domingo, agosto 08, 2010

The Hell of the North

"Cada guerra es una destrucción del espíritu humano".

Henry Miller
De nada sirven las arduas preparaciones invernales, las concentarciones de equipo en la alta montaña, los bolos en diversos paises para rodarse en todo tipo de terrenos. El Infierno del Norte se reinventa cada año y nos muestra cuan pequeños somos a su lado. Por más que intentemos dominarlo año tras año, acabamos siendo títeres danzando en esa esquizofrénica danza llamada "4 Días de Dunkerque".
El Jueves, las bajas de diversos corredores hacían presagiar una carrera tranquila y de hecho no supuso el Horror vivido en anteriores ocasiones, como el año pasado cuando V. Toré Karpets lanzó aquel ataque demoniaco que le condujo al Esperpento a pesar de arrasar en aquella primera etapa. No, este año se vivio un tour de force por parte de comabativos corredores como Sandy CasalS, el cual cosecho una merecida victoria de etapa, pero dejando gasolina en el dépósito, o más bien en los calderines, para próximas carreras. No fue un viaje al Inframundo Vitoreriano como el deparado por Karpets el año pasado, sino que estuvo más cerca de las volattas conquistadas por el depredador Desmond Cavendish en aquel mágico mes de agosto.
Así y todo, las bajas del mencionado Desmond y de un nutrido grupo de ciclistas inmersos en el Giro de Ragusa provocó una etapa un tanto, si no descafeinada, sí carente de esos grandes momentos que han hecho del Ciclismo, de nuestro Ciclismo, un deporte épico.
El Viernes, la carretera se vistió de gala para recibir al grueso del pelotón, esta vez casi al completo. Además, un inscrito de última hora, Alexandre Abizandov, bravo corredor kazajo de extenso palmarés de victorias a la par que aficionado a las transfusiones de sangre con vodka, reconfortaba nuestros corazones por recuperar a este noble corredor para la causa.
El ritmo impuesto por Esfroid Landis desde los primeros compases de la carrera hacía presagiar un desenlace fatal. Así fue. Los ataques sostenidos del ciclista que tiene algo de sangre en el coñac, provocaron que se dieran a la fuga junto a él, Ber ven Broeck y el mayor de los Schleck quien regresaba del Giro a Ragusa seriamente trastornado. Nibali mantenía la compostura junto al Grisnell Larsson quien con su cadencia pausada evaluaba las posibles bajas a la hora de la batalla final.
El menor de los Schleck no tardó en llegar a la altura de los interfectos, justo cuando se iba a coronar el primer puerto. El Horror se acercaba. Todo el mundo lo sabía, pero a eso se iba... Se procedió al descenso. Desmond Cavendish intentaba pactar con otros corredores posibles alternativas al final de la etapa, se le notaba activo, al igual que Gesink aunque este en menor medida.
A mitad del descenso, el pelotón encontró la carretera cortada por unos manifestantes a favor de los correbous en las Terres del Ebre. Algunos corredores, profundamente enojados, procedieron a proferir toda clase de improperios a aquellos cuatreros hasta el punto que se llegó a reclamar la presencia de la Gendarmería. El menor de los Schleck lo resumió todo en una frase magistral que pasará a la Historia del Ciclismo: "Esto os pasa por votar a los socialistas".
El pelotón no tuvo más remedio que bordear la carretera, justamente en el punto donde hace dos años una de las motos de la caravana tuvo aquella aparatosa caída, e internarse en el embarrado, muy embarrado, bosque de Arenberg. Había miedo. Mucho miedo.
Esfroid Landis siguió con su ritmo insano, pero el menor de los Schleck a quien Cancellara había prestado su bici con motor alteró la cadencia e intentó formar una fuga con el otro Schleck. Pero el mayor de los Schleck estaba sufriendo una disociación severa. Trastornado por el jet-lag estuvo vagando durante dos horas por Arenberg convencido de que se encontraba en la última etapa del Giro a Ragusa, con final en Podgorica. Arrastrado por ese cruel fenómeno, a lo Salvatore Antibo, se vio abocado a realizar una anábasis en la que consumió innumerables botellines de sales hasta que recuperó, en parte, la consciencia.
Para entonces, Arenberg había quedado atrás y le Grand Ballon d'Alsace se alzaba majestuoso ante ellos. Por sus empinadas rampas ascendía el Grisnell, con su tónica habitual de cadencia lenta pero segura. La Hecatombe se cernia sobre nuestras cabezas, al igual que Abizandov quien sin duda había contribuido a que la Negror todo lo cubriera.
A falta de 20 km para el final de la etapa, se dio por neutralizada la misma. El imperante calor en las rampas del coloso alsaciano hicieron que el director de carrera suspendiera el evento. La vuelta de los ciclistas a los hoteles fue, eso sí, una nueva demostración de Esperpento por culpa de el calor y el barro que dificultaba el giro de las ruedas.
Gesink intentó en ese momento de relajación un acercamiento con la motorista de la caravana antes mencionada, la que sufrió aquel accidente bajando un puerto. El mayor de los Schleck se limitó a contemplar la escena mientras avituallaba convenientemente.
Cavendish intentó algo parecido con una de las periodistas que cubría el evento. La fatalidad y una táctica en exceso alocada por parte del corredor escotokosovar provocaron el Desastre.
El Sábado se produjo un hecho no acontecido nunca antes y no fue otro que el que varios corredores se planteasen no tomar la salida. Finalmente, el elevado grado de fervor deportivo les llevó a vestirse de corto, y en una lección de rasmia y pundonor, afrontar la tercera etapa. Una etapa en la que a pesar del flojo ritmo inicial, la cosa se fue animando, con escapada incluida de Wiggins, NibAli y el mayor de los Schleck, quien por problemas estomacales severos se vio obligado a retirarse puesto que no quería emular a Chiappucci en Sestrieres llegando totalmente cagado a la línea de meta.
Pero todo esto ya fue otra historia que deberá ser contada por la Alimaña Azucarera, para que arroje algo más de luz sobre los hechos acaecidos en ese higadicidio colectivo llamado "4 Días de Dunkerque".

6 comentarios:

Desmond consternado dijo...

Bueno, decir que aun servidor se le rompió la cadena a última hora. Y que los pronósticos de mi manager particular (el horoscopo del Altoaragon) decían literalmente: Horas felices. Pero los del Altoaragón solo cuentan hasta las 6 de la mañana, con lo que tras la no registrada desalineación de Venus con Saturno apareció una borracha cantando el s'ha feito de nuei que me hizo romper la cadena y no poder optar a mi maillot favorito, el de lunares...Maldita isla!

el mayor de los schleck dijo...

Bueno, lo mío tampoco fue mucho mejor. A tí se te rompió la cadena, y a mi se me rompieron las cañerías y tuve que realizar un descenso vertiginoso hacia el hotel para no manchar el culotte.
Yo no sé lo que decía mi manager particular, pero por como transcurría la maldita etapa... al menos una escapada a lo Coppolillo sí que era factible...

Palabra de verificación: Folar...

el higado del furby dijo...

¿Que paso el domingo? "Blumpy" lo jodio todo...

la cuerdeta rustideta de la longaniza dijo...

http://www.urbandictionary.com/define.php?term=The%20Princeton%20Blumpy

Así revientes Furby, así revientes...

cochilin dijo...

uiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Ali venga esa cronica del Sabado!!
y la de ayer Tb q acabamos los mejores. Los viejos rockeros nunca mueren!!

el furby drogado dijo...

Hostias, que enlace, Frank. Es lo mas asquerosamente enrevesado que he leido en mucho tiempo. Obviamente, no desearia ilustraciones aclaratorias del tema.