Viernes 2 de abril. Comisaría de Sondrio. Departamento de estupefacientes.
Tras dar positivo al término de la primera maratoniana etapa del Giro, Frank Schleck se encontraba requerido por orden judicial en el calabozo de la comisaría hasta nueva orden, por dar valores anormalmente altos en lo que parecía un nuevo caso "Floyd Landis" pero a lo bestia. Fue por este motivo que el corredor luxemburgués no disputó la segunda etapa con inicio en Aprica y final en el paso di Gavia tras franquear la Marmolada 457 veces.
Por otro lado, el otro frente del equipo ciclista, en el gran premio Haribo, hacía presagiar un buen caudal de puntos para V. Toré Karpets en su lucha por alzarse como el mejor clasificado en la lista de la UCI.
En esta segunda etapa, dos hechos marcaron el devenir de la misma poderosamente. Uno, la elegancia de Desmond Kosovo Cavendish "the Man of Naval", al imponerse en todos y cada uno de los sprints especiales de la etapa. No estuvo para disputar la etapa, puesto que no era ese su cometido, pero arrasó en la clasificación de la maglia ciclamino. De hecho, cuando subió al podio a recibirla, se tiró a una de las azafatas allí mismo.
El otro hecho destacable del día fue la escapada final que decidiría el final de etapa. El grupo de cabeza compuesto por:
el niño de Zacatecas, con su maillot blanco patrocinado por Camel como premio al mejor joven;
el Barbol Cancellara, el cual se había avituallado convenientemente en esta segunda etapa con lícores de hierbas suizos, descontento con los botellines que la organización le había proporcionado;
el Kaiser Cagón, quien iba a tener la clave del movimiento más magistral que se ha visto en ciclismo desde hace mucho tiempo, pero eso sería más adelante;
Andy Schleck, quien transitaba con la bici rota. El cuadro partido tras el descenso del 457º paso de la Marmolada, no porque se cayese sino porque se dirigió voluntariamente contra un pretil para destrozar esa máquina de Satanás. La inercia del choque le hizo continuar unos kilómetros, los suficientes para completar la etapa junto a sus compañeros;
Delante de ellos, uno de los coches de la Organización que abría paso a los ciclistas. Estaban muy cerca de llegar a meta y ya en uno de los últimos avituallamientos, el coche había hecho un contravolanteado un tanto peligroso creando confusión. Pero lo peor estaba por venir cuando en una curva cerrada a 90 grados, divisaron un grupo de aficionados franceses que estaba dispuesto a ver la carrera. El coche se abalanzó sobre ellos y con él, el pelotón. La cara de horror de la jolie femme al ver que el manillar del Barbol pasaba a escasos tres dedos de sus rodillas impactó de tal manera a todos los corredores que decidieron entrar conjuntamente en meta sin disputar la etapa. Así y todo, Andy Schleck declaró que no saldría en la última y definitiva etapa... "jamás quise correr el Giro, y hoy, me debo a mis compañeros en la ronda Haribo"...
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El sábado por la tarde, tras ser liberado cual Floyd Landis, el mayor de los Schleck se fue al hotel de concentración a ver que se hacía ese día. Allí se encontró con Andy y con Longinos Furbysson, el cual estaba muy contento del papel que estaba desempeñando en el premio de las galletas Haribo. V. Toré, evidentemente, estaba en otras esferas, ya que aparte del premio Haribo estaba corriendo el gran premio de Mónaco de coches y el de Torrefarrera de caballos...
Andy explicó su percance con la bici y se mantuvo tajante en su decisión de abandonar el Giro y correr la última etapa de Haribo. Parecía que el equipo buquizo iba a desembarcar en masa en el premio de las galletas.
De hecho, se acabó saliendo en la carrera francesa, no sin cierta controversia, ya que los que decían que al final simultanearían etapa estaban mintiendo, los que se mantenían firmes en su decisión de NO acudir al Giro mentían también como bellacos, y los que decían que les daba lo mismo, tampoco les daba lo mismo.
En estas apareció Patxi Panizo con su dorsal de la Gazzetta dello Sport instando a las masas a acudir a la última etapa italiana Mortirolo-Ballon d'Alsace, previo paso 526 veces por el bosque de Arenberg con ración extra de barro y adoquines. El Grisnell, como buen capo del equipo, hacía gestiones con coches de la organización para que trasladaran al grueso del pelotón hasta Roubaix. Cuando todo parecía cerrado, el Kaiser se baja de su bicicleta y se retira legando su dorsal a Andy Schleck. Increiblemente, Andy iba a volver otra vez al Giro, después de haberlo negado tres(cientas) veces, como San Pedro a Jesucristo. Curioso fue, por lo que se verá más adelante, que lo fuera a hacer con la bicicleta del holandés...
De diversas maneras se plantan en el bosque de Arenberg, el niño de Zacatecas, Barbol Cancellara, Joseangel Comotepones, Andy y Frank Schleck, Patxi Panizo, el Grisnell y G.M. Lafergeld el cual también sisó un dorsal de estraperlo. Se llevaron un pequeño chasco puesto que esperaban algo más de público, pero la ración de barduquera era excesiva.
Transitando en esos momentos por el adoquinado se encontraba la puta de Vilna Rumsas y The Man of Naval Cavendish. El segundo haciendo ostentación de su maglia ciclamino. Una vez más se descolgó del grupo cuando se iba a decidir la etapa, pero para entonces ya se había vuelto a subir al podio a tirarse a la azafata, no sin antes girarse a Frank Schleck y espetar lo siguiente:
-Bueno, mañana nos vemos en Milán
-¿Cómo?
-Sí, sí, que mañana habrá que quedar para merendar...
Incluso en esos momentos, ese puñetero bárbaro tan solo pensaba en merendar al día siguiente... Dantesco.
Dantesco fue también el espectáculo deparado por una joven aficionada, quien sin duda confundida por la bici y el dorsal que portaba Andy Schleck y que habían pertenecido al Kaiser, no dudó en abalanzarse sobre él y plantarle un beso de proporciones babilónicas. Nadie podía dar crédito a lo que veía, unicamente el niño de Zacatecas tuvo los redaños suficientes para vociferar "Es la bici, es por la bici, le ha confundido la bici"... pero el mal ya estaba hecho. El pequeño de los Schleck declinó elegantemente, o todo lo elegantemente que se puede hacer con tres kilos de barro en cada pie, la proposición de la bella dama, ya que no era su problema, y continúo ascendiendo las rampas del sindiosismo.
Sindiosismo al que estaba llevando en volandas Patxi Panizo a Frank Schleck hacia la cima del Ballon d'Alsace en una épica jornada en la que parecía, o al menos todo lo que puede parecer con cinco kilos de barro en cada pestaña, que esta vez sí se podía culminar la ascensión. Pero Frank no lo vio claro y no solamente eso, sino que se cagó vilmente en la última rampa dando muestras de mediocridad absoluta y ñicrismo.
Allí se quedaron el Barbol, G.M. Lafergeld y el niño de Zacatecas, aunque el final había cambiado ya que alguien había girado la rueda de la Isla y el final de la ascensión ya no marcaba el Ballon sino el Boston. Frank decidió retirarse junto al Grisnell, al igual que habían hecho sus otros compañeros aniquilados por la voracidad del fango, recibiendo una dura reprimenda en el coche de equipo por parte del zorro de Skane por no haber rematado la etapa.