lunes, abril 07, 2008

C.D. América 2 - БУКО ЙУНИОРС 3

"My country did not send me to Mexico City to start the race. They sent me to finish."
John Stephen Akhwari (en inglés, o quizás en swahili, en el original)
Mi país no me envió a Ciudad de México a comenzar la carrera. Me enviaron para terminarla.
El atleta tanzano, como el señor Esforzutu qué casualidad, John Stephen Akhwari protagonizó uno de los momentos más dramáticos y emotivos de la Historia de los Juegos Olímpicos. En Ciudad de México, en 1968, mientras la cabeza de carrera de la maratón avanzaba presta hasta el estadio donde se coronaría vencedor Mamo Wolde tras la retirada del grandioso Abebe Bikila, un pequeño gran hombre se debatía en cola de carrera en la tesitura más grande de su vida. Nacido en la antigua Tanganica, Akhwari se había cruzado medio mundo para acudir al mayor acontecimiento al que cualquier deportista pueda tener el Honor de acudir. Su modesto país había puesto todo su cariño y empeño en las piernas, y lo que es más importante, el corazón de este atleta para que los representara en tan singular evento.
La mala fortuna quiso que su rodilla se lesionara gravemente en el transcurso de la carrera, en su ecuador. Imposibilitado incluso para caminar decentemente, hizo acopio de redaños y decidió con un aplomo encomiable que su país no le había enviado hasta tan lejos para comenzar aquella carrera, sino para terminarla. El valeroso atleta de Mbulu llegó a la meta más de una hora después que el ganador de la carrera. Pero llegó.

Corría la primavera de 2004 cuando un grupo de bucos de Barbastro decidió medir sus fuerzas en el arte del balón ante las grandes potencias municipales. Algunos no estábamos muy convencidos pero desde el primer momento se nos pidió una cosa. Pitera. Nos sabíamos débiles y no teníamos mucha confianza en nuestras posibilidades, pero desde el primer partido saldado con un abultado, aunque honroso, 0-9 quedó patente que el lema que acompañaría a tan simpar grupo de maziellos durante los años que durase el equipo sería "No reblar". Y los frutos no tardaron en llegar pues a pesar de ir últimos durante toda esa liga, logró empatar un partido ante el mítico Ecuador-América y en la gloriosa última jornada del 19 de junio del 2004, empatar épicamente contra la 96º y ganar después a la Pulpería, evitando así ser últimos.
El equipo fue creciendo y en posteriores temporadas se tuvo muy cerca la posibilidad de ascender a 1ª división, pero nunca pudo ser. Unos marcharaon y otros llegaron, pero el espíritu buquizo no se extinguía. Siempre hemos hecho gala de Él. Y numerosos equipos siempre así nos lo han reconocido.
Hasta este año. Las circunstancias hicieron que a pesar de concluir una más que aceptable pretemporada, el Buco se viera muy pronto inmerso en una crisis de resultados que nunca jamás había sufrido. Ni en sus más crudas temporadas cuando la estrella del equipo era el Camarada Yihad premononucleosítico y los demás éramos una cohorte de tullidos el Buco había encajado derrotas tan dolorosas. Y jamás de los jamases nos habían restado puntos, el colmo de la desidia. El pasado sábado nos la jugábamos. Era meramente una cuestión de honor, pero estas cuestiones suelen ser sin duda alguna las más importantes por encima de títulos y campeonatos. La cuchara de madera acechaba en caso de derrota y el Buco, repito, jamás había quedado último en ninguna competición a la que había acudido. A un servidor le daba miedo que llegado el momento bajáramos los brazos y saliéramos una vez más derrotados.
Pero en el momento de la verdad, la camiseta blanca de Joma se tiñó en la celeste de Luanvi. El Marqués del Mundo al Revés volvió a ser el Camarada Yihad. El Kaiser cagón se transformó en Zlatan ese genio y el cesped artificial mutó en el campo de tierra para albergar otro de esos míticos partidos del Buco en los que antes hubiéramos acabado tirados en la banda descansando sobre nuestros vómitos que ceder un palmo de terreno al rival. Y creo que la cuchara de madera no caerá sobre nosotros ya que aun quedando tres partidos, si el América no nos supo ganar el sábado no ganará ningún otro partido ya que la única resistencia que les opusimos, desprovistos por completo de juego, fue a base de rasmia.
Así que espero que el fin de semana próximo no desperdiciemos lo logrado y se acuda al menos a jugar los dos partidos, sobre todo el durísimo encuentro del domingo por la mañana. Se pueden perder ambos partidos, de hecho es muy posible, pero que no nos resten más puntos, por favor.
Porque el Buco no nos reclutó para empezar la Liga, y mucho menos para ganarla, sino para terminarla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bello, ejerciendo una arenga a base de recordar a un compatriota mio...

Me dan ganas de jugar el domingo de empalmada (aunque no se si lo lograre...).

Anónimo dijo...

duro fin de semana nos espera. Algunos saldremos de casa el sabado despues de comer y no volveremos hasta el domingo a la hora de comer. Entre medio dos partidos de futbol y una buena juerga. Me canso solo de pensarlo.