Equipos históricos descendidos a los Infiernos, hoy... el C.D. Logroñés

Bien. Después del profundo calado que tuvo el discurso de ayer en las hordas buquizas y tras palmar una vez más, vamos a proceder a inaugurar esta nueva sección con la que ilustrar a la muchachada acerca de equipos que como el nuestro, tuvieron la gloria en la punta de los dedos (o en algunos casos la llegaron a alcanzar) para después pegarse la gran hostia (de padre) como va a ser nuestro caso en la presente temporada.

Hoy hablaremos del C.D. Logroñés, equipo como el nuestro fundado sin muchas pretensiones y que después de años y años de jugar contra el Osasuna Promesas, el Barbastro, el Numancia o el Mirandés (podría estar siglos citando equipos de Tercera división, pero creo que ya he sido explícito) de buenas a primeras se plantaron en Primera División en 1987 de la mano del Valencia (sí, sí, el EuroValencia, un grande entre los grandes que emanó de las aguas fecales de la Segona Divisió no hace tanto tiempo, y luego quieren títulos...)

Tras dos años de apreturas en Primera (ellos al menos llegaron, nosotros no) casi consiguieron meterse en puestos Güeferos a base de echarle un par de cojones y haciendo gala de los atributos del caballo que calza el tal Espartero en la estatua sita en Logroño. La gesta de la Güefa, sin duda hubiera deparado partidos históricos. Ver al Tato Abadía corriendo la banda del Olympiastadion de Munich hubiera sido la repanocha. Pero en fin, no pudo ser y aquel fue el punto de inflexión que marcó el comienzo del fin del equipo vinatero.

Empezaron los fichajes de campanillas en lo que parecía iba a ser la subida al Olimpo del equipo de la capital de los cachis de calimocho. Salenko, Atila Kasas, Rubén Sosa... jugadorazos que se unieron a los ya míticos Abadía, Toño Jubera, Islas, Quique Setién, Lotina, Iturrino, Lopetegui, ¡¡¡Poyatos!!!, Alzamendi (ese si que era bueno y no Valdano, artífice de que el Mundial '86 sea un exito para Maradona sin parangón, capaza de ganarlo teniendo a ese tronco de compañero; Lo de Guivarc'h en el '98 no tiene nombre)

Esos sueños europeos se convirtieron en pesadilla cuando en la temporada 1994/95 el Logroñés finalizó la Liga de 38 jornadas con 13 puntos (creo que no les restaron puntos por incomparecencia a alguno de los partidos, creo, aunque 13 puntos... olé sus cojones) y se marchó de nuevo a las aguas fecales de la Segunda División. Pena fue que no lo hiciera de la mano otra vez del Valencia (ambos clubes están hermanados, es lo que tiene el calimocho, que te puedes arrejuntar con cualquier pelendengo...)

Un año después volvieron a Primera a base de pitera pero tal y como subió se fue al pozo para en el año 2000 dar con sus huesos en Tercera y acabar jugando contra la Peña Sport y el Burladés.

La próxima semana nos iremos a Alemania para recordar las historias de, no uno, sino dos titanes de los años 80. El Dinamo de Dresde y el Carl Zeiss Jena