La semana pasada, ante un rival de la zona media de la tabla y con todo un arsenal de cambios incluida la delantera titular, el Buco no pudo más que ganar porque no le quedaba más remedio cuajando un partido pésimo en todos los aspectos del juego. Y esta semana, cuando peor dadas venían, sin delantera y contra el líder, el equipo de la craba rampante se puso el mono de trabajo para empatar jugando a la italiana.
Y con todos los elementos épicos y tragicómicos que ya apuntara el señor Herido de la Sal y a los que yo también me suscribo. Y aún diría más, no solamente el equipo es tan proclive a la épica como a la tragicomedia. Sus mismos jugadores son amantes de estas tendencias.
Si no, cómo se explica que el bueno de Schuster transcurrida buena parte de la segunda mitad, conteniendo en defensa las acometidas del líder, ni más ni menos, esperando agazapados, como Rocky Balboa, recibiendo golpe tras golpe pero sin desfallecer, con el combate empatado, en busca de un golpe certero que nos pudiera dar la victoria, pide el cambio, se postra a cuatro patas en la banda, chumeando por la cabeza, boqueando como un cerdo (con perdón), sudando a chorretones y se pone a farfullar en su jerga ininteligible la frase mágica, “auaoauaoauoatodo, auauauaoaaoaoootodo”.
Épico y al mismo tiempo tragicómico.
Cómo se entiende que al bueno de Trellinho le estuvieran haciendo la tana por su banda, caño va, caño viene, al susodicho se le acaba la paciencia, mira hacia el arbitro, lo ve girado de espaldas y le mete un crunch en la pierna a la estrellita de los caños que a partir de esa jugada decidió mudarse de banda.
El partido pintaba mal cuando se confirmaron las bajas en la delantera y el Buco tuvo que salir en punta con el veterano Yildirín, el jenízaro (saludos desde Transnistria), como en aquellos viejos tiempos del Buco en los que empatar un partido era una proeza. Peor se puso cuando a los tres minutos, el Zlatan Ibrahimovic del equipo contrario le dejó al Mariscal con la misma cintura rota que a Alkorta le dejó Romario (o Ralpy al Cholo) y metió una pava de impresión.
Mas no fue así, porque Te visitará la muerte, le cogió la matrícula al delantero rival y no volvió a revolverse de aquella manera en todo el partido. El ataque rival pasó a manos del Vuitantaset quién por otra parte decidió marchar al banquillo después de que Trellinho le “sancionara” por sus dos caños seguidos y de que Peter Crouch bajara desde la delantera a pararlo (como fuera) y le metiera un empentón en pleno disparo a puerta. Pero no adelantemos acontecimientos.
En estas aparece Viture con Costinha Salinas (Salinas!!!!! ¿Dónde están las llaves? Salinas!!!!) que parece ser que llevaba las llaves del gol. Inmediatamente, Rusia entra al campo se cambia la posición con el Jenízaro y en ataque rampante buquizo llega el gol por mediación de Van Damme. Tablas en el marcador. Con dos cojones.
Fue en ese momento cuando el kaiser cagón se puso el traje de Kaiser Beckenbauer para dirigir a sus tropas a la victoria. Pero no se propuso alcanzarla por la via rápida. No, sería una labor titánica y de desgaste y para ello dispuso un entramado defensivo de mil pares de cojones que aguantó hasta el descanso sin inmutarse.
Una vez más se demostró que el Buco gana muchos enteros cuando se encierra atrás. Es decir, cuando clava las dos líneas de tres hombres-mardanos-orcos uruk harai y sale a la contra en muy contadas ocasiones. De esta manera se han hecho partidos memorables contra equipos del club Megatrix, entre otros, y está claro que contra los líderes no podíamos salir de otra manera.
En la segunda parte, más de los mismo. Cera, estopa y candela, suministrada de forma más o menos alevosa de manera que algún jugador rival incluso decidió borrarse del partido y marchar al banquillo después de cambiarse de banda y comprobar que las ostias se las iban a repartir de igual manera.
Como sería la cosa que el Buco volvió a sus orígenes eminentemente jabalináceos poniendo en punta a su delantero Peter Crouch, el cual durante los escasos diez minutos que se mantuvo sobre el terreno de juego dio más patadas que balones tocó. Como en los viejos tiempos.
Y con todos los elementos épicos y tragicómicos que ya apuntara el señor Herido de la Sal y a los que yo también me suscribo. Y aún diría más, no solamente el equipo es tan proclive a la épica como a la tragicomedia. Sus mismos jugadores son amantes de estas tendencias.
Si no, cómo se explica que el bueno de Schuster transcurrida buena parte de la segunda mitad, conteniendo en defensa las acometidas del líder, ni más ni menos, esperando agazapados, como Rocky Balboa, recibiendo golpe tras golpe pero sin desfallecer, con el combate empatado, en busca de un golpe certero que nos pudiera dar la victoria, pide el cambio, se postra a cuatro patas en la banda, chumeando por la cabeza, boqueando como un cerdo (con perdón), sudando a chorretones y se pone a farfullar en su jerga ininteligible la frase mágica, “auaoauaoauoatodo, auauauaoaaoaoootodo”.
Épico y al mismo tiempo tragicómico.
Cómo se entiende que al bueno de Trellinho le estuvieran haciendo la tana por su banda, caño va, caño viene, al susodicho se le acaba la paciencia, mira hacia el arbitro, lo ve girado de espaldas y le mete un crunch en la pierna a la estrellita de los caños que a partir de esa jugada decidió mudarse de banda.
El partido pintaba mal cuando se confirmaron las bajas en la delantera y el Buco tuvo que salir en punta con el veterano Yildirín, el jenízaro (saludos desde Transnistria), como en aquellos viejos tiempos del Buco en los que empatar un partido era una proeza. Peor se puso cuando a los tres minutos, el Zlatan Ibrahimovic del equipo contrario le dejó al Mariscal con la misma cintura rota que a Alkorta le dejó Romario (o Ralpy al Cholo) y metió una pava de impresión.
Mas no fue así, porque Te visitará la muerte, le cogió la matrícula al delantero rival y no volvió a revolverse de aquella manera en todo el partido. El ataque rival pasó a manos del Vuitantaset quién por otra parte decidió marchar al banquillo después de que Trellinho le “sancionara” por sus dos caños seguidos y de que Peter Crouch bajara desde la delantera a pararlo (como fuera) y le metiera un empentón en pleno disparo a puerta. Pero no adelantemos acontecimientos.
En estas aparece Viture con Costinha Salinas (Salinas!!!!! ¿Dónde están las llaves? Salinas!!!!) que parece ser que llevaba las llaves del gol. Inmediatamente, Rusia entra al campo se cambia la posición con el Jenízaro y en ataque rampante buquizo llega el gol por mediación de Van Damme. Tablas en el marcador. Con dos cojones.
Fue en ese momento cuando el kaiser cagón se puso el traje de Kaiser Beckenbauer para dirigir a sus tropas a la victoria. Pero no se propuso alcanzarla por la via rápida. No, sería una labor titánica y de desgaste y para ello dispuso un entramado defensivo de mil pares de cojones que aguantó hasta el descanso sin inmutarse.
Una vez más se demostró que el Buco gana muchos enteros cuando se encierra atrás. Es decir, cuando clava las dos líneas de tres hombres-mardanos-orcos uruk harai y sale a la contra en muy contadas ocasiones. De esta manera se han hecho partidos memorables contra equipos del club Megatrix, entre otros, y está claro que contra los líderes no podíamos salir de otra manera.
En la segunda parte, más de los mismo. Cera, estopa y candela, suministrada de forma más o menos alevosa de manera que algún jugador rival incluso decidió borrarse del partido y marchar al banquillo después de cambiarse de banda y comprobar que las ostias se las iban a repartir de igual manera.
Como sería la cosa que el Buco volvió a sus orígenes eminentemente jabalináceos poniendo en punta a su delantero Peter Crouch, el cual durante los escasos diez minutos que se mantuvo sobre el terreno de juego dio más patadas que balones tocó. Como en los viejos tiempos.
Y entre patadas, brega, pundonor y paradas de mérito de nuestro valladar insuperable, el Irascible Alemán, el partido llegó al final. Un épico empate que a mí, en particular, me supo a poco. Porque si en vez de jugar en la delantera con un troncomóvil (y no me refiero ni al jenízaro, ni a Rusia) el Buco hubiera pasado por encima del líder en la segunda parte.
4 comentarios:
Qué crónica¡¡¡ Acojonante¡¡; m´as dejau acojonao. Enorme dialéctica y verbo para plasmar el más glorioso de los empates¡. A sus pies Herr Lacoma.
PD:Constantinopla es Rusia¡
Y Atenas y Vilna también! Si lo hicimos con J R Holden, ¿por qué no con Theodoros, Vasileios, Simas y Lazaros?
Nacionalización de Papaloukas, Spanoulis, Jasaitis y Papadopoulos, YA!!!
Papaloukas-
Spanoulis-
Jasaitis-
Kirilenko-
Papadopoulos
Con Erdogan, Savrasenko y Monya en el banquillo... acojonante!
Impresionante la crónica de Herr Lacoma. Su grandiosa dialectica solo queda superada por el tamaño de su vigoroso p......;increible
A sus pies
jeje buena cronica soy el chabal de lso caños del equipo rival! no es broma una cronica wapa nosotros tambien stamos aciadno una web pero creo k eso de las cronicas lo dejaremos weno suerte en la liga y k kedeis 2º nosotros primeros claro aunk ya esta dificil incluso ser 3º enga
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