Cadel Evans. Giro de 2002. Penúltima etapa. Último puerto. El australiano llega al pie del Folgaria con la maglia rosa. ¿Lo tenía todo hecho? No. El miedo escénico y una dosis deficiente de eritoproyetina hicieron de las suyas de modo que Cadel cogió una pájara de padre y muy señor mio retrocediendo de golpe y porrazo 20 puestos en la clasificación general. A puesto por kilómetro de ascensión. Al final ni Giro, ni podio, ni nada...
Atlético de Madrid. 1997. Copa de España. Canódromo de la Diagonal. El Pateti y la Barçura se enfrentan en encuentro ignominioso de Copa del Bribón. Tras irse al descanso con un 0-3 minándole la moral, la Farça reacciona y mete dos goles tempraneros. Pantic hace el cuarto. Su cuarto gol de la noche. Pero el Pateti en un nuevo ejercicio de miserabilidad tira el partido a la fresquera perdiéndolo por 5 goles a 4. Partido, eliminatoria y orgullo perdidos por culpa del Miedo Escénico.
Stephane Heulot. Tour de 1996. Primera etapa de montaña. El francesito llevaba el maillot que proporciona el mayor honor habido en el mundo del Ciclismo. El día que Mikel Indurain, sí Mikel y si no se lo creen miren, miren
Pero volvamos al fútbol. Porque si se ha hecho famoso el término del Miedo Escénico es por culpa de un equipo y más en concreto de unos de sus exjugadores, aunque el verdadero artífice fuese otro bien diferente sobre el que trata veraderamente la entrada. Jorge Valdano, aparte de juntaletras ocasional, florero del Madrid y eventual entrenador con mayor o menor éxito, también fue jugador de fútbol, malo, pero jugador de fútbol. Para lo malo que era, gano bastante porque tuvo la suerte de estar bien acompañado.
Diciembre de 1984. El Madrid, perdón, EL REAL MADRID, encaja una dolorosa derrota en Bruselas a cargo del Anderlecht, perdón, EL ANDERLECHT en tercera ronda de copa de la Uefa. Sí, porque el Madrid de vez en cuando jugaba la Uefa. 3-0.
Y entonces comenzó la Leyenda. El tal Valdano, como buen argentino resumió lo que sus compañeros se dedicaban a expresar como Miedo Escénico. Valdano pasaría a la Historia, pero los que hicieron Leyenda fueron los demás, empezando por Juan Gómez "Juanito", postrarse. A ellos se les atribuyen las siguientes frases:
“La primera patada la pegamos nosotros; los tres primeros disparos son nuestros y el primer disparo o a gol o a la valla y bien fuerte para que acojone al portero; cuando nos hagan una falta tres de nosotros a por el árbitro y otros tres a por el infractor…”
Y ocurrió esto.
A partir de entonces surguió la leyenda del Bernabéu y las remontadas imposibles. La gente se cagaba en el coliseo blanco. Les entraba el canguelo.
Al año siguiente el Madrid volvía a jugar la Uefa. Cosas que pasan. Y en la final se enfrenta al Colonia, ese equipo que también lleva un buco en el corazón. En esencia no fue una remontada porque el partido de ida fue en casa, pero pasó esto
Aniquilación. Un rodillo. El Colonia no parecía el Colonia, sino un Racing o un Espanyol a merced de los elementos. Superados por los elementos. El Bernabéu volvía a dictar sentencia.
Pero el espíritu del equipo, el que hacía todo esto posible, aparte de la calidad de Hugo Sánchez y Butragueño, Santillana o Michel, era Juanito.
Juanito llegó al Madrid proveniente del Burgos pese a que el Barcelona ofreció casi el doble de dinero. Eso no fue excusa para que el malagueño no acabase en Chamartín. Según cita wikipedia como jugador era listo, hábil, intuitivo y rápido. En el aspecto negativo, su temperamento visceral le ocasionó graves perjuicios a lo largo de su carrera deportiva, en 1978 fue sancionado con dos años sin disputar partidos europeos por agredir al arbitro germano-oriental Adolf Prokov; En 1986 escupió a Uli Stielike, cuando este ya era jugador del Neuchatel, durante un partido de copa de la UEFA; En 1987 fue suspendido de partidos europeos durante cinco años por el famoso pisotón en la cabeza a Matthäus durante un Bayern de Munich-Real Madrid. Como curiosidad explicar que Juanito, como disculpa, regaló posteriormente a Matthäus un capote y un estoque de torero.
La directiva del Real Madrid le multó con 300.000 pesetas por torear vaquillas en una corrida benéfica. En otra ocasión fue multado con 140.000 pesetas por decir que Amancio (entonces entrenador del Madrid) «lleva a Lozano a Bruselas de intérprete». Además una juerga nocturna en Milán le supuso una multa de 400.000 pesetas y ser apartado temporalmente del equipo por Amancio.
Juanito disputó dos finales europeas con el Real Madrid, la primera fue en 1981, era la final de la Copa de Europa, pero el Liverpool FC arrebato el título al Madrid. La segunda fue la final de Recopa de 1983, esta vez el Aberdeen privó al Madrid del título; tras esta final Juanito acusó a Stielike de ser un mercenario, convirtiéndose desde entonces en enemigos irreconciliables.
El tropezón con Matthäus fue tal que así, si no llega a estar el arbitro lo mata
Pero vamos, que él también recibió como en aquella ocasión en Belgrado cuando jugándose la clasificación para el Mundial 78 contra Yugoslavia no se le ocurrió hacer otra cosa ante esas gentes que esto
Al final, y más después de su trágica muerte,
no es de extrañar que la afición del Madrid lo considere un Mito. Si acaso, EL MITO del madridismo por encima de Gentos, Butragueños, Diestéfanos o Raúles. Por la casta, la brega y el corazón que puso en cada uno de los partidos que jugó con el Madrid, en todos los partidos del Bernabéu, cada minuto 7 de la primera parte se escucha esto
1 comentario:
Esta es la entrada que necesitaba el Buco. Espiritu de Juanito, ya. Pitera, lucha y convencimiento. Y un poco de pase no nos vendria mal tampoco...jajaja
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