domingo, febrero 27, 2011

Veni, vidi, vincit.

Hola, amigos. Soy el Furby Drogado, y voy a responsabilizarme de la siguiente crónica. Me resulta curioso, cuando a lo largo de la temporada tan apenas he podido asistir a encuentros buquizos, cuando el Zampolit suele responsabilizarse de tal menester, cuando nuestro equipo llevaba una dinámica de derrotas alarmante, y cuando por culpa de mi estilo de vida llevo casi un año sin publicar nada. Ni tan siquiera artículos grotescos en los que tiendo a hundirme en la miseria para gozo y disfrute de nuestros excelsos buquizos (cabrones...). Incluso el Zampolit está comenzando a escribir artículos en la misma línea de los que escribía yo (qué cabrón soy...).
Pero la tarde que se presentaba ante nosotros iba a ser diferente, y quizas por eso sea yo el "elegido" para escribir esto.

Partido contra el Bar Andalucía. 20:00 horas. Un servidor iba a jugar su tercer partido de la temporada, y ni tan siquiera sabía que posición le iba a tocar. Los dos integrantes buquizos de Villalifara y Sampietro estaban ya en los aledaños del campo. Mientras los del Andalucía estaban prácticamente al completo. Parecía presagiar aquello otro partido con 7 justos (con suerte), pero el resto de los disponibles vino pronto, y esa sensación se disipó en parte.

Y ahi estábamos todos: 4 cambios en el banquillo (Héctor, Nacho, Chus Heffner y Aguayos), y una alineación titular poco habitual, con Sampietro en punta, mediocampo de 3 con Sergio en medio, y Martín y Vitoré Karpets en sendas bandas, Guillén en portería, y un servidor de cierre junto a nuestro nuevo fichaje: Puértolas. Mención aparte merece nuestro fichaje invernal. Él realmente podría afirmar "Veni, vidi, vincit", tal y como reza el título que he escogido para el artículo: llegó, estuvo muy correcto atrás, ganamos, y además marcó un gol. Un debut realmente notable. Pero no nos avancemos tanto.

El pitido inicial me devolvió a la realidad. Todavía tenía latente una sensación de desasosiego, ya que el puesto de cierre conlleva una responsabilidad nueva para mí. Sí, es cierto que no es la primera vez que juego de cierre en mi vida, pero sólo es la segunda vez que lo hago en años, y la primera vez teníamos a Pedro Gea en el campo, lo cual resultaba más tranquilizador que tener a un compañero cuyo rendimiento iba a ser una incógnita hasta el pitido final. Además, tenía poco rodaje, y nuestro equipo rival presentaba a un delantero de raza negra. Lo primero que pensé fue: "Voy a echar la pota en el minuto 15 de las carreras que me voy a dar". Pero, curiosamente, no era el más peligroso de los delanteros, y pudimos frenar sus acometidas y las de sus compañeros. Y, si ellos tenían un negrer, nosotros teníamos a nuestro particular Negro, y vaya si se notaba. Además de pasar todo el juego ofensivo por sus botas, su colocación era soberbia, y fue un gran apoyo en defensa, desbaratando, sobre todo, los pases al hueco de nuestros rivales. La rapidez de nuestros jugadores de banda no era suficiente para romper el muro defensivo, y las llegadas al principio eran tímidas. Solamente al final de la primera parte, el guardameta rival pasó apuros, especialmente en un mano a mano con Vitoré. Y así fue como llegamos al descanso con un 0 - 0 en el marcador.

La sensación de desasosiego seguía en mí. No sabía si aguantaría durante la segunda parte, ya que en la primera tuve que descansar un rato en el banquillo, y por desgracia, ese descanso fue simbólico, ya que si Chus salió en mi lugar, a los 3 minutos tuve que sustituir a Puértolas. Sabía que mi falta de rodaje me estaba pasando factura, así que le dije a Puértolas que si uno de los dos iba al ataque, tenía que ser él.

Pero esa segunda parte era como un partido diferente. El equipo buquizo estaba motivado tras una primera parte casi perfecta. Para algunos, ya no había presión. Había que rematar la faena.
Y se hizo. A los pocos minutos de la segunda parte, el Negro abrió la lata, y en menos de medio tiempo, ya íbamos 3 - 0. El partido se había puesto de cara y los jugadores del Bar Andalucía estaban nerviosos. Las jugadas de ataque rivales se multiplicaban, y nuestra defensa apenas daba abasto. Guillén estuvo providencial atrás, y nuestra intensidad defensiva no sólo no había bajado, sino que además aumentó. Pero tal era el empeño de los jugadores del Andalucía, que al final marcaron el 3 - 1. En ese momento, ellos se vinieron arriba, pero no nos descompusimos. En todo momento la consigna era "¡0 - 0!¡Pensad que vamos 0 - 0!". El Andalucía estiró el equipo, lo que nos dió problemas atrás, pero permitió a Sergio estar libre en el centro del campo, donde se había hecho amo y señor. Y así fue que cuando más atacaban nuestros rivales, y cuando más nos tuvimos que emplear para aplacar las embestidas, y cuando más faltas nos vimos obligados a realizar, acabamos marcando el 4 - 1. El cansancio y el desánimo se hizo entonces patente en el equipo rival, y ya con el 5 - 1 acabaron por bajar los brazos.

El pitido final llegó pronto. Al menos, esta vez se nos antojó así, quizas porque esta vez la goleada sonrojante no nos la estábamos llevando nosotros. 7 - 1. Quién nos iba a decir en el descanso que ganaríamos de semejante paliza. El equipo había jugado correctísimamente. Guillén estuvo seguro atrás. La defensa funcionó sin necesidad de ser excesivamente estorrocadores. Las bandas supieron a qué jugaban (de hecho, Vitoré tan apenas se descolocó, mientras que habitualmente solía mostrarse anárquico). Sampietro usó su contundencia como mejor sabe, y de paso nos deleitó con una "espaldinha". El banquillo cumplió allá donde se le pidió que estuviera: Hector se encontró de nuevo con el gol, y Chus, Nacho, y Aguayos le pusieron pitera en sus respectivas posiciones. Y el Negro... el Negro es el Negro.

Si hubiera que hacer una valoración sobre el crack del partido, lo tendría muy difícil. Guillén, Puértolas, y Sergio estuvieron sensacionales, y Martín y Víctor fueron muy incisivos, abriendo la defensa contraria. Y desde la óptica de algunos de mis compañeros, yo también me salí, pero no soy quien para valorarme como el crack del partido... o quizás si... ¿¡Qué hostias!? Al fín y al cabo, ¿no se me ha ocurrido titular al artículo "Veni, vidi , vincit"? ¡Pues que me quiten lo bailao, que el partido me salió perfecto! ¡Me erijo como el crack, que ya tenía ganas de darme el gustazo! ¡He dicho!

2 comentarios:

renton (chutandose a la hora del match) dijo...

Excelente crónica Furby, de las mejores de la historia del Buco, ni Alfonso Celemín lo habría hecho mejor. Y encima por goleada, hay que joderse.

Ahora, a ver si sigue la racha y pasamos ya de la decena de puntos.

¿Quienesss son los siguientessss concursantessss?

Chus Hefner dijo...

¡Desde luego que fuiste el crack! En la primera parte, cuando más atacaban, por tu banda no consiguió pasar nadie. Te llevaste todos los balones que pasaban por tu zona. ¡Qué porte! ¡Qué estilo! ¡Que pitera!