El Buco Juniors tuvo el pasado viernes el inmenso honor y aun más grande placer de caer derrotado ante el que era su máximo enemigo, el Cons. Y digo era, porque evidentemente, el Buco Juniors no está a la altura de tan excelentísimo equipo, que va, los unos, querubines del cielo que flotan sobre el césped en armonioso son, y los otros zamuecos tuercebotas cuya mayor dicha en este mundo es jugar y perder 7-0 contra los mencionados ases del balón. A partir de ahora se tendrá que batir en duelo con algún otro equipo más próximo a sus lastimeras y mundanales limitaciones.
Como de bien nacido es ser agradecido, el Buco se presentó al partido con numerosas bajas, no fuese a ser que por casualidad ganase y quedase en entredicho la supremacía del Cons. Nada más lejos de nuestras intenciones, como digo, agradecidos debíamos estar por el simple hecho de que este equipo nos creyese merecedores de pisar el mismo suelo que Él pisaba.
El partido empezó igualado y disputado, pero solo en apariencia, que ya se sabe que si se hubiese llegado al descanso con empate en el luminoso, y que Dios me castigue por realizar tan desvergonzado supuesto pues está claro que nunca podremos aspirar a tan alto honor, nada más comenzar el segundo tiempo hubiéramos introducido deliberadamente el balón en nuestra propia portería un par de veces, cuanto menos.
A pesar de todas estas precauciones, dos zamuecos del Buco estuvieron a punto de romper el guión establecido en acción rampante buquiza por la banda. Jesús robó el balón en la banda, miserable, impío, traidor, para recorrer el campo contario y centrar el balón al zamueco de Lacoma. Su evidente descoordinación, la salida del portero y el terror pavoroso a infringir la Sagrada Meta del Cons, le impidieron poner la pierna para llevarse el balón y disparar a puerta vacía. Sin duda, hizo bien. La fuerte tormenta que caía en esos instantes se hubiese tornado en cólera divina y un rayo le hubiera partido por osar ensombrecer al Sol que alumbra al Fútbol.
Poco después, tras decretar el arbitro una falta a favor del Cons, sin duda para castigar la exacerbada resistencia que estaba oponiendo el inconsciente Buco Juniors, se oyeron cantar aleluyas y hosannas en el Cielo tras el primer gol del Faro que nos ilumina.
Mas de imprevistos iba a estar plagada la velada pues un irresponsable Schuster tuvo la desfachatez de interponer su caja torácica y sus cien kilos de humanidad que la circundan al poderoso galopar de Solanilla en pos del segundo gol. Dios castigó al Buco con un penalti y quejas y protestas de todo el Cons por semejante oprobio. Schuster por su parte carga todavía con un dolor de costillas que sin duda merece por intentar evitar lo inevitable. Rastrero, impío, traidor... Por esa vergonzosa actitud, él y todo el Buco Juniors solamente merecerían disputar la Liga interna de la Leprosería de Madrás y ser desterrados de una vez por todas de la Liga Local de la que no son merecedores.
El segundo gol del Cons obró maravillas en nuestras díscolas cabezas y nos hizo ver la luz y comprender cual era el único propósito para el que nos habíamos citado. Extasiarnos al contemplar el fútbol hecho arte en las botas del Cons mientras los goles caían por doquier. Y agradecidos, porque una exhibición de tal magnitud no se da todos los días. Para que el Cons no se aburriera al compartir terreno de juego con semejante agrupación de incapacitados, y para que se distrajeran de algún otro modo que no fuera tirar caños y llegar a la portería contraría en magníficas jugadas, pusimos a su disposición a Carrasco. A pesar de que no lo podíamos utilizar en la Liga, no teníamos tal problema en la Copa, competición en la que se crece, y efectivamente no defraudó a nuestras expectativas. Hizo el partido más ameno, sobre todo en su segunda mitad, provocando un gran deleite a los jugadores del Cons que por fin podían protestar airadamente algunas trivialidades que tuvieron lugar en el terreno de juego y que dieron algo de diversión al duelo, diversión que no supimos aportar con nuestro juego, que como ya he dicho, resultó ofensivo para con nuestro grandísimo rival al que damos una vez más las gracias por habernos dejado compartir aquella hora de fantástico fútbol a su lado.
