miércoles, abril 07, 2010

Apología del suicidio

El lunes de Pascua, un nutrido grupo de jabalináceos se dio cita en Zaragoza: La Z, la Alimaña Azucarera, Mr. Lancomme, el Grisnell, Cochilin, y el Furby Drogado. Un día entretenido e interesante, aunque tampoco pasará a la posteridad como otros viajes y excursiones. De todos modos, la expedición buquiza aprendió dos lecciones (unos más que otros):

- Los bolos son un deporte caprichoso: Sobre todo, si lo juegan 6 maziellos, entre los cuales uno necesita tirar con bolas infantiles por culpa de sus manetas de playmobil, el otro hace experimentos raros para terminar echando la bola al canalón en apenas metro y medio recorrido por la pista, otro termina haciendo un pleno después de que la bola describa una parábola para acabar aterrizando en mitad de la pista, y otro aprende por las malas la crueldad de las pistas infantiles con barrera a los laterales.

- La sociedad de hoy día no solamente aprueba, sino que se regocija, con el humor negro. Y cuanto más negro, mejor. La prueba de ello es una "joya literaria" hallada en la librería de GranCasa, donde el grupo hizo una parada técnica. Mientras Mr. Lancomme curioseaba por toda la tienda con el objeto de hallar un libro que le convenciera para llevárselo (misión cumplida; no fue uno, fueron dos), los ojillos pequeños y hundidos del Furby se toparon con lo siguiente:

El libro de los conejitos suicidas (Bunnies suicide)



















Como se puede comprobar en la primera ilustración, estos adorables animalitos buscan acabar con su miserable vida de una forma cruel, a la par que sofisticada. ¿Para qué hacer algo tan vulgar como pegarse un tiro o hacerse el hara-kiri, cuando hay formas más espectaculares, y que además puedan propiciar la carcajada del espectador?



























¿El motivo de semejante variedad de animaladas? A saber... Pero según parece, la combinación de una criatura de aspecto frágil y adorable, con una mala leche tremendísima es un éxito asegurado. Porque, lo crean o no, esta serie de imágenes, y muchas más, componen un best-seller.

De todos modos, este fenómeno no es nada nuevo. Todos, en mayor o menor medida, recordamos cierta colección de cromos en la que la mayor parte hacían apología del suicidio:



















Otros cromos de esta colección no hacían semejante apología,
pero eran sencillamente asquerosos.


Pero quizá el elemento estrella de que dicho libro de humor negro sea un éxito es, al fin y al cabo, que su protagonista es un conejo. Parece una tontería, pero como ya se ha comentado, es un animal de aspecto frágil y adorable (y cursi, en ocasiones), lo cual acrecenta la saña visigoda del lector. Es una reacción similar a la que se obtiene a través de series de animación como Happy Tree Friends, en la que el aliciente de estos dibujos es que los protagonistas son más cursis, hay más sangre, y sus muertes crueles no son suicidios, sino una serie de sucesos desafortunados.

En este enlace se puede comprobar una muestra de auténtica mala leche (o mejor dicho, mala limonada, en este caso): http://www.youtube.com/watch?v=165VjNKRNdw

Saquen sus propias conclusiones...

4 comentarios:

Desmond dijo...

¿No seran las aventuras graficas del conejo suicida que encontrasteis de camino a Sariñena?

lanconme paris dijo...

¿Conejos suicidas? Schuster como siempre sacando la parte mala de las cosas. Donde estén los conejos voraces...
Pues sí, no compré uno, sino dos libros. El segundo fue "Si te gustó la escuela, te gustará trabajar". Comprado por el simple motivo de que el título reza una sentencia tan falsa como hijadeputa y que por tanto, debía ser analizada mediante lectura. Además influyó el hecho de estar escrito por Irvine Welsh, pero vaya, que para leer historias de un par de excursionistas a los que una serpiente les pega un picotazo en la punta del glande y se la tienen que chupar para sacar el veneno, al mismo tiempo que una pareja de homófobos se topa con la escenita... en esta blog se ha escrito a veces más y mejor... y en la barra de algún bar, por descontado que se ha contado mucho más y mucho mejor...
Y la primera adquisición fue "Perdidos, la filosofía" en la que un tiruri italiano (que no descarto que haya leido esta blog, al igual que Welsh) desgrana con mayor o menor acierto los pormenores de la serie LOST haciendo hincapie en algo que ya sabíamos desde hace mucho tiempo: que la realidad es algo voluble y francamente cabrona y que a base de ensoñaciones y (él no lo expresa así pero...) exposiciones prolongadas de Negror se puede hayar un discernimiento parcial de la misma.
Por no hablar de la frase en la que, hablando en sentido directo, espeta algo así (no voy a levantarme a por el jodido libro para copiar) "bueno, y como TÚ YA SABES, todavía no hay un final para esta trama. Aunque podrías ser TÚ quien lo escribiera..."
Joder, que lo venimos diciendo hace mucho tiempo, que el final de Perdidos lo van a sacar del Blog, cojones, y va este tío y se saca de la manga el librito para decir algo que YA sabíamos los elegidos (sí, los elegidos, esos a los que Pinky rocía orín y excreciones con su mano)
Habrase visto...

zampoleitor dijo...

Increible el 6x11 de Lost. Me quedo con la frase de "Faraday" (jeje, manda cojones) cuando dice: "Y empezaron a pasar cosas raras". La Negror, es la Negror!

el marqués del mundo al revés dijo...

Si te pegarán 5 tiros, lo único que sacaría en claro es que 2 estarían malgastados.
He dicho.

PD: Rutido y cerdo.