Y lo otro que pasó fue "esto":
Al margen de estas dos cuestiones, la nave Bukovska VI naufragó estrepitosamente ante los grumetes del Hermanos Argensola por 3 garrochazos a 4. A estas alturas de la película a uno ya no le jode perder las batallas. Lo que le jode es perderlas escuchando las mismas gilipolladas después de cuatro años recorriendo los pasillos del submarino acorazado Bukovska VI, ese prodigio de la técnica soviética que se reconvirtió de un bonito aunque precario remolcador de barcos rescatado del puerto de Rostock.
Pues bien, ese vetusto cachivache era capaz de meter más pitera de lo que este submarino nuclear que nos hemos comprado para esta campaña ha demostrado hasta el momento. Espero, camaradas, que no defrauden al espíritu de ese viejo barquichón de la ¿extinta? RDA. El próximo sábado no se empifolen con pacharán, haganlo con vodka.
1 comentario:
Menuda jamelga, la Ivanovic.
Ego dixit.
Publicar un comentario