Dado que aquí ya no escribe ni el Marqués, ni la Alimaña Azucarera, ni el Furby, ni el Navalero, ni Chus Heffner, el 23 del Buco, o sea yo, se ha propuesto seguir contando chorradas hasta que ganemos algún maldito partido. Ahí va esto que estuve pensando el otro día...
Este cromo de Santillana corresponde a la temporada 86/87 y seguramente debió andar por casa en algún album de mis hermanos. Yo hasta entonces sólo hacía álbumes de baloncesto y de ciclismo. Seguramente, si no hubiera pasado de ahí aún me hubiera quedado medio cuerdo. Pero un año después aconteció la hecatombe...
En la puerta del correccional de la plaza del Ayuntamiento al que tenían a bien llevarnos nuestros padres, se colocó a finales del 87 un mareao de la casa Panini a repartir cromos de la Liga y algún que otro álbum. Un año antes ya había tenido la suerte de enganchar uno de los álbumes de ciclismo, y dos años antes también. Debía de ser que los daban por castigo porque si no, no se entiende que tuviera tanta potra. Pero lo del 87 fue diferente. El tío de Panini no daba abasto. Una caterva de críos se arremolinaba en torno a él mientras iba repartiendo sobres y más sobres de cromos. Yo estaba observando sin atreverme a meter en semejante jaleo cuando de repente las masas se disgregaron. El tío se había quedado sin cromos. Agotados.
Entonces me acerqué yo. Me debía de resultar imposible que aquel gacho se hubiese quedado sin un puñetero sobre, como si le saliesen de las mangas y quería comprobarlo con mis propios ojos. En ese momento me miró y me dijo que no le quedaba ni un cromo mientras recogía el tenderete. Si eso, si lo quieres, me queda esto, mientras me tendía el álbum de la Liga.
Como he dicho, a mi por aquel entonces me podías hablar de ciclismo y de baloncesto. De aquellos álbumes con cromos de cartonete en los que salía la cara del gacho en la parte superior sobre un fondo con la bandera de su país (o comunidad autónoma del equipo en el caso de los equipos de basket) y abajo una foto del tipo en cuestión rampante en la bicicleta o tirando a canasta. Cromos de Capablo o de Zapata con el CAI, de Sibilio con el Barça, de Matraca Margall con el Joventut. Perico con el Orbea y Lejarreta con el Caja Rural. Lucho Herrera con el Café de Colombia... Pero de fútbol...
Y entonces intervino mi primo. Joder, claro que lo quiere, cógelo no seas tonto. Pero si a mí esto... Que lo cojas amemblao, si no me lo quedo yo. Venga, pues me lo quedo. Vale, pero no seas tonto, es tuyo, no se lo des a nadie, no se lo cambies a nadie. Cuánto vale. Lo que vale, no lo cambies por menos de 20 sobres de cromos, ¿me entiendes?
Mi primo me hizo la escolta hasta clase no fuese a ser que ese álbum volara y una vez ahí me volvió a repetir que ni se me ocurriese regalarlo. ¿Tú haces esta colección? le pregunté. Sí. Vale, pues entoncés yo también la haré.
Las noticias volaban en esa clase y nada más marcharse mi primo apareció KikeNike a realizar una oferta que ni un amembladé como yo podía aceptar. Comenzó a preparar el terreno aduciendo que qué suerte teníamos algunos que nos daban álbumes de cromos por la cara, y que qué mala suerte que se lo dieran a alguien que jugaba tan rematadamente mal al fútbol (como si hiciera falta tener cojones para comer trigo...) y que no le interesaba mucho todo eso. Entonces, intentó cometer la tropelía.
-¿Me lo das? ¿Me regalas el álbum?
-No. Creo que no. Me han dicho que no lo haga, a menos que me ofrezcan algo a cambio.
-Si quieres te lo puedo cambiar por un cromo de los que me han dado...
-¿Por un cromo? ¿Y que tiene ese cromo de especial para que valga un álbum?
- Es muy raro, no sale facilmente y además es del mejor jugador de la Liga, del mejor jugador del Real Madrid
Había tres jugadores por los que esa negociación se hubiese visto seriamente comprometida por lo que al salir de clase mi primo y al llegar a casa, alguno de mis hermanos me hubiesen metido una hostia como un pan por gilipollas.
Uno era Luis M. Arkonada, portero de la Real Sociedad. Otro era Tommy N'Kono, portero del entonces Español. Y el tercero era don Emilio Butragueño, delantero del, también por entonces, Real Madrid. Atando cabos, deduje que el muy pillastre intentaba cambiarme un álbum por el cromo de don Emilio. Evidentemente le iba a decir que no, pero se podía estirar la negociación a ver que más soltaba KikeNike... pero cual es mi sorpresa cuando se saca de la cartera el cromo de los cojones y dice
-Mira, por este te lo cambio, por este
Tócate los cojones, Mariloles. Por Rafa Martín Vázquez. Hombre no me jodas. Me lo quedé mirando con cara de vetatomarpolculo y le contesté que no, que yo sabía poco de fútbol pero que en casa decían que ese tipo era un mierdas. Que o me lo cambiaba por 20 sobres o verdes las habían segao. Que 20 sobres son muchos, que estás loco. Pues pa tí el Martín Vázquez y pa mi el álbum. Pues en tu casa no tienen ni idea. Pos bueno, pos fale, pos malegró, pijoteras...
La hecatombe aconteció cuando un día abrí un sobre y apareció un cromo dorado. Un jugador de la selección mundial. Un semidios. Era Rodion Camataru. Rodion Cama¿qué?. Quién es este tío, pregunté a mis hermanos. Es un rumano. Ruma¿qué?. El Bota de Oro. El qué...
Otro día salió esto
Y este quién es. Uno que jodió al Atlético. Pero de dónde es. Ruso. Cómo el Zalgiris. Sí, como el Zalgiris. Cómo Kurtinaitis. Sí, como Don Rimas. Entonces me gusta. Y dónde juega. En el Dinamo de Kiev. ¿En el qué de dónde?
Eso era, información a embute para un pequeño cabezudo de 8 años absorbiendo sin más, como Bob Esponja, las desventuras de Careca, Ruggeri, Belanov, Altobelli, Elkjaer Larsen, Laudrup, Zavarov o Rummenigge. Rummenigge vestido con la camiseta verde de Alemania. Con dos cojones. Es increible de lo que llega a acordarse uno a veces. No me preguntes que comí antes de ayer, pero del cromo de Rummenigge, joder si me acuerdo...
Los rusos pasaron a ser ídolos por venir del mismo país, entonces, que el Zalgiris, y esto ya es otra historia, los daneses admirados y temidos, los italianos marrulleros, los brasileños virtuosos, los argentinos puercos, los alemanes invencibles y los holandeses enemigos a ultranza. Y más enemigos que iban a ser... menudo fue el 88...
La plantilla del Madrid se quedó incompleta por culpa del cromo de Martín Vázquez que nunca jamás salió. No me importó lo más mínimo. Tenía a N'Kono y a Arkonada y al Tato Abadía y a Camataru.
Con los años la expresión cromo dorado comenzó a mutar y más en este pueblo, mundialmente conocido por ser un vergel para las mentes librepensadoras y clarividentes. Un vivero de poetas, filósofos y estadistas. Cuando pienso en un cromo dorado me acuerdo de aquellas páginas centrales con Camataru y Zavarov, claro, como un recuerdo residual que jamás abandonará mi cabeza, pero a continuación asoma a la mente Pinky. O Extremeitor, o el Duque de Tomatierra, o la Salamanquesa, o la Predicadora. Mank y Perry, el Vago, Decibelios... una suerte de selección local en una ya de por si perjudicada población. Luego están los cromos plateados, no alcanzan a los dorados en "prestigio" pero...
Es mejor ser un cromo plateado. Si eres dorado es que has cruzado el límite. Si eres plateado significa que tienes clase, como Callaghan. Si eres dorado... joder, tu prestigio se te ha ido por la pernera del pantalón en alguna pichada... Entre los cromos plateados podríamos meter a Chainho o al Frutas. A Mortimer, al Furby o al Marqués...
Todo esto se me ocurrió después de ver Gran Hermano, más en concreto la parodia que hacen en la Sexta, Gran Pringao. Si en Gran Hermano meten a desechos de la sociedad con el pretexto de hacer un experimento sociológico, que grande sería meter en una casa durante tres meses a todos estos cromos dorados para que iluminaran al mundo entero con su sapiencia. Que entraran, al igual que los personajes de la novela de Chuck Palahniuk, "Fantasmas", con un único objeto personal. Del resto, Dios proveería...
Imagínense una casa compuesta por estos diez elementos:
Pinky, objeto personal, un besugo disecado o bien un póster de la película "El Sur"
El Duque de Tomatierra, objeto personal, una faltriquera para vigilar por las noches no fuese que le tocase dormir con un negro...
El Marqués del Mundo al Revés, objeto personal, el pin del Racing
Mank, objeto personal, Perry
Perry, objeto personal, Mank
Chainho, objeto personal, el jodido péndulo para interrogar al respetable
Extremeitor, objeto personal, un Terry con hielo
La Salamanquesa, objeto personal, una tragaperras para ir haciendo
La Predicadora, objeto personal, la Biblia, para ilustrar a todos esos impíos
El Furby, objeto personal, una lata de caballa en conserva
Mortimer, objeto personal, los naipes y el tapete
El Frutas, objeto personal, un ejemplar de Mature Women
Animo a los leguleyos aficionados que frecuentan esta blog a que diserten sobre la conveniencia de empezar a meter fondos para que alguna cadena lleve a la tele la propuesta... la casa de los Cromos Dorados...