13ª Jornada: Buco Juniors 3 – Criselar 2

El partido nos enfrentaba con un equipo de jugadores jovenes, y teníamos que ganarlo para manterenernos en el candelero de los primeros puestos. Habían regresado unas "vacas sagradas" que faltaban últimamente: Ralpy, Lemus, Abizanda y Sergio.Los equipos se tantearon los primeros minutos. A mitad de la primera parte, hubo cambios en la alineación buquiza, y justo después se rompió el empate: Jesús recibía un gran pase de Lemus en la frontal, controlaba y la cruzaba ante la salida del portero. El buco entraba en calor y empezaba a jugar más suelto, pero a los 5 minutos recibió el gol del empate. Pero apareció don Carlos Lemus, que como este año no había ido a esquiar y tenía ganas, hizo un pequeño slalom que culminó con un chute lejano que entraba rozando la cepa del poste. Gran gol que dejaba al buco adelantado justo antes de la media parte.

En la segunda la cosa empeoró, pues al empezar un jugador contrario soltó un trallazo que casi para Sergio pero cual Songoku se cayó patrás de la fuerza del cañonazo, desviando la pelota hacia arriba pero no lo suficiente porque entró. Con el nerviosismo, se perdió el oden y se convirtió en un correcalles con ocasiones para ambos equipos.Pero fué el buco el que la clavó en una jugada que culminó Abizanda con un caño al portero, consiguiendo el 3-2 que sería definitivo.

El buco tuvo después muchas más oportunidades, que malgastó traperamente. Un servidor se empieza a parecer a Julio Salinas pero asquerosamente ya. Permítanme decir que perdí la concentración cuando recibí en primer lugar una bofetada de un defensa cuando nos disputábamos un saque de banda, que el árbitro no amonestó por ser falta previa mía. Pero sobretodo depués, cuando tras descargar arteramente mi descontento sobre la pierna de dicho jugador, recibí insultos por duplicado y susodicho fistro no recibió más que una tarjeta amarilla. El agravio comparativo con el "caso Carrasco" es evidente, y me indigna.
Prosiguió el toma y daca de ocasiones con la pólvora mojada, y acabó la merienda con los tres puntos en nuestra pocha.