista de "cócteles" selectos del bar. Litro de cerveza marca la Pava, litro de calimocho con vino Elegido, litro de cubata McKennon, y... platos combinados!!!

Camarero!!!, dos litros de calimocho y dos platos combinados. Espera que voy a ver si sigue abierta la cocina. Emoción, intriga, dolor de barriga... Que no, que está cerrada. Que no hay platos combinados.

Es este un hecho que debe ser agradecido (y mucho) ahora ya que si en ese momento nos hubiésemos enjaretado un plato combinado recien salidos del Chino, probablemente hubiéramos reventado como el Señor Creosota en "El sentido de la Vida". Pero entonces no éramos conscientes de ello, así que tras repostar otro litro para el camino, salimos fuera a buscar algún garito de bocadillos.
Y lo encontramos. En la esquina que vino a denominarse "la esquina del Maná". En la esquina del Maná uno se sentaba con su bebida y su comida y se dedicaba a ver pasar a las mocetas que ya por aquel entonces llevaban esos pantaloncetes cortos blancos pretos que por estas tierras llegaron como uno o dos años más tarde (a lo mejor todavía no ha llegado esa moda, ya se sabe que en estas tierras el chandal de táctel y la camisa de franela hizo mucho daño). Y ahí echábamos el rato por dos motivos.

Uno. Había que repostar adecuadamente. Un buen avituallamiento es esencial para acabar la etapa correctamente. Y las vistas eran cojonudas.

Dos. Al Kaiser, que se ganó el cielo ese día, le jodía mogollón cada vez que alguno decía eso de "tengo hambre" en medio de algún pub y el resto le seguíamos para comer napolitanas o bocadillos a las 3 de la mañana. Entonces sí que ya era comer por comer y por joder... Y si no, atentos a la escena protagonizada por Desmond en el garito de las napolitanas de la esquina del Maná...

Entramos el Crío y yo. Supongo que Portugal también entraría a fartar, pero ya se sabe que a él el tema de espactáculos y tal se la pimpla muy mucho. Él fartalla y punto.

Qué quereis. Yo un frankfurt. Y Desmond suelta...

YO LO MISMO, PERO CON MUCHA JARCIA

El dependiente, que era como Jose Calderón el del Baloncesto le pregunta. A qué se refiere (nos trataba de usted, trataba de usted a unos gachos con la camiseta del Gritetes y Mahoney, hace falta tenerlos cuadraos), a qué se refiere con "mucha jarcia".

Y Desmond, recorriendo tooooodo el mostrador en el que estaba colocado el queso, la mostaza, el ketchup, la zanahoria rallada, el tomate, el pepino..., le dice,

A TODO ESO

Y el zagal, muy obediente, le jode un frankfurt con tooooda esa jarcia. Cuánto es.

Usted (me dice a mí) 3 euros, su amigo, 4 euros por los complementos. Se me olvidaba comentar que el frankfurt iba acompañado de su correspondiente napolitana de chocolate, para el postre...

De acuerdo. Acto seguido uno de los dos salía a la calle y hacía entrar al Kaiser a soltar la gallina pues el bote (como siempre) lo llevaba él. Y esa escena se repitío una, y otra y otra vez...

Decidimos ir a algún bar con glamour. Ya está bien, ya no tenemos más hambre, vamos a alguna discoteca. Y nos recomiendan acudir al Buenas Noches Santander. Enganchamos un taxi y nos deja al lado. Este garito se encuentra en la playa justo, así es que como buenos garrulos nos dimos un chapuzón a eso de las 4 de la mañana. Para rematar la faena y entra bien puercos y chupidos al garito más "cool" de toda Fachander.

Entramos. Analizad el sentido de esta mera palabra. ENTRAMOS. Nos dejaron entrar, lo cual ya me parece un acto de heroicidad impresionante. Recuerdo la estampa. Camisetas negras con fotos de "Loca Academia" (el onso de 2x2 iba de amarillo), pantalones cortos y zapatillas. Sin afeitar y con lamparazos varios y seguramente oliendo a choto (estaba el cabrón del ruso, así es que SEGURO que oliendo a choto)

Y comienza el festival del cabrón del ruso. Los bailes a lo Rick Astley. Las miradas de doblar cucharas a las mozas del lugar. En uno de los garitos más pijos en los que he estado en mi puñetera vida, nos presentamos con uno de los aspectos más deleznables que hemos tenido y espero no volvamos a tener jamás. Los flaiñicris del lugar directamente nos ignoraban cosa que no les reprocho lo más mínimo. Las mozas, esa mezcla de pijerío de los Madriles y autóctonas del lugar, se nos miraban de una forma bien curiosa.

Primero les debíamos de hacer gracia. No sé porque pero los maziellos les hacemos gracia a las mozas de ciudad, pero cuando empezaban a bajar la mirada, llegado el punto en el que veían, bien un Tackelberry, un Hightower o un Gritetes ponían una cara de ESPANTO y HORROR como pocas veces he visto. Ostia que hartón de reir. Si estuvimos dos horas, las dos horas fueron iguales, mientras el ruso danzaba por el lugar.


Allá las 6 de la mañana a alguien se le hizo la luz y decidimos irnos a dormir porque realmente ya no había nada más que hacer. Supongo que alguno pediría pasar por algún garito a almorzar pero no se le hizo ni puñetero caso. El ganador de la etapa se decidiría en el pesaje oficial de la mañana siguiente, a las 12:00. De lo que ocurrió entonces se hablará en la segunda parte de este simpar y pantagruélico viaje.