Como de bien nacido es ser agradecido, el Buco se presentó al partido con numerosas bajas, no fuese a ser que por casualidad ganase y quedase en entredicho la supremacía del Cons. Nada más lejos de nuestras intenciones, como digo, agradecidos debíamos estar por el simple hecho de que este equipo nos creyese merecedores de pisar el mismo suelo que Él pisaba.
El partido empezó igualado y disputado, pero solo en apariencia, que ya se sabe que si se hubiese llegado al descanso con empate en el luminoso, y que Dios me castigue por realizar tan desvergonzado supuesto pues está claro que nunca podremos aspirar a tan alto honor, nada más comenzar el segundo tiempo hubiéramos introducido deliberadamente el balón en nuestra propia portería un par de veces, cuanto menos.
A pesar de todas estas precauciones, dos zamuecos del Buco estuvieron a punto de romper el guión establecido en acción rampante buquiza por la banda. Jesús robó el balón en la banda, miserable, impío, traidor, para recorrer el campo contario y centrar el balón al zamueco de Lacoma. Su evidente descoordinación, la salida del portero y el terror pavoroso a infringir la Sagrada Meta del Cons, le impidieron poner la pierna para llevarse el balón y disparar a puerta vacía. Sin duda, hizo bien. La fuerte tormenta que caía en esos instantes se hubiese tornado en cólera divina y un rayo le hubiera partido por osar ensombrecer al Sol que alumbra al Fútbol.
Poco después, tras decretar el arbitro una falta a favor del Cons, sin duda para castigar la exacerbada resistencia que estaba oponiendo el inconsciente Buco Juniors, se oyeron cantar aleluyas y hosannas en el Cielo tras el primer gol del Faro que nos ilumina.
Mas de imprevistos iba a estar plagada la velada pues un irresponsable Schuster tuvo la desfachatez de interponer su caja torácica y sus cien kilos de humanidad que la circundan al poderoso galopar de Solanilla en pos del segundo gol. Dios castigó al Buco con un penalti y quejas y protestas de todo el Cons por semejante oprobio. Schuster por su parte carga todavía con un dolor de costillas que sin duda merece por intentar evitar lo inevitable. Rastrero, impío, traidor... Por esa vergonzosa actitud, él y todo el Buco Juniors solamente merecerían disputar la Liga interna de la Leprosería de Madrás y ser desterrados de una vez por todas de la Liga Local de la que no son merecedores.
El segundo gol del Cons obró maravillas en nuestras díscolas cabezas y nos hizo ver la luz y comprender cual era el único propósito para el que nos habíamos citado. Extasiarnos al contemplar el fútbol hecho arte en las botas del Cons mientras los goles caían por doquier. Y agradecidos, porque una exhibición de tal magnitud no se da todos los días. Para que el Cons no se aburriera al compartir terreno de juego con semejante agrupación de incapacitados, y para que se distrajeran de algún otro modo que no fuera tirar caños y llegar a la portería contraría en magníficas jugadas, pusimos a su disposición a Carrasco. A pesar de que no lo podíamos utilizar en la Liga, no teníamos tal problema en la Copa, competición en la que se crece, y efectivamente no defraudó a nuestras expectativas. Hizo el partido más ameno, sobre todo en su segunda mitad, provocando un gran deleite a los jugadores del Cons que por fin podían protestar airadamente algunas trivialidades que tuvieron lugar en el terreno de juego y que dieron algo de diversión al duelo, diversión que no supimos aportar con nuestro juego, que como ya he dicho, resultó ofensivo para con nuestro grandísimo rival al que damos una vez más las gracias por habernos dejado compartir aquella hora de fantástico fútbol a su lado.
5 comentarios:
Maravillosa cronica, he visto la luz. ¿"100 kilos de humanidad"...? Ya hablaremos...
Acertadísima la crónica de la contienda.
A mí me da totalmente igual lo del otro día...lo del pasado sábado no¡¡. Que se coman 7 raciones de pulpo y no inviten ni siquiera...me parece un poco egoísta. JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJA
¿Cóm van quedá els bucus el duimengue pasat? Algú que ho digui, si us plau!
ganamos 3 a 2 a toyota
